Erreway, Asignatura Pendiente

Capitulo 10 (Por Ema)

Me quedé mucho tiempo pensando en lo que me habían dicho Camila y Candela. Si yo ya estaba cansada de ser conocida como "La hija de" no me quería imaginar ahora que en Argentina la banda era tan famosa.
Además, me quedé pensando también, lo que Camila me había dicho acerca de su madre. Marizza, la chica pelirroja, tampoco había amado a ningún hombre y su hija se preguntaba exactamente lo mismo que yo. Si alguna vez se había enamorado de verdad.

Pasó la mañana de clases y por la tarde mi padre vino a buscarme para ir a visitar a Manuel, esa persona tan especial para mi papá.
Cuando caminaba hacia el estacionamiento, donde mi papá me esperaba, mucha gente no dejaba de mirarme y más aún cuando lo saludé a él.
Claro, recordé lo que las chicas me habían dicho. Debía acostumbrarme a eso.

Llegamos a la casa de Manuel. Una casa muy linda y grande. Apenas entramos, él y mi padre se saludaron muy emocionadamente. Manuel me miró, me saludó y me besó en la mejilla. Aquel viejo amigo de mi papá ya casi no se le notaba la tonada mejicana. Para llegar al living pasamos por una pared llena de fotos donde yo me detuve a mirar.
La fotos de Mía podían confundirse con las de Candela perfectamente. Su parecido era increíble.

Seguí mirando las fotos. Muchas de la banda, de los shows. Muchas fotos de giras. Nunca había visto tantas cosas así del pasado de mi papá.
Fotos de Marizza. De esa colorada de las historias. De esa chica que hace que a mi papá se le ilumine la cara al escuchar su nombre.
Quize seguir mirando pero no pude, porque mi papá me llamaba desde el living.
Hablamos un largo rato. Manuel y mi papá se contaron muchas cosas de sus vidas. Era raro ver tanta confianza entre ellos cuando para mí era solo un desconocido y con solo ese momento pude entender más a fondo porque era tan especial para papá.
Al rato entraron por la puerta Candela y Camila. Otra vez más mi padre se le quedó mirando. - Es igual a Marizza - Dijo por lo bajo.
Ambas se acercaron y saludaron. Camila se dirigió a Manuel de tal confianza como si fuera su propio padre.
- Ella es... - Dijo Manuel tratando de presentar a Camila con Pablo.
- La hija de Marizza ¿no? - Dijo mi papá terminado la oración y la saludó.
- Si, es igual. - Dijo manuel.
También entraron por la puerta dos personas más. La casa se empezaba a llenar de gente.
- Abuelos. - Dijeron Camila y Candela mientras los saludaban.
- Hay que no me digas así mamita que me haces sentir grande. - Dijo una mujer muy linda, rubia y en perfecto estado con un acento venezolano muy marcado.
- ¿Yo estoy viendo bien? - Preguntó el hombre.
- ¡¿Está Pablito Bustamante en argentina?! - Dijo la mujer y abrazó a mi papá.
- Tanto tiempo Sonia. - Respondió él.
- ¿Y esta nena bella quién es? - Preguntó haciéndose referencia a mi.
- Mi hija, Ema. - Dijo mi papá.
- Ah ¿Tu hija? - Me miró y me saludó. - quien más iba a ser con esos ojos ¿no?

Sonia y el hombre del cual nunca supe el nombre se fueron después de un rato. Nos estábamos por ir con papá pero Camila y Candela me invitaron a quedarme.
Subimos a su cuarto. Un cuarto muy lindo con un vestidor enorme y otra pared llena de fotos.
- Mirá, esto es para vos. - Me dijo Candela poniendo una caja grande de fotos sobre la cama.
- ¿Cómo? - Pregunté yo.
- Son fotos de nuestros papás. Te vamos a mostrar cosas de la banda. - Dijo Camila.
Candela agarró el control remoto y prendió la televisión. Puso YouTube y buscó en el buscador "Erreway en el Gran Rex".
- ¿Que es el Gran Rex? - Pregunté.
- Es un teatro muy grande de Buenos Aires. - Me contestó Candela y el video empezó a correr.
Miré las fotos que me mostraban y escuchaba las canciones. Muy pocas veces las había escuchado, mi padre lloraba cuando lo hacía.
Una canción empezó a sonar y me llamó la atención. En el video se veían las miles de personas desesperadas gritando sus nombres.
Cantaba mi papá.

cada lugar que recorro
tiene contigo que ver
a cada paso hay testigos
de este amor que se nos fue

dije adios
fue el final
y nada quedo
entre los dos

solo el sol
nuestro sol
y el dolor
y este adios

Podía ver como brillaban sus ojos igual que habían brillado cuando le nombre a esa chica. Justo apareció en el escenario y cantó junto a él. Camila y Candela se quedaron igual de impresionada que yo mirando el video.
Candela agarra una foto y la mira. Camila y yo también.

Nunca vi tanto amor en los ojos de mi papá. Nunca miro a nadie como miraba a esa chica en aquella foto, ni siquiera a mi mamá.
Camila la agarró - Yo sabía. - Dijo.
- Bueno, no saquemos conclusiones. - Dijo candela.
- Nunca vi tanto amor en los ojos de mi papá. - Dije yo y ambas me miraron.
- Yo tampoco. - Dijo Camila y siguió mirando la foto.
- Tiene que haber algo más. - Dijo Candela y siguió buscando.
En mi cabeza seguía sonando la voz de mi papá cantando esa canción de amor.

Revolví la caja y saque otra foto. No necesitaba más. La cara de mi padre lo decía todo.

- Listo. Ya está. Es obvio. - Dije mostrando la foto.
- Bueno pero eso no dice nada. - Dijo Candela.
- La forma en la que mi papá la mira lo dice todo. - Dije yo.

Guardamos un par de fotos una mochila para seguir mirando en el colegio. Con Cami nos fuimos en taxi y Candela se quedó para cenar con su papá.