♡›› O14.

3.3K 513 153
                                    

Felix estaba indignado. No, más que indignado. Estaba furioso, colérico, la clase de molestia que sientes cuando el villano de la película se sale con la suya, profanando la pureza e inocencia de la damisela en apuros. En su caso, el villano era el insolente, irritante y aprovechado de Seo Changbin. ¿Eso hacía a Felix la damisela? Daba igual. Su punto era que quería golpearlo.

¿Qué demonios cruzaba por la cabeza de ese hetero-imbécil para hacer tantas estupideces?

—Iré a probar las aguas termales. ¿Quieren venir?— propuso Jisung en el umbral de su puerta. Changbin sonrió, fingiendo que no acababan de discutir por quién usaba la cama y quién moría (porque obviamente eran las únicas dos opciones).

—Sí, eso sería genial— dijo antes de voltearse hacia Felix—. ¿Qué dices?

—Paso. Perdón, pero tengo que estudiar. Yo iré más tarde— respondió, disculpándose con Jisung mientras sentía la mirada de Changbin taladrándolo. ¿Pero qué quería que hiciera? Le había informado que tenía examen. No podía ir a las termas con los libros. ¿Y si se le mojaban?

Jisung juntó ambas manos. —Bien. Entonces sólo seremos tú y yo, Changbinnie.

—Eso parece...

—Me robaré a tu novio por un rato— canturreó Jisung guiñándole un ojo al castaño. Rodeó la muñeca de Changbin para jalarlo fuera de la habitación, pero éste se impuso, quedándose quieto en su lugar y observando a Felix fijamente.

El rubiecito se encogió de hombros, confundido. —¿Qué?

—¿No te molesta que vaya solo?

La pregunta fue extraña, aún más lo fue el tono en que lo dijo. Sin embargo, un clic en la cabeza de Felix lo hizo recobrar el sentido y procesar adecuadamente el significado tras esas palabras. Claro, como novio probablemente estaría enojado o celoso de que se fuera solito por ahí cuando era un fin de semana de parejas ¿no? ¿Entonces qué? ¿Tenía que montar un show? No quería causar problemas, Jisung y Changbin eran mejores amigos. ¿Qué clase de novio prohibiría que pasaran tiempo de calidad juntos?

Tardandóse unos segundos más de lo planeado, encontró una solución.

—Aw, Conejito... Claro que no me molesta— dijo con voz mimada. Se acercó a Changbin y le apretó las mejillas. Los beneficios de ser su novio falso incluían tratarlo como a un bebé, lo que era bastante divertido—. ¿Me vas a extrañar?

Changbin rodó los ojos. —Bobo...

—Jisung, cuídamelo mucho ¿sí? Mi Changbinario es demasiado atractivo y hay bestias hambrientas por todas partes.

Jisung rió. —Confía en mí.

Felix le dedicó una última sonrisa antes de volver su mirada hacia el pelinegro, quien se hallaba observándole atentamente. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Felix cuando la mano de Changbin aterrizó en su mejilla con delicadeza, acariciando la piel con su pulgar y provocando un leve cosquilleo en la zona.

Se mordió el labio inferior para ahogar un suspiro.

¿Qué le estaba ocurriendo?

—Deberías descansar— murmuró Changbin, su voz siendo suave y tierna. Él nunca es suave y tierno—. Has dormido muy poco hoy.

Tragó saliva y pese a sus esfuerzos por mantenerse tranquilo, pudo sentir cómo su rostro empezaba a calentarse. —Lo haré.

No dijo nada. Esperando pacientemente que Changbin se alejara de él y se fuera pronto a las aguas termales. En cambio, el pelinegro posó una mano en su nuca para atraerlo a él, y antes de que Felix pudiera entender sus intenciones, lo besó.

Changbin lo besó.

De nuevo.

¿O quizá Felix estaba delirando?

El contacto fue superficial, apenas sus bocas selladas tocándose con firmeza, el agarre de Changbin en su cuello siendo la única cosa que lo conectaba a tierra. Con la misma rapidez que el pelinegro unió sus labios, se separó de él. Sin explicarse, evadiendo su mirada, sacó una bata del armario y se retiró de la habitación.

Jisung fue quien lo hizo reaccionar. —Bueno, yo... Nos vemos luego.

Felix asintió, un tanto aturdido, y Jisung cerró la puerta.

¿Qué mierda había sido eso?

Fue fácil racionalizar la situación de Yukhei. Su ex cliente casi estropeaba todo con sus estúpidas e insistentes preguntas. Entendía lo que había impulsado a Changbin a besarlo... Aunque eso no aminoraba demasiado su enojo. Había sido su primer beso.

¿Pero qué más da?, se había dicho a sí mismo. ¡El segundo beso procuraré hacerlo con alguien que me interese!

Bueno, eso se había ido a la mierda también.

—¿Pero por qué me besó?— pensó en voz alta, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño—. ¿Pero qué se cree? ¿Acaso anda besando a cualquiera por ahí, sin razón alguna? ¡Jodido Seo Changbin!— gruñó pateando la puerta—. ¡Espero que te incineres en las aguas termales!

—¿Enojado?

¿Ah?

—¿Qué...?— Miró a su alrededor, descolocado, y volvió a fruncir el ceño cuando no halló nada ni nadie. ¿Estaba escuchando voces en su cabeza? ¿Acaso el beso de Changbin lo estaba enloqueciendo?

—Soy Minho. Estoy afuera, tonto.

—¡Oh!— exclamó, abriendo la puerta para dejar entrar al pelimorado—. ¿Pasó algo? Creí que irías a las termas con los chicos.

—No... Quería hablar contigo— dijo sentándose sobre la cama. Su cuerpo se hundió sobre el colchón y dio un par de palmaditas a su costado libre—. ¿Te molesta?

Sacudió la cabeza, para transmitirle que estaba bien, a pesar de que estaba tratándole con confianza casi desmesurada y se sentía extremadamente confundido al respecto.

Se conocían poco, sobre todo considerando el ajustado tiempo que habían compartido, siempre en presencia de Jisung y Changbin. Esa era afirmativamente la primera vez que se hallaban a solas.

—¿De qué quieres hablar?— dijo Felix, recostándose a su lado y fijando su mirada en el cielo raso.

La pregunta inesperada no tardó demasiado en brotar de los labios de Minho.

—¿Lo amas?

Felix se sintió descolocado por un instante. —¿Amarlo?

—A Changbin— aclaró el pelimorado. Oh—. Sé que es un tanto privado pero... ¿Crees que, eventualmente podrás amarlo?

La respuesta que debía entregar como novio falso era bastante diferente a la que realmente deseaba dar como víctima de la delincuencia de Changbin. Ladrón de besos, maldito violador de bocas. Ya verás lo duro que golpearé tu entrepierna cuando regreses.

Sin embargo, en observación de las circunstancias, optó por guardarse los insultos, al menos mientras estuviera Minho presente.

—Bueno... Sí— mintió, preguntándose si aquella era la decisión correcta. No se había preparado mentalmente para una charla de ese tipo—. Creo que Changbin es... alguien que puedes amar con facilidad. No importa cuántas veces meta la pata o te haga enojar, o lo fastidioso que es cuando quiere serlo. Simplemente lo quieres y ya, porque... él es así. Y él es... todo lo que te importa.

Guardó silencio, prohibiéndose a sí mismo continuar, porque pese a que estaba convencido de que sus palabras eran mentiras formuladas para cumplir su trabajo, era capaz de percibir la pequeña verdad que ocultaba tras ella; los secretos y anhelos que cuando adolescente una vez tuvo, pero que no debía permitirse volver a tener por ningún motivo.

Un corazón roto había sido suficiente.

No estaba listo para otro más.

Rent A Boyfriend || Changlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora