II

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No tardo en salir de dudas.

Bajo el cuadro está toda la información que necesito.
El nombre del autor y el título de su obra.

C. Nowak (1894–1917)
Camera lui Dean
Dean's room
Dean's Zimmer

Sighisoara, 1913.
Ulei pe panza

"Dean's room". La habitación de Dean.
La casa que Castiel Novak pintó era el hogar de Dean Winchester.  Y en el centro del lienzo, su ventana.
Una ventana que probablemente significó tantas cosas, que tuvo que inmortalizarla en un lienzo.
No puedo evitar sentir alegría. Ese cuadro es la prueba de que Dean y Castiel se conocieron antes de la guerra. Castiel lo pintó es de 1913, cuando Dean ya se había ido a la universidad de Múnich. Pero esto no era suficiente, necesitaba saciar mi curiosidad.
Mi objetivo de esa tarde fue buscar la casa, le pregunté al mesero si sabía dónde quedaba el lugar y después de que examinara la pintura.

-Podría ser cualquier casa.-Dijo después de un rato, pero intenté no agobiarme por su respuesta.

Lo único que está claro es que la casa está dentro de la ciudadela medieval de Sighisoara a juzgar por la proximidad de la Torre del Reloj que se veía al fondo de la pintura.
Mi esperanza de encontrar la casa era de CERO, el pueblo no era tan grande, pero seguro habían cambiado las calles en un siglo.

¿Podría reconocer la casa?

Comenzaba a atardecer y en unas horas tenía que regresar al el busque me llevaría de vuelta a Târgu Mures.

Recorrí todo el área norte de La Ciudadela sin éxito. Empiezo a desesperarme. Y entonces se me clava una pregunta terrible.

¿Y si la casa ni siquiera existe?

La mitad de la ciudad estuvo en ruinas durante décadas.
¿Qué posibilidades reales hay de que el hogar de Dean Winchester se mantenga en pie?

Con esa duda en la cabeza opto por rastrear la parte sur. Me queda de camino a la estación de autobuses y si no la encuentro, me voy de Sighisoara con el misterio por resolver. Y nada. Ni un rastro de esta supuesta casa.
Por el camino voy preguntando a la gente. Me miran como un bicho raro cuando me entienden. Uno de ellos cree que le quiero vender mi móvil.

Finalmente me doy por vencido y bajo hasta la Plaza Hermann Oberth por unas escaleras y le pregunto a un niño que sirve mesas en una terraza.

-¿Reconoces esta calle?-Él mira la foto, me mira a mí, mira detrás de mí y señala con el dedo.

-Allí.

Me giro, y miró sobre mi hombro, ¡allí está! ¡Había pasado por delante y ni siquiera me había dado cuenta! Comparo la pintura con la casa y sonrió satisfecho.

Las piernas me tiemblan a medida que me acerco al portal.
¿Estará habitada la casa? ¿Vivirá alguien de la familia aún allí? Y de ser así, ¿podrá alguien contarme por fin qué relación tenían Dean y Castiel?
Me planto delante de un gran portón de madera.
En él, una gran placa reza TASCHLER HAUS BOUTIQUE HOTEL.
Un hotel no es buena noticia... pero al menos el edificio no está abandonado...

La puerta está cerrada. Llamo al timbre y espero un buen rato hasta que la puerta se abre. Una mujer de unos 50 años asoma la cabeza y me hace pasar.

-¿Quiere una habitación?-me pregunta.

-No busco alojamiento.-Le contesté, me miró con el ceño fruncido, un tanto desconfiada.
En ese momento me doy cuenta de que no puedo contar la verdad. ¿Qué le digo? ¿Qué soy un entrometido que se ha obsesionado con dos muertos de hace un siglo?

Decidí hacer lo que he visto en todas esas películas que tanto me gustan. Fingir.

-Estoy haciendo un trabajo de investigación sobre la Primera Guerra Mundial en la zona.-Sonrió para mis adentros.-Me han dicho que aquí solía vivir la familia Winchester, ¿no es así?

-Si, este edificio ha pertenecido a mi familia desde hace generaciones.-Me contesta la señora. No pude ocultar mi asombro alzando las cejas.

Resultó ser que era Ileana Petran, hija de Víctor Petran y Mihaela Winchester, hija de Ancel Winchester.
En ese momento le cuento lo de la tumba intentando que no me tiemble la voz.
Se supone que soy un investigador profesional, contrólate, Jack.

-Si, los enterraron juntos.-Asiente.-Pero no sé por qué.

-Me han dicho que Dean y Castiel eran amigos.-Me atrevo a decir. Ella asiente de nuevo.

-Si, iban juntos al instituto, como la mayoría que están enterrados allí.-Me viene un escalofrío al pensar en esa escuela cerca del cementerio.

Está claro que Dean y Castiel se conocieron cuando eran adolescentes. O quizás antes. Y que su amistad se forjó en los pasillos de ese edificio, una amistad que se cortó cuando Dean se fue a la universidad de Munich hacia 1912 y Castiel se quedó en Sighisoara.
Por eso Castiel pintaba la ventana de Dean. Porque le echaba de menos. Incluso un año después de su separación él aún le dedicaba sus cuadros. Todo parecía indicar algo más que amigos, ¡eran los únicos enterados en la misma tumba!

-¿Quizás la familia de Castiel Novak no tenía dinero para una tumba propia?.-Ileana se encoge una vez más de hombros, pero eso no me convencía para nada.

Seguimos hablando de los Winchester un buen rato, de cómo Dean y su padre murieron pero Ancel sobrevivió, quedándose con la casa. Lamentaba que Dean muriera soltero y sin descendencia.
Señalé la ventana que está justo encima de nosotros.

-¿Esa era su habitación, ¿verdad?-Ella abre los ojos como platos.

-¿Cómo lo sabes?-Le enseño la foto del cuadro.

-¿Me la podría enseñar?-Me atreví a preguntar.

Ella asiente y me hace pasar. Entro en la antigua casa de Dean casi de manera reverencial, pero se me pasa de golpe al ver que la han reformado por completo y por dentro es TERRIBLEMENTE FEA.
Los frescos de las paredes son para arrancarse los ojos.
Camino de la habitación, uno de los frescos en la pared llama mi atención. Es una representación de un molinero (Winchester en alemán, el símbolo de la familia de Dean). Definitivamente estoy en el lugar correcto.

La habitación no está ocupada, así que puedo visitarla sin problema. Ileana me abre la puerta y se me corta la respiración. Delante de mí está la habitación de Dean.
Me dirijo a la ventana y desde allí adivino el lugar en la calle desde el que Castiel pintó su cuadro. Y levanto la mano, como si yo mismo fuera Dean, despidiéndome de Castiel, que acaba de salir de mi casa con una sonrisa en sus labios y se gira para saludarme con una sonrisa.
En ese momento siento que no me puedo ir. A la mierda el bus a Târgu Mures que sale en un rato. A la mierda todo.
Me giro y le suelto a Ileana:

-Creo que me voy a quedar a dormir aquí esta noche.-La mujer sonríe, como si ya sospechara que iba a decir eso.

-Me alegro, porque tengo algo que enseñarte. Y vas a necesitar tiempo para examinarlo.

𝙏𝙖𝙠𝙚 𝙢𝙚 𝙩𝙤 𝘾𝙝𝙪𝗿𝗰𝗵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora