¡ᴍᴀʟᴅɪᴛᴏ ᴇɴᴀɴᴏ! ᶠⁱⁿᵃˡ

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Todo quedó en absoluto silenció cuando el pitido que marcaba el final del partido resonó en toda la cancha. Tsubasa estaba a punto de marcar el gol de la victoria de una manera maravillosa, con un limpió cabezazo que hubiera marcado el 3 a 2. Si no fuera porqué Wakabayashi le detuvo en su intentó el Nankatsu hubiera sido el ganador del torneo tradicional entre sus respectivas secundarias.

Pero no todo fue fácil, ambos equipos tenían fuerzas similares, por lo que determinó un emocionante empate, siendo victoriados por el público por su increible desempeño en el campo.

El Nankatsu y el Shutetsu festejaron sin represalias felicitandose entre sí. Se podía olisquear el aroma de la alegría, aunque de cierta manera para muchos los diferentes olores eran horrendos a modo de darles náuseas.

Por otro lado, habían dos personas que estaban en el suelo aún, tratando de normalizar sus respiraciones por el cansancio. Y cuando lo hicieron, la fragancia del otro les atacó de nuevo, sentían sus lobos regocijarse ante estos.

— Buen juego, enano —Wakabayashi se encontraba en total paz, por primera vez en semanas se sentía tranquilo, aunque estuviese todo sudado. Tomó la mano del ojimarron, sorprendiendo a este, pero al verse mutuamente sentían cierta conexión.

— Lo mismo digo Wakabayashi-kun — le sonrió, sentía su cara caliente, y no sabía si era por estar en constante movimiento o era por la cercanía del otro.

Su burbuja fue interrumpida por sus compañeros de equipo, que venían a buscarles para festejar, las sonrisas con doble intención no hicieron falta.

— Capitán~ ¿Que cosas no? —Kisugi sonreía mientras que los individuos que se encontraban tirados se levantaron a gran velocidad.

— Ya lo sospechaba, ambos andaban muy raros — Ishizaki reía siendo seguido por todos.

— ¡Callense! —Wakabayashi gritaba con fingido enojo, mientras que aún sentía el tacto del omega en su mano.

Todos se miraron entre sí, y concordaron en algo, ellos no tardarían nada en ser pareja.

— Mejor les dejamos solitos, ustedes sigan en lo suyo — Aizawa seguía hablando mientras que todos se retiraban, este iba tomando de los hombros a su Kisugi.

— ¿Eh? —Tsubasa reaccionó al ver que ya no había casi nadie en el estadio, como también su mano entrelazada con el otro  — ¡Pe-Perdon! —Soltó su mano con pesar, no quería abandonar ese toque que quizás no volvería a sentir jamás.

Wakabayashi sintió el aroma a tristeza del omega, por lo que volvió a tomar su mano con un poco más de fuerza, sonriendole a su pequeño enano. Se sentía completó y felíz.

— ¿Vamos? —el de ojos esmeraldas pregunto con suavidad — ese helado no se va a comer solo —dijo con cierto deje de burla.

— ¡Si! — ésa era solamente su pequeña burbuja, donde se juntaban ambos aromas y actuaban en armonía.

Wakabayashi solo pensaba que era bueno haber estado fuera de su casa en ese momento en que llegó el balón de su chico, sinó hubiese sido así, quizás nunca se hubiera dado cuenta de aquél enano con agallas y de embriagante aroma.

🌱One-shots🌱 ᵗˢᵘᵇᵃʸᵃˢʰⁱ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora