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"¡Ah-Yuan ven aquí ahora mismo!" el grito del mayor de los Shen se escucho por todo el cuartel, algo lo había molestado.

"¡Hermano, te juro que yo no hice nada!" respondió el menor Shen con un grito, igual o mas potente que el de hace un momento.

"¿¡Que no has hecho nada!?, ¡la escena del crimen tiene todo tu nombre escrito en el!" arrojo un gran montículo de hojas y fotografías sobre la cara de su hermano, que estaba completamente asustado por la reacción de su hermano mayor.

"¡Auch! Ah-Jiu, te juro que esta vez no hice nada..." el temeroso susurro fue a penas escuchado por el mayor, que tenia la cara roja por toda la cólera que sentía.

"No me vengas con eso, nuestro jefe quiere vernos." la cara asustada del joven de repente se volvió pálida. Si hay algo que le asusta mas que su hermano enfurecido es su jefe, ya sea enojado o feliz, no auguraba nada bueno.

"¿Nu-nuestro jefe?" el hermano mayor asintió y de inmediato tomo a su hermano de la muñeca para seguido arrastrarlo a la oficina del jefe, su mal humor también se debía a esta persona que si bien tenia mejor humor que Shen Jiu, no le quitaba el hecho de ser el jefe a quien no podía mandar a la mierda.

"Desde ya te responsabilizo por cualquier cosa que pase dentro de esa oficina, Shen Yuan" el menor tembló un poco, su hermano mayor solo usaba su nombre cuando realmente estaba molesto.

"Bien..." contesto, ya no se dijeron nada luego de esa conversación.

Llegaron con rapidez hasta la oficina de Wu Yanzi, el peor jefe que pueda existir en el mundo.
Al entrar los recibió una gélida mirada. "Al fin llegan, los estuve esperando desde hace quince minutos" su tono estaba cargado de reproche. De todo el cuerpo oficial, estos dos eran el mas grande dolor de cabeza que aquel hombre pudiera tener.

No solo tenia que lidiar con el corazón de dama que Shen Yuan poseía, sino también la conducta bipolar de su hermano mayor, pero lastimosamente eran sus mejores agentes activos. Esos dos eran una jodida espada de doble filo.

"Vengan" ordeno, no había tiempo que desperdiciar, los casos no se resolverían solos. "Los mande llamar para que se hagan cargo del caso de las hermanas Sha Hualing y Liu Mingyan" fue directo y les entrego una carpeta con varios documentos adjuntos a algunas fotografías en las que se detallaba todo lo relacionado a esas dos mujeres.

"Ahí esta toda la información que necesitan, ahora salgan antes de que los eché a patadas de mi oficina" los gemelos asintieron y se retiraron tan pronto escucharon la voz de ese hombre gruñón. El mayor fue el ultimo en salir del lugar y deliberadamente cerro la puerta con un ensordecedor ruido.

Ambos caminado tranquilamente hasta llegar a la oficina que ambos compartían para trabajar en los casos que se les asignaban.

Todo dentro de la habitación estaba relativamente ordenado. Había un escritorio de caoba, dos muebles donde guardaban ciertos archivos bajo llave y algunas macetas con plantas de verde bambú y algunos helechos.

Sobre el escritorio se podían observar dos computadoras y dos tazas, una tenia impresa algunas figuras de personajes ficticios y la otra era una hermosa pieza de un juego de té de porcelana bastante elegante. Un lado del escritorio, la parte perteneciente a Shen Yuan, tenia algunas bolsas de frituras abiertas y dos empaques de un ramen que deben haber sido comidos hace algunos días. En cambio, la parte de Shen Jiu, se mantenía limpia hasta el punto en el que sus cosas mostraban un reluciente brillo.

Ambos tomaron asiento y comenzaron a revisar la información que su jefe les había proporcionado hace unos minutos atrás.

La situación de las hermanas Sha Hualing y Liu Mingyan era la siguiente: ambas mujeres no eran realmente hermanas de la misma madre, sino que compartían padre. El hombre en cuestión, solo era un mujeriego que se negaba a reconocer oficialmente a estas dos damas y darles su apellido, pero aunque se negó a ello no las dejo desahuciadas.

Gemelos en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora