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Los días pasan y el sillón no puede sentirse más aburrido, estar aquí sentado viendo la televisión me hace sentir tan perdedor y fracasado. Suspire cerrando mis ojos intentando que mi mente no me traicionará, mis manos tiemblan ¿qué es esto? Hace mucho que no sufría de esto, por inercia las uñas de mis dedos van a mi boca empezando a morderlas, fracaso.

La puerta se abrió dejando ver a los chicos los cuales habían hecho un asalto que aunque no fuera la gran cosa deseaba ir. Hoseok de acuesta dispuesto a dormir sin decir nada, SeokJin me sonríe mientras va a la cocina, Jeon me mira, algo bueno se viene. Reclamos.

"¿Que piensas Min?" Este quita su chaqueta la cual tiene unas pequeñas manchas de sangre, se ve que el asalto se complicó.

"¿De qué hablas?"

Aunque Jeon es intimidante mi ego lo es más por lo que ni siquiera me interesa mirarle, fingo ver la televisión, que aburrido, fútbol.

"¿Vas a dejar morir de hambre a nuestra mercancía?" Toma el control apagando la tele. "Haz bien este mediocre trabajo que te di Yoon Gi."

Las ganas de partirle la cara me sobran pero Jeon es mi superior, amigo y nunca le haría daño, ellos me sacaron del gran hoyo donde estaba, esos golpes de mi padre.

"Lo haré."

"Eso espero. Tengo trabajo que hacer." Me dio una última mirada antes de entrar a su oficina.

Me pare yendo a la cocina donde Seok Jin me mira extendiendo un plato de kimchi. Su mirada es neutral, tan el, sin expresión cuando no quiere mostrar sus sentimientos.


🐱


Dos días. Exactamente dos días desde que provee comida, mi estómago ruge, mi cuerpo es cubierto por una fina capa de sudor, mi aliento apesta, el chico alto viene a dejarme hacer del baño una vez al día por lo que debo acostumbrar mi cuerpo, este duele aún más en donde aquellas esposas se encuentran.

La puerta se abrió y por primera vez me alegro de ver aquel chico con tapa bocas aún más al verlo con comida. Este deja el plato en la mesa viéndome con esos ojos cafés, se ve distinto, ese brillo no significa nada bueno.

"Come." Quito las esposas y sin más me balance sobre aquel plato devorando todo a mi paso, ni siquiera le siento el sabor por la rapidez en la que como. Mi padre estaría decepcionado, aquella figura paterna, tan solo el me hace perder el apetito, empecé a comer más lento viendo al chico rubio sentarse en la cama.

Ensamblar una conversación con la persona que me mata de hambre y me tiene secuestrado no se ve que sea lo mejor pero vamos me encanta hablar.

"¿Estas bien?"

Mi simple voz le hizo verme y sus ojos se hicieron chiquitos haciéndome creer que una sonrisa posiblemente se posiciona en sus labios, sería bueno verlo.

"Lo pregunta el chico que está secuestrado."

"Por lo menos no tengo un nombre tan patético como suga." Ahora reí comiendo más de la comida y bebiendo un poco de agua. Las manos de suga se mueven entre sí viendo así sus dedos, los cuales pareciera que casi no tienen uñas ya que estas están mordidas.

"No comas tus uñas si tienes ansiedad." Este al escucharme escondió sus manos. "Puedes contar al ritmo de tu respiración cerrando los ojos."

"No sigo órdenes."

"No es una orden." Mi sonrisa se hizo más terminando mi comida, me pare yendo donde la manguera se encuentra. "Es un consejo." Lave mi cara, cabello, axilas y mis partes íntimas al igual que mi boca, fui a el sentándome a su lado el cual rápido se alejó poniéndose de pie.

"¿Eres así de agradable con las personas que te hacen daño?"

"A veces." Suspire viendo como este esposa mi mano a la cama. "Tal vez por eso soy un idiota."

"Lo eres." 

Las esposas hicieron "clik" a lo que le miro una última vez antes de tomar el plato y salir de ahí. Posiblemente ya no le mate de hambre.

~AV

Dolor •Yoonmin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora