Perderse en el camino de la vida. (Viaje al pasado)

Capítulo 21 - Disidencia familiar

Cansados, ojos distantes miraban el puesto de entrenamiento abarrotado.

Obito se sentó en el suelo a una distancia segura de Itachi mientras el chico más joven se enfriaba de su entrenamiento con la práctica de shurikenjutsu. Observó, sus ojos pegados al poste, pero su mente divagaba. Escapando

Solo había pasado un día desde que el Equipo Siete regresó de su misión de Rango C, y para decirlo claramente, Obito estaba cansado . La práctica del equipo anterior no había sido más laxa como lo había sido en el viaje de regreso, y fue completamente desalentador para el viajero del tiempo ya derrotado.

Exteriormente, Minato era igual. Rin y Kakashi también dieron pasos obvios para parecer imperturbables, pero era simple darse cuenta de lo forzados y antinaturales que eran sus comportamientos. Cada vez que Obito movía un smidgeon demasiado rápido, o hablaba desde detrás de la morena, ella se encogía ligeramente. Muy a menudo, cuando el Uchiha miraba a Kakashi, encontraba que su mirada se cerraba con ojos igualmente oscuros antes de que éste mirara hacia otro lado abruptamente. Incluso Minato, que era relativamente el mismo, tenía un hábito en lugar diciendo que dejaron claro que todo era no está bien. El rubio aún se negaba a hacer contacto visual con Obito, y aunque eso podría interpretarse como miedo o cobardía para algunos, era más probable que Minato estuviera guardando sus pensamientos. Ahora que sabía la verdad, sabía que Obito no era el que él conocía, tenía que mantenerse vigilado para evitar que un enemigo potencial lo buscara en busca de respuestas.

Obito suspiró. Había estado preparado para esto, y todavía dolía. No tanto como lo había hecho el día anterior, y ciertamente no tanto como lo había hecho la noche en que Minato lo había confrontado, pero aún era un dolor siempre presente.

Y aún quedaba la pregunta importante: ¿qué iba a hacer cuando fuera interrogado nuevamente?

Para ser completamente honesto, estaba más que un poco sorprendido de que aún no lo hubiera estado. Sobre todo, estaba sorprendido de que todavía lo mantuvieran en la casa de su sensei, en su misma habitación, sin ningún sello de restricción o cadenas para atarlo. Lo único realmente diferente fue el hecho de que Obito se mantuvo alejado de ese lugar lo más posible, eligiendo quedarse fuera hasta tarde antes de volver a casa cuando Minato y Kushina estaban dormidos. De hecho, tenía la intención de pasear por Konoha y sentarse en el Monumento Hokage más tarde, todo para pasar el tiempo, no le gustaba la idea de que su presencia incomodara a sus dos anfitriones.

Con respecto al interrogatorio en sí, sabía que iba a suceder, y aún tenía que hacer un plan. Dudaba en regresar a la vida de un ninja desaparecido, pero comparándolo con la seguridad de su equipo ... Bueno, su propia felicidad era un pequeño precio a pagar. Debido a que tenía absolutamente ninguna duda de que, si no lo hacen directamente, que al menos sería finalmente terminar en la hospitalidad de T & I con un Yamanaka preparado para sondear su mente. Estaba seguro de que lo llevarían a ser interrogado, seguro de que lo considerarían clínicamente loco o enemigo.

Pase lo que pase, no estaba dispuesto a dejarlos entrar en su mente y buscar información, porque dejar que Konoha se involucrara en sus planes para destruir a Madara y a los demás era algo que se negaba a permitir.

Egoísta, tal vez. O tal vez era su sentido de responsabilidad, porque sentía que debía ser él quien matara al hombre, que era su responsabilidad hacerlo.

Sabía que era miope y tonto, similar al sueño de Sasuke. Pero en su defensa, ya no estaba seguro de cuánto podía confiar en alguien con su vida, cuánto podía confiar en los que cuidaba con sus propias vidas, para el caso. Porque no iba a permitir que una sola de sus personas preciosas se martirizara, maldita sea.