[Evan's pov]
— Va a ser la fiesta del siglo —dijo Mike, tirándome un cojín a la cara.
— Estate quieto o vas a ser quién limpie mañana
— ¿Mañana? Mañana aún no habrá acabado la fiesta
Ambos reímos
— Supongo que habrás informado a las universidades ¿verdad? —pregunté.
— ¿Por quién me tomas? No creo en las fiestas sin universitarias. — respondió, haciendo una mueca.
Sonreí. Mi padrastro me había dejado un gran pellizco. La verdad es que no lloré en su funeral, sonará cruel, pero no me dolió tanto. Lo iba a echar de menos, está claro, no era un mal padrastro, realmente era un tipo bastante enrollado, pero nunca llegó a ser un padre para mí. Aunque su fortuna y su mansión eran un buen regalo de despedida.
Alguien llamó a la puerta. Me levanté, y al abrir me encontré con un grupo de chicas de unos dieciséis años.
— Ho... hola —dijo la más decidida, ruborizándose, mientras sus amigas soltaban una risita— nos preguntábamos si... esto... ¿está Mike ahí?
— ¡Mike, un grupito de chicas preguntan por ti! —le grité desde la entrada.— Ahora bajará —les dije a las chicas, que soltaron otra risita estúpida.
Mike bajó al cabo de unos segundos.
— ¡BEVERLLY! —gritó, avalanzándose sobre una de las chicas— ¿Cuando has vuelto?
— Hace un par de horas, he ido a tu casa y no estabas así que he venido aquí y... —respondió la chica, hablando rápido.
Así que esa era la famosa Beverlly. Era la mejor amiga de Mike desde que éste tenía memoria y se había mudado a Francia hacía dos años.
— Evan, ¿te importa si vamos a dar una vuelta? —me preguntó mi amigo.
— Claro tío, ya acabo de preparar yo las cosas para esta noche.
Mike me sonrió agradecido y se largó con su amiga. Las otras chicas siguieron en la puerta.
— ¿Tengo cosas ue hacer queréis algo o...?
Las chicas se miraron entre ellas y dijeron un tímido "nos vemos en la fiesta" acompañado de aún más risitas.
[Kayley pov's]
— ¿Lo tienes todo preparado? —me preguntó cuando contesté al teléfono.
— Sí.
— No corras riesgos innecesarios.
— Llevo una pistola las venticuatro horas del día ¿qué son los riesgos innecesarios para mí? —respondí.
— Está bien. Llámame mañana para saber que todo ha salido bien.
— ¿¡Qué te llame mañana?! ¿¡ES QUE NO PIENSAS VENIR A BUSCARME?! —estaba empezando a indignarme. No era la primera vez que me dejaba tirada.
— La casa estará vigilada, habrá policías por todas partes, intentando que adolescentes borrachos no conduzcan, buscando drogas... Es demasiado arriesgado.
— ¡¿Y cómo se supone que debo salir de allí?!
— Ya se te ocurrirá algo. Tengo que colgar. Ya hablaremos amor.
Y colgó. Últimamente siempre era igual. Me dejaba todas las responsabilidades, y luego, se llevaba más de la mitad de los beneficios. Cuando trabajaba sola todo me iba mejor. Tenía que cortar con él e irme. Ya ni siquiera le quería. Seguía con él por miedo a irme. Pero esto ha sido la gota que ha colmado el vaso.
Me vestí para la fiesta, usé un vestido negro que era de mis favoritos, y cogí la pistola, aunque no creía que fuera necesaria usarla, nunca es de más llevar una.
A mitad de camino empezó a llover, pero era demasiado tarde como para dar la vuelta e ir a por un paraguas, así que seguí hacia la casa. La música de oía por toda la manzana.
Entré al jardín bajo la atenta mirada de unos chicos, que se ofrecieron a invitarme a un trago de una extraña bebida.
— Quizá luego —les dije, guiñándoles un ojo. No tenía planes de volverles a ver en toda la noche, pero de todas formas ¿cuál iba a ser la parte divertida de la fiesta si no tonteaba un poco?
Entré en la casa, llena de vasos y bebidas por el suelo. La música resonaba por todos lados. Noté como alguien me tocaba el culo, y como acto reflejo me giré y le pegué una hostia.
— ¡Joder! —exclamó el tío.
— La próxima vez te vuelo la cabeza, gilipollas. —le solté. No iba a aguantar que un imbécil me manoseara.
— Tienes suerte de ser una tía, porque si fueras un tío ya te estaría pegando —me dijo. Su aliento era puro alcohol.
Ese comentario era tan machista que tuve ganas de dispararle. Me aguanté por el hecho de que no quería armar un escándalo, y además, aún tenía que ir a por el dinero.
Me giré para irme y me agarró del hombro.
— ¿Dónde te crees que vas? Eres una imbécil, pero estás buena, así que te vas a quedar conmigo.
Oh dios. Aquello ya me tocó demasiado la moral. Seguía de espaldas a él, así que aproveché mis tacones para pegarle una buena patada en la entrepierna.
— ¡Zorra! —dijo, a la vez que soltaba un grito de dolor y caía al suelo.
Lo dejé ahí agonizando y me fui por el pasillo que según mis estudios conducía a la habitación de Evan, dónde esperaba encontrar algo de valor y la llave de la caja fuerte.
— ¿Dónde crees que vas? —dijo una voz, cuando ya había recorrido más de la mitad del pasillo.
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Hasta aquí el primer capítulo, espero que os haya gustado.
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You want me to burn [Evan Peters]
Fanfiction[Evan Peters Fanfic] "Los ángeles caen, pero los demonios han caído antes" Él no era el chico bueno. Pero ella aún menos. El padrastro de Evan acababa de morir, y eso le dejaba a él toda su fortuna. Mansión. Fiestas. Dinero. Chicas. Kayley nunca h...