PRIMER CAPÍTULO

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Hoy me he despertado y he encendido la televisión, como de costumbre. He ido a hacerme el desayuno y a sacar al perro, como de costumbre. Pero ese no era un día normal. Toda mi vida estaba a punto de dar un vuelco que me cambiaría para siempre. Al volver a casa, me sorprendió ver a la reportera de Antena 3 emitiendo una exclusiva a nivel internacional. Dejé al perro en el salón y rápidamente me senté a ver qué decían.

-... muy agresivos. Están llegando reportes de todo el mundo informando acerca de los extraños sucesos ocurridos en hospitales y en centros sanitarios.

Me pregunté qué coño estaba pasando cuando oí un fuerte estruendo en la calle. Sorprendido me asomé por la ventana para ver que estaba sucediendo. Sinceramente, preferiría no haberlo hecho, puesto que la escena que se mostraba fuera de casa era de lo más bizarra.

Desde el primer momento sabía que algo no iba bien; en primer lugar, había varios militares en la calle, disparándole a personas a quemarropa. En segundo lugar, me quedé pasmado al ver que la gente de fuera, a pesar de haber sufrido varias heridas de bala en el pecho, continuaban corriendo hacia los militares, con un frenesí que nunca antes había visto.

La peor sorpresa llegó cuando los militares cayeron al suelo debido a los golpes que les habían proporcionado los "asaltantes". Mientras en la calle resonaban los gritos guturales de los soldados abatidos, esos "engendros" estaban arrancando las extremidades de estos, para luego devorarlas con lenta fruición. Todo eso mientras los soldados aún estaban agonizando en sus últimos momentos.

Un sonoro y cercano cloqueo me sacó de mis pensamientos y me obligó a girarme para llevarle una ingrata sorpresa. Una de esas cosas estaba frente a mí, justo al lado de la entrada de la casa, la cual no había cerrado por las prisas por ver las noticias. Desde mi posición podía ver que no estaríamos solos por mucho tiempo, pues se podía ver un par de sombras más subiendo por las escaleras con bruscos movimientos.

El engendro se aproximaba lentamente hacia mí, dando mordiscos al aire y profiriendo unos guturales gemidos. Cogí el palo de la escoba que tenía junto a mí, y le golpeé en el cuello. Un sordo sonido resonó por la estancia, aunque no pareció afectarle en absoluto al engendro.

Mientras los engendros de las escaleras se aproximaban a la puerta, yo me preparaba para lo peor.

Súbitamente, unos ensordecedores disparos me hicieron tambalearme y cerrar los ojos. Cuando los abrí, los engendros yacían en el suelo, en cambio, un grupo de 6 personas me estaban apuntando con sus fusiles automáticos.

-Vamos, no te quedes pasmado y muévete, ¿o quieres ser comida para las criaturas? - dijo el más alto, que estaba vestido con una ropa cómoda protegida por planchas de metal en algunos puntos determinados.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2020 ⏰

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Cuando los muertos caminan (EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora