MOM [ALICE CULLEN]

1_ OJOS DORADOS

(.♡.)

Sebastián y Melody iban caminando por las calles de Forks, tomados de la mano.

Después de llegar ayer, a ese pequeño pueblo, habían decidido ir a dar un recorrido.

Pasaron por una cafetería.

—¿Quieres tomar algo?— le preguntó Sebastián.

—Si, por favor.

Una vez adentro, se sentaron en una esquina, uno frente al otro, pidiendo un capuchino para Melody y un sándwich para su novio.

Después que la mesera — muy amable— les sirviera lo pedido, empezaron a imaginar cómo sería una nueva vida juntos.

Todo entre risas gracias a las caras que hacía la chica.

La castaña se percató de tres chicos que estaban en la barra.

Uno era grande y musculoso, Melody pensó que enserio parecía un oso.

Había otra chica, con el pelo castaño claro, y largo.

Por último, Melody se percató que había otra mujer, solamente que está tenía el pelo corto y de color negro.

Todos eran muy pálidos, con ojos dorados, algo que la confundió.

"Esa chica es extremadamente hermosa", pensó Melody.

Alice, al notar la mirada de Melody en ella, le devolvió la mirada, con una pequeña sonrisa coqueta.

La chica Martin se perdió por un segundo en sus ojos, y al notar la sonrisa que le daba la de ojos dorados, se sonrojó.

—Mel, ¿Qué estás viendo?— le preguntó Sebastián mientras miraba hacia atrás— ¿Ah esa gente extremadamente pálida? No son la gran novedad.— dijo con una sonrisa burlona.

La castaña lo miró a los ojos.

— No te parecen... No se... Hermosos, son perfectos. O al menos un poco extraños, solamente la chica que cabello largo está comiendo, pero bueno, no soy nadie para juzgarlos. Ni siquiera los conozco. — dijo mientras le daba el último sorbo a su bebida.

Sebastián cambio su cara divertida a una sería.

—¿Qué? ¿Dije algo malo?

—El único que te tiene que parecer "hermoso" aquí soy yo.— dijo mientras ponía dinero en la mesa— mejor ya vamonos.

—¡Oh vamos! No seas patético, era solo un cumplido cuando dije que eran perfectos.

Melody iba a protestar, pero el chico Smith la jaló del brazo.

Estaba confundida, su novio nunca se había comportado tan extraño.

Además, decir que unas personas eran la perfección pura no era malo ¿No? Todo el mundo lo hacía.
Se preguntaba Martin mentalmente.

Al pasar por la mesa de los Cullen, le dirigió una última mirada a Alice para luego salir de ahí.

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¡Os quiero!
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