El Primer Sueño

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El Primer Sueño - Barcelona, 18 de Marzo del 2036

Noto algo en mi espalda, cuando me giro no hay nadie ni nada, todo oscuro, no, espera, sí que hay algo, en la lejanía, una lejanía que poco a poco va acercándose. La incerteza de saber que es lo que se acerca me genera una pequeña ansia que me hace retroceder hacia atrás poco a poco. 
De golpe ya no está, esa silueta que se acercaba había desaparecido.
Empiezo a notar algo en mi cuerpo, me miro las manos, me estoy despedazando poco a poco, la piel me va cayendo a trozos, luego los huesos. Me empiezo a desmayar de la impresión, ya no noto nada, no escucho nada, no siento nada.

Un golpe brusco me hace despertar, volver a sentir. Abro los ojos, estaba en mi habitación, rápidamente me miro las manos sorprendido.
No puede ser, ¿que ha pasado?, espera, ¿¿esto era lo que se le llama un sueño??

Soy Will, tengo 17 años y por primera vez he tenido un sueño, el primer sueño de mi vida.

- Will, he escuchado gritos, ¿pasa algo?- Dice Marta, mi madre, mientras se acerca a la habitación.

- Mama, acabo de tener un sueño - Digo con una voz temblorosa e insegura por los nervios.

- ¡¡¡¡Pero que me estas contandoooo!!!! - Dice mi madre acercándose a mí con gran entusiasmo e ilusión.- Sabes que es eso, ¿no? ¡¡Eres un elegido!! - Dice sentándose al lado mío y dándome besitos, mi madre, Marta, se piensa que la gente que sueña son las elegidas por dios para tener buena vida, es bastante religiosa.

Recuerdo ese dia como ayer, el 18 de Marzo, mi primer sueño. A partir de ese día mi madre enseguida me compro la maquina extractora de sueños. Durante semanas estuve teniendo sueños diarios, incluso en algunas siestas de vez en cuando soñaba, pero era diferente a los demás soñadores, normalmente ellos tienen sueños variados y de todo tipo, yo tenía sueños oscuros, tenebrosos e inciertos. No acababa de entender como la gente normal podía comprar esa clase de sueños, yo rezaba por no tener otra vez esa clase de sueños, incluso alguna vez me pase la noche en vela por miedo a esos sueños. 

Pudimos mudarnos a una casa mucho más grande, no volvimos a tener problemas económicos y empecé a volverme uno de los mayores soñadores de toda España. Me pusieron como mote "El Soñador oscuro".

El Precio del SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora