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Una persona nunca olvida la primera vez que siente el terror enterrándose como un cuchillo en los huesos y en la memoria. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce y amargo sabor de la felicidad y creyendo que una vez experimentado este revoltijo de sensaciones. El sueño de creer que es capaz de controlar al mundo, como si estuviese comiendo una comida caliente al final del día; anhelando alguna dificultad. Ese era mac. El creía que el talento que poseía hiciera que el resto de las personas que lo rodeaba sean simples extras en un miserable pedazo de papel que algún día se extinguiera, y yo sabia perfectamente que yo no era la excepción, porque yo también lo veía de esa manera a el. Pero sabíamos que no podíamos alejarnos de uno, porque en ese sucio y asqueroso papel había lineas que estaban subrayadas, Quien lo hizo fue nada mas que nuestro jefe. Volviéndolo un escritor que esta condenado a recordar el día  en que nuestro rol termine.

Esta no era mi primera vez pero la sensación se sentía como si lo fuese. Mac tenia un aspecto de superioridad. Su cabello se encontraba desordenado cayendo por su frente hasta llegar casi a sus ojos. En su rostro había adornado una sonrisa que me repugnaba. Me aleje de aquel sujeto blanco acercándome con un aura feroz hacia mac.

-Antes de que me empieces a estrangular- Mac levanto una de sus manos dejando a la vista unos papeles. Arque una ceja cruzándome de brazos- Por lo que veo, necesitamos discutir sobre esto_ Acerco aquellos papeles a su rostro para no mostrar su sonrisa burlona.

-Ah... y lo discutiré contigo de una manera civilizada- Me acerque con grandes zancadas agarrándolo del cuello de la camisa. 

-Disculpen pero antes de que se comiencen a matar, ¿Por que mejor no nos sentamos y hablamos?- Las manos de la princesa se posaron en mi puño que estaba preparado para posarse en el rostro pálido de mac. 

Suspire pesadamente, soltándolo. La princesa tímidamente nos señalo a una habitación para que entráramos. Me adentre en el despacho que olía a flores y dulce, junto a los coloridos adornos que habían. Mi cara delataba perfectamente mi animo debido a que mac e reía a gritos. Rode mis ojos tapándolos evitando a que me llegara de golpe aquel brillo. Trate de relajarme ignorando cualquier presencia y repase uno de los artículos desconocidos que habían sobre el escritorio de aquella sala. Mi vista se poso en un sofá que se encontraba al medio de una habitación haciendo que la princesa hiciera una señal para que tomáramos asiento.

-¿Quieren algo para beber?- Murmuro charlie mientras una demonio de piel gris y pelo blanco comenzaba a hacer lo solicitado por la princesa.

Mac se sentó en el sofá conteniendo la risa. Obviamente negué aquella situación.

-Gracias, pero sera mejor que nos ahorremos la cortesía y comiencen a explicar.

Demande con un tono autoritario haciendo que la princesa abriera la boca emergiendo un tímido hilo de voz.

-Hicimos un contrato, bueno, mejor dicho un acuerdo, no se, quiero decir que, bueno, si, es un contrato.

- Confió que el contrato lo hizo mejor de como habla, ¿Y exactamente que contrato es?, si no es mucho preguntar.

-Que nadie los lastime a ustedes, me refiero a ...

-Pero el tipo de allí, me ataco.

Señale con mi mano sobre mi hombro al demonio rojo que se encontraba a atrás de nosotros junto al demonio blanco. 

-A lo mejor te estaba dando la bienvenida.

La voz de mac sonó burlón mientras comenzaba a jugar con un bolígrafo.

-¿Estas diciendo que el demonio alastor no es del todo malo?, ¿Qué estas destacando allí?, Ya que con la competencia de todo el infierno para matarnos debería huir, aunque tampoco hace falta correr mucho si nos ven en todas partes, así que dime.

¿que me paso? (Alastor Y Tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora