Una mirada al pasado

capítulo 4: la bruja

Los siguientes días pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Ya ha pasado una semana de mi primer día y, aunque Matías es un imbécil la mayoría del tiempo, me ha ayudado bastante a adaptarme.
Ya casi es la hora de salida, lizi quedó en buscarme para ir a la feria que vino por este fin de semana, ambas amamos ir aunque la mayoría de los juegos nos den algo de miedo, es una parte linda de nuestra infancia, casi como si fuera nuestra tradición.
Además, tengo algunos motivos personales.
Anoche mientras investigaba al autor del libro descubrí que su enorme mansión estaba situada justo dónde hoy será la feria, y estoy segura de que no encontrare nada pero quizás el estar en el mismo lugar tenga un efecto en mí como cuando toque su libro por primera vez.
Miro cada vez más ansiosa la hora en el reloj de pared, ya solo faltan unos minutos por lo que decido ir a recoger mis cosas.

Tan puntual como siempre lizi y llega y emprendemos viaje en su auto.

Llevamos por lo menos una hora en este lugar y nada me ha sucedido, la decepción en mi rostro debe ser muy notoria porque lizi no tarda en indagar que me sucede.

- ¿Que sucede contigo?- me miró indignada - hace días no hablamos y cuando de algo de ti es para venir a unos de nuestros lugares favoritos par que te la pasases arrastrando esa cara por todo el lugar. Sabés que puedes contar conmigo.

Sus palabras me derrumban y solo puedo llorar, siento como si todo el peso de lo que sucedió se liberará y no puedo parar ahora, se que debo contarle. Siempre le cuento todo.
Tras unos instantes solo le tomo la mano y vamos detrás de unas carpas, intento en el camino calmarme. Al sentir que no hay nadie cerca empiezo a contarle todo.

-¡Wow! Es mucho para procesar - su cara de desconcierto me hace creer que cometí un error. Debe pensar que estoy loca.

- no sé que es esto, ni porque me sucede, solo se que es muy real para que se traten de sueños y cada vez las sensaciones como el dolor o la angustia son más fuertes.

Lizi se mantiene en silencio un tiempo más y luego dice:
- No...¿ No has pensado en tus vidas pasadas?
Realmente nunca lo había pensado, soy alguien muy racional y creí que estaba enferma, busque todo tipo de enfermedades psicológicas pero nada es como lo que me sucede. Pensar en esta posibilidad hace me sienta extraña.
- No, no se me había ocurrido.

- mira, se que no es algo que apruebes o siquiera creas, pero sabes que una amiga de mi madre es curandera, ella logra ver el alma de las personas. Si tú quieres podríamos ir a verla.

Su propuesta me hace sentir vulnerable, no es lo que acostumbro, ir ahí significaría poner en juego todas mis creencias y entrar en terreno desconocido, por otro lado,  realmente temo saberlo. Solo quiero que se detengan.

-Dejame pensarlo ¿Si? - le digo con un hilo de voz.
Para mi sorpresa Lizi solo me abraza y dice:
-¿Vamos a comer algo a mi casa?