PARTE I

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Fue un secuestro ¡Definitivamente lo fue!

Aunque tampoco es como si no hubiera hecho antes, como si esta situación no se repitiera cuatro de siete veces a la semana, con una vez al día como mínimo. A veces / de hecho todas / el modo en que era secuestrado, era gracias a él mismo. ¡Shang QingHua te ha disparado en el pie esta vez! Una matriz de acortamiento de distancia que su Rey le pidió para traerlo de su propio pico hasta el terreno helado de los demonios del Norte. Era usada con tanta frecuencia que había pulido cada vez más y más los diagramas. Se paraba sobre él cuando Mo Bei Jun exigía su presencia y en caso de demorarse más de diez minutos, era el mismo Rey que venía por él para llevarlo a cuestas. También si esto significa que estaba en una reunión, si estaba comiendo semillas de melón o recién llegado de una misión de días.

Esta ocasión, no era la excepción.

Apenas había pegado el ojo esa noche cuando un par de fríos trozos de hielo duro tiraron del cuello de su ropa de dormir. Fue arreglado de la cama y llevó apenas despierto hacia el terreno del Norte. Siendo cargado como un costal de papas sobre el ancho hombro de Mo Bei Jun; sus pies ni siquiera rosaban el suelo escarchado. Y es que su Rey era grande, un título del hielo del Norte en todos sus aspectos. Hombros anchos, musculatura fuerte, firme, un pecho que podría mirar en la rendija floja de su túnica. Sus piernas, fibrosas y largas, las mismas que han azotado su retaguardia en más de una ocasión. ¡Y es que su Rey era terriblemente caprichoso! Santo Cielo, si no le partió la cadera con una patada, es porque su cultivo es bendecido por los cielos y su terquedad al ceder.

Los ojos de Shang Qing Hua se clavaron de nuevo en el suelo escarchado ¿Era su imaginación o Mo Bei Jun crecerían unos centímetros más? Quizá era el nuevo modelo de sus botas de piel de Tigre Lunar Blanco Venenoso. Tal vez tenía tacón, el corte no era tan malo y parecía tan cálido. El cuerpo del cultivador tembló, de hecho había olvidado completamente que no traía más que la ropa de dormir, habíamos tenido alguna vez coger sus botas y caminar detrás del Rey; de hecho nunca hubo tal oportunidad. Fue arrancado y secuestrado.

De repente, tuvo más frío.

El motivo más acertado de porque su Rey lo arregló en la mitad de la noche de la Secta, era porque estaba muy ocupado o bien, es "esa" temporada. Uno de los consejeros de culto, le había explicado en los meses más calurosos del año, donde el frío glaciar subía los diez grados más altos de sus menos 50, y los demonios de hielo enviados más calor. Empezaría la temporada de celo. Era un dato realmente curioso, siendo que estaba a punto de padecer el primer celo de un Demonio del Norte. Porque no era más clara esa explicación?

- Uhm ¿Mi Rey? - la voz del cultivador se cortó un poco, la garganta estaba seca. Quería y no quería alzar la mirada ¿y si lo ve de frente y resulta que es real su miedo? ¿Debió haber echado la poción lubricante en sus mangas? Espera y reza, todos los cielos que mar una junta de emergencia. La mano derecha de Mo Bei Jun se desliza por su mentón, levanta el pequeño rostro del cultivador y es que, aunque Shan QingHua no fuera realmente bajo (honorable mente porta 1.80), al lado de este demonio parece que la ganaba por dos cabezas y eso, eso era aterrador. Mo Bei Jun era incluso más alto que el Señor Demonio Luo Binghe. Lo tomaba como parte de su herencia humana. No era descabellado que fuera más alto.

Entonces lo vio.

¡Por la bendición del cielo! Realmente había crecido un poco, fácilmente pasaba encima de él por dos cabezas, además de que la piel de su rostro portaba una escarcha azul profundo como pequeños diamantes incrustados en la zona de sus pómulos marcados. La marca en su frente era clara y brillante como si la luna se reflejara en un espejo. El largo cabello negro fácilmente llegaba debajo de sus nalgas, suelto era como tinta derramada y lisa. Negra, sedosa. Además de que sus ojos en azul profundo, emitían una chispa que no era el gélido surco de su intención normal, sino que ardía bajo la piel. Shang QingHua sintió como estos ojos labraban sobre su cuerpo una especie de poder extraño y le hacían sentir incomodo, caliente. No podía mirar mucho tiempo menos aun cuando, al igual que él. Su Rey portaba una única túnica interior, aunque en el caso de Mo Bei Jun, era negra, traslucida al punto que podía mirar el poder de sus músculos, de sus hombros firmes, de su pecho. Solo los pliegues encimados de la costura harían que hubiera densidad debajo de la cintura.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2020 ⏰

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