AGOSTO, 2016
4:30 am
El viento soplaba moviendo las hojas de los árboles, el frío recorría lo largo de las casas, entrando por las ventanas y saliendo por las puertas dejando atrás una lúgubre sensación de cambio.
Al costado de una calle pequeña, de dos carriles donde autos pasaban de un lado a otro, se encuentra una casa... "La" casa.
El Sol no ha salido, las luces de los vehículos provocan destellos en los cristales de ala ventanas y uno de ellos va a parar a su cara.
La cortina es abierta por una mujer, y con su mano toca el rostro de un joven que se encuentra en un profundo sueño. Con una suave caricia y un susurro la mujer le despierta; era su madre, venía a recordarle la hora y el gran suceso, pues era su primer día en la Preparatoria.
El chico se levanta, con la espalda algo encorvada, suelta un gran bostezo, digno de ser contagiado, estirando su cuerpo, cubierto por una gran pijama, se pone las gafas, toma un bolígrafo y una libreta, que en la parte trasera dice "Diario"
Humedece la punta de su dedo con la lengua, mueve las páginas hasta la primera hoja en blanco y escribe:"Días atrás había recibido la noticia; una madrugada de tension, con mi familia rodeándome emocionada, todos sentados alrededor de una computadora, cual campantes en la fogata, esperando los resultados de aquel examen que tanto me había puesto a estudiar meses atrás.
Después de minutos donde los resultados eran más y más difíciles de obtener y el rostros de mi madre lucía cada vez más nervioso, yo pedía por todo en mi vida, quedarme en la escuela que yo había elegido.
Cuando logré entrar a la página... mi sorpresa fue grande, al igual que mi tristeza... logré asegurar lugar en uno de los colegios más demandados de mi ciudad, y yo me sentía confundido, pues no era la opción que yo anhelaba, y mis padres lo notaron, decidieron alentarme, intentando convencerme de que esa escuela era la mejor y que estar ahí me haría un estudiante destacado y completo... O eso pensaban"
Un grito se oye desde la planta de abajo, el chico cierra el cuadernillo de golpe y se viste apresuradamente.
Pantalón, camiseta, suéter... Solo le faltan las calcetas y zapatos.
Este pequeño chico se levanta nuevamente, buscando sus zapatos en el piso
Me levanté, buscando mis sandalias en el suelo, sin encender la bombilla y di mi primer paso sin ella esperando sentir el frío del azulejo en mi planta, en cambio lo único que pude sentir fue un dolor intenso al pisar un juguete que mi hermana había dejado tirado por ahí; de golpe regresé a la cama, abriendo completamente los ojos, y sobaba mi pie cuando mi madre regresó a la habitación, y dijo en una clase de pequeño grito: -¡ya deja de estar de flojo y apúrate!, se les va a hacer tarde, aún tienes que desayunar, arreglar la cama, pasar al WC, lavarte los dientes y recuerda que los transportes no van vacíos-
Con ese listado de actividades en mi cabeza me quité la pijama y me vestí, con la tranquilidad de siempre.Sali de mi habitación, pasando por la habitación contigua que en ese momento era el cuarto de mis padres y subí un minúsculo escalón que llevaba directamente a la cocina-comedor, donde ya estaba servido mi desayuno:
Un plato de Fruta, un vaso de jugo de Naranja, una taza de leche y un par de quesadillas en un platoMe acerqué sorprendido de no ver mi ya tradicional vaso de leche acompañado por un pan azucarado en la mesa, y le pregunté a mi madre: -¿debo comerme todo esto?- y ella muy dulce como suele ser, me respondió: -Sip, vas a estar afuera mucho tiempo y debes ir bien alimentado-
Tardé poco más de 15 minutos en comer todo el contenido de mi nuevo menú y rápidamente realicé todo lo que mi madre me había mencionado minutos atrás.Cuando hube terminado todo aquel buffet, tomé mi mochila del suelo, la cuál era gris, pequeña, algo rota y con una correa cosida, preparada una noche antes, en la que cargaba una libreta pequeña, un estuche para los útiles y un sobre con todos los papeles que había sacado anteriormente para la inscripción escolar.
Mi madre se paró en la puerta, viéndome a los ojos, logré leer las lágrimas que se avevecinaban, y no supe que hacer o que decir, así que la abracé y le dije: -vengo al rato- a lo que me respondió: -si, no te preocupes, pon atención y bebé... ¡Cuídate mucho!- Un movimiento de cabeza afirmativo le respondió, ella cerró la puerta, y bajamos, mi padre y yo, hacia la salida de la casa, pasando al lado de la casa de mi abuelos, y llegamos al zaguán... En el momento en que salí por esa puerta, supe que ya todo lo que conocía había terminado y algo más había comenzado.
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Timidez Extrovertida
Fiksi RemajaDurante la vida de un joven se desarrollan distintas etapas, distintas capaz, miedos y fortalezas ¿Cómo lidia alguien inocente con los cambios? ¿Que tal los recibe? ¿Esto como puede afectarlo? Acompaña a nuestro protagonista a descubrir que sucede c...