¿Son las coincidencias las que nos llevan a encontrarnos con distintas personas en nuestra vida o es el destino el que nos guía hasta ellas? La respuesta, por increíble que parezca, es un hilo rojo, uno que une las coincidencias y el destino, para c...
Él mira hacia los lados y coge algo de la repisa que está al lado de la puerta, cuando logro ver lo que es me sorprendo, ¡no puede ser!
–Dame eso –le digo seria, estirando mi brazo para que me lo devuelva.
–¡No! quiero saber tu nombre –dice abriendo mi agenda de trabajo, sí, habéis leído bien, es mi agenda de trabajo, dónde apunto todos mis casos, clientes...
Intento quitárselo, pero es demasiado tarde ¡malditos pensamientos! Ni si quiera me he dado cuenta de que se ha ido a su piso, salgo y me acerco a su puerta, la golpeo mientras grito su nombre.
–¡Manu!¡Manu! ¡devuélveme mi agenda! ¡Manu por favor! ¡No querrás verme enfadada créeme! –le grito aporreando su puerta.
Escucho unos pasos detrás de mí, dejo de llamar a la puerta para girarme y ver quien está llegando.
–¡Javi! Menos mal que has llegado, aunque hubiera sido mejor que no te hubieras ido –digo cruzando los brazos.
–¿Por qué estas llamando y gritando a nuestro nuevo vecino? ¿Qué te pasa? –dice sorprendido.
–¡Esto no va a quedar así! –grito dirigiéndome a la puerta de Manu- vamos dentro –le indico a mi amigo.
Mientras mi amigo recoge la cucaracha muerta del suelo, le cuento todo lo ocurrido desde que me levanté hasta que él llegó.
–Resumiendo, te has encontrado una cucaracha y el vecino ha venido a matarla, ¿habéis discutido?... y como no sabía tú nombre se ha llevado tú agenda ¿no? –dice riendo –si es que lo que no te pase a ti... –me dice mientras ríe a carcajadas.
–¡No te rías! A sido culpa tuya y de él –digo enfadada –tú deberías haberme dicho lo de nuestro nuevo vecino y él no tendría que haberse llevado mi agenda. ¡Que por cierto tengo que recuperar! –digo dirigiéndome a la puerta.
–No es mi culpa que vivas en tu mundo y que seas tan borde –dice con una sonrisa en su cara.
–Te odio –digo saliendo al pasillo.
–Me amas y lo sabes –dice Javi saliendo detrás de mí.
Me dirijo de nuevo a la puerta de mi querido vecino, nótese la ironía. Llamo y grito como hacía antes pero esta vez sí recibo respuesta. La puerta se abre y veo a Manu con una cara extraña mirándome y con mi agenda en una mano. Me coge del brazo y estira de mi hacia dentro de su piso.
Recorro todo su piso con la mirada, es bastante parecido al mío, la única diferencia es que esta decorado y organizado diferente, pero a mi parecer es bastante bonito.
–¿Eres bruja? –pregunta Manu sacándome como siempre de mis pensamientos.
–Parece que no has comprendido muy bien mi agenda –digo seria, sinceramente esa palabra, bruja, me trae malos recuerdos –y te agradecería que no me llamaras así –digo bajando la mirada.
–¡Dios! Soy idiota, lo siento, no volveré a llamarte así –dice devolviéndome mi agenda –pero me gustaría que me explicaras unas cosas.
–¿Qué quieres saber? –digo cruzándome de brazos.
–¿Es verdad? ¿porque lo tienes? ¿ves él mío? –dice acercándose a mí.
–Ehhhh –digo alejándome un poco de él –claro que es verdad, ¿crees que me he inventado todo esto? –digo sacudiendo mi agenda –es hereditario y no, no veo el tuyo, hay veces que los siento la primera vez, veces que los siento después de un tiempo y veces que no lo siento nunca –le explico.
–¿Qué no lo sientes nunca? –dice él confundido –pues vaya habilidad que tienes.
–Perdona chaval pero yo no elijo cuando verlo y cuando no, ¿sabes?
Tras unos largos 5 minutos de silencio y de ver a mi nuevo vecino pensando, me dice:
Hola!! Como ya podéis imaginar, soy la autora de la historia y bueno, soy nueva en esto y no se muy bien como va... Me gustaría saber que es lo que os gusta y que es lo que podría mejorar, así que solo quería pediros a las pocas personitas que la leéis que si os va gustando, votéis o comentéis en lo que puedo mejorar. Un saludo ;)
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