Capítulo 2

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El chico pelirrojo abrió los ojos cuando sintió un gran peso sobre sus piernas. Abrió sus ojos en demasía quedándose atónito por lo que veía.

Un atractivo joven de piel acanelada, y algo más alto que él se encontraba sobre su regazo; el chico de hebras castañas tenía un rostro bañado en pánico y vergüenza, tenía miedo por lo que podría suceder en ese momento. Pobr animal, pobre insecto, que para su fortuna ha vuelto a un mal hecho.

El pelirrojo muchacho se quedó embobado observando la figura de aquél que se encontraba sobre él, observando detenidamente con sus mejillas sonrojadas y apretando sus dientes y mandíbula.

El moreno chico no tenía nada que lo cubriera, dejando a la vista su torso, abdomen, piernas, glúteos y su hombría. Lástima que por sostenerse con ambas manos a los costados del adormilado chico, no podía cubrir su desnudo cuerpo.

El de ojos grises miró al chico sobre él, aún no se encontraba del todo consciente, puesto que recién había despertado y recién había calmado su respiración. Llegó a la conclusión de que el muchacho no era normal, sobre su cabeza, enredadas con sus cabellos alborotados sobresalían una delgadas y largas antenas; en su espalda se lograba alcanzar a distinguir la unión de la piel con un material extraño, dandole la alusión de tener alas, cómo las de un insecto, alas grandes, ovaladas, y de un color entre café rojizo y café oscuro, algo estilo caoba, pero más fuerte y penetrante era el color que reflejaba.

Éste chico bajó la mirada avergonzado y envuelto en miedo. Sentía las lágrimas en sus ojos, que amenazaban por salir.

—¿Quién eres?

—Mi... Mi nombre es Kim Ta-Taehyung, soy un híbrido insecto... Po-por favor no me mates —su voz se había debilitado, y unas cuantas lágrimas recorrieron su rostro—, no tenía a dónde ir, he perdido mi hogar, y la tormenta es muy fuerte como para ir volando a algún refugio, y si camino el agua me arrastrará a las cloacas.

—¿Y no pudiste caminar como una persona normal?

—¡¿Bromeas?! No tengo ropa, si es que no lo notas —bufó ofendido el joven híbrido y sus mejillas se colorearon de un tono rojizo mostrando su vergüenza.

—Como sea, bajate de mi —dijo incómodo el pelirrojo pensando que por la falta de sueño y las recurrentes pesadillas que había tenido durante esos días, creyendo así que solo era obra de su cabeza observar a tan guapo chico pero asqueroso insecto.

—Por favor, te lo suplico, solo déjame pasar la noche aquí, y me iré mañana a primera hora. Lo prometo.

El joven adormilado suspiró brevemente.

—Esta bien, primero que nada, mi nombre es Hoseok; segundo, he leído sobre los híbridos, y sé que nos son bien vistos en la sociedad, así que creo que puedo confirmar el hecho de que no tengas hogar... Bien, te propongo un trato, te dejaré vivir conmigo el tiempo que necesites, pero ojo, tendrás que hacer ciertas cosas y evitar hacer otras —el muchacho de antenas asintió con ojos brillosos, sería esa una buena oportunidad para su racha de mala suerte—. Por ejemplo, tendrás que limpiar la casa, pero no podrás convertirte en tu forma animal, o insecto, o lo que sea que seas. Simplemente no quiero ver una cucaracha rondando por mi casa y mucho menos cerca de mi. ¿Te parece?

Taehyung no dudó en asentir repetitivamente agitando sus antenitas de atrás a enfrente y de enfrente hacia atrás con leve brusquedad; la euforia y el nerviosismo le ganó, así que se bajó de las piernas del pelirrojo haciendo una exagerada reverencia al chico pero Hoseok lo interrumpió haciéndole volver a levantarse cuando le aventó un boxer al rostro.

—Primera regla, vístete. Segunda regla, puedes dormir en el sillón.

—Se levantó para rebuscar en su clóset un par de cobijas y una almohada para el castaño animalito tratando de mantenerse firme con la mirada.

El chico insecto logró subir un poco sus ánimos, y se encaminó con lo dado por el pelirrojo hacia la sala de éste último. Se sentía nervioso y con miedo aún, pero ya un poco mejor porque tendría lugar dónde quedarse temporalmente. Ojalá que para nuestra querida cucaracha las cosas vayan mejorando.

Se acomodó en el sillón, y se tapó con las cobijas y recargó su cabeza en la suave almohada que antes el moreno pelirrojo le dió; cerró sus ojos y susurró "gracias" para luego quedarse dormido profundamente dejándose llevar por los brazos de Morfeo.

Blatofobia - HopeV (versión extendida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora