Por las escaleras de la montaña se encontraba Luzu, todavía empuñando la espada con rastros de la sangre de Rubius. A Luzu dentro de él, muy en el fondo, le dolía tener que herir a sus antiguos amigos, pero sabía que si no lo hacía jamás lo tomarían en serio, y ya estaba más que cansado de eso, desde las elecciones era conciente de que todos veían su estado como un berrinche.
Siguió subiendo las escaleras, de alguna forma odiaba estar cerca del pueblo, pero era incapaz de mudarse. Y esto a veces le molestaba. Abrió las puestas de su muralla mientras estas rechinaban ante tal movimiento. Entró a su casa y dejó todo lo que llevaba encima a lado de la puerta para ir a uno de sus armarios y tomar un pico y una pala, tenía que empezar a trabajar; así que se dirigió hacía uno de los laterales de su casa y empezó a cavar en silencio.
Mientras tanto los chicos que hace unos momentos atrás fueron atacados por Luzu salían por fin de la tienda, cada uno con sus respectivas heridas y evitando cualquier interacción con aldeanos y sus compañeros. Aún tenían que procesar lo ocurrido. Aunque Vegetta es que tiene más heridas prácticamente llevaba al ojiverde por los hombros, ya que su única herida apenas le dejaba caminar, o mejor dicho arrastrarse.
Llegaron en 10 minutos a la puerta de Vegetta, el cuál suspiró de alivio al ver a qué habían llegado y de que su puerta estaba intacta. Ambos entraron y se sentaron en la base de las escaleras, ya que sus fuerzas ya no daban para más; primero Vegetta ayudó al peliblanco para luego sentarse él a su lado.
Había un pesado silencio, solo se escuchaban el sonido de las aves y el gruñido de algún monstruo por la zona.
-Vegetta...- decidió hablar por fin Rubius, había insertidumbre en su voz -¿Qué tiene Luzu? ¿No habían dicho que todo ese episodio suyo ya era del pasado?-
Vegetta tardó en responder, miro un momento hacía el cielo. Es verdad, cuando el muchacho fue arrestado y llevado a la cárcel, que de hecho parecía haberse calmado, después de su arresto en el bosque.
Cuando pasaron 3 semanas Alexby, Fargan y él se habían reunido y habían quedado en que la condición para que el chico pudiera quedar libre era que tenía que dejar las fechorías y dejar todo su montaje atrás. Una vez que estuvieron de acuerdo fueron a la celda dónde se encontraba Luzu, los tres vieron algo aterrorizados que los ojos de Luzu se habían apagado, la furia que había en sus ojos se había atenuado, dejando unos ojos castaños con unos pequeñísimos rastros del escarlata de antes; su mirada era vacía, los cortes de aquel día se habían vuelto notables cicatrices. Los tres chicos estaban preocupados por su amigo, sí, claro, ellos junto a los demás lo habían encerrado pero era porque Luzu les importaba.
Alexby le hizo una señal a Fargan para que este liberara la chico de sus esposas, quien obedeció al instante. Luzu no hizo ademán de moverse, de hecho cuando le quitaron las esposas sus manos solo se dejaron caer y este solo miró vacíamente al policía. Vegetta se volteó al chico y le explicó lo que estaba pasando.
-Luzu, creemos que ya es buena hora de dejarte libre, pero he aquí las condiciones que debes cumplir- dijo para después alzar su dedo índice enfrente de su propia cara -Lo primero es que debes de dejar atrás todas las fechorías, deja eso de lado, Luzu por dios-
-Segundo- alzó su dedo medio junto al índice -Deja atrás todo este teatro Luzu, es algo estúpido, más cuando sabemos que tú no eres así. Deja el juego- terminó Vegetta mientras trataba de poner un semblante más serio.
Luzu se levantó lentamente y quitó el cabello de su cara, dejando sus dos ojos a la vista.
-Yo no creo que sea un juego- susurró
El ojimorado alzó la ceja, mientras los policías estaban en la puerta esperándolos para poder irse del lugar.
Luzu volvió a agachar la cabeza y el cabello le volvió a cubrir sus ojos, apretó los dientes. Cómo siempre nadie se lo tomaba en serio, estaba más que harto de esa porquería. Contuvo su ira y dibujó una ligera sonrisa falsa en su rostro para acabar con eso y alzó su rostro mostrando su sonrisa "brillante", después de todo no era la primera vez que tenía que fingir que estaba bien y que no pasaba nada
-Tal vez tienes razón, llevé esto demasiado lejos- alzó su manos en un signo de quitarle importancia a las cosas -No se preocupen todo vuelve a la normalidad hoy- dijo para poder irse, cuando pasó por la puerta de la celda y vió que los policías ya no lo miraban su mirada volvió a tener un poco más de escarlata. Mientras tanto Vegetta miraba desde atrás satisfecho, creyendo que había salvado a su amigo y que había hecho lo correcto para este.
El de ojos morados volvió a la realidad y se volteó para poder ver a Rubius.
-Parece que nunca tuvo la intención de dejar eso de lado- le respondió finalmente.
En un lugar cerca de la casa de Luzu se encontraba un chico con pelo negro ligeramente alborotado, quien se dedicaba a alimentar a los animales de su corral, su nombre es Auron, psicólogo, doctor, juez y mano derecha del alcalde Lolito.
Él hace un tiempo había ayudado a Luzu a hacer su campaña a la alcaldía, para después apoyar a Lolito. Vale, que él había sido de las principales razones de porque el castaño había cambiado, pero el pelinegro estaba más que convencido que había salvado a su amigo, a quien a veces entre broma y broma le llamaba "mi niño". Incluso después de lo que ambos...
Estaba muy tranquilo en su patio cuando de pronto sintió algo pegándole en su pierna, cuando volteó hacia abajo se encontró con su mascota Frederick.
-Joder Frederick, ¿que haces aquí? Venga vayamos adentro, hijo mío- decía mientras tomaba al pequeño pollo entre sus manos y se dirigía al interior de su casa, con una sonrisa en su rostro.
Mientras tanto en lo alto y a la distancia un muchacho de sudadera negra estaba sentado en una muralla negra y miraba con desagrado los movimientos del pelinegro.
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Hola.
¿Cómo están?
Yo la verdad tengo flojera de hacer mis trabajos ¿y ustedes?
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|∆~Your worst nightmare~∆| Luzuplay
FanfictionIncluso después de lo que me arrebataron...¿creen que no soy capaz de ser cruel? Creyeron que todo es un juego... Pues adelante...juguemos Tú mismo quisiste jugar con el demonio No te vas a salvar de mí, será mejor que huyas... Dibujo de la portada...