D í a d o s

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Otra vez mi despertador. Me preparo y me voy. Ya se me estaba volviendo una rutina y odio eso. Fuimos con Lei en su auto, pero no hablamos mucho, sabe que no me gusta hablar a dicho horario. Llegamos a la escuela, le dije a Lei que si quiere vaya con sus amigas, antes de que vengan ellas acá, prefiero que vaya ella.

Bueno, luego de la formación, fuimos a los salones. No voy a dar detalles de la estupidez que viví ahí. Lo que me llamó la atención fue en el recreo.

Estaba sola como siempre, aburrida y con los ojos llenos de ojeras. Un chico me estaba mirando raramente, ni si quiera disimulaba, cada vez que pasaba, no me quitaba la mirada de encima. Era en serio lindo, era de esos lleno de amigas, y las mismas en realidad se mueren por el.

Ya luego de todo el día, dormí una larguísima siesta. De noche no iba a poder dormir, quiere decir, insomnio. Siempre que esto ocurre, voy al parque que está cerca del colegio. Hable rápido, porqué ya estaba sentada en el pasto, escuchando I will de The Beatles. Eran como las 3 de la mañana. Forma parte de la misma rutina de siempre. Misma chica, mismas ojeras, misma cara de querer dormir. Mismo chico mirando. Esperen, eso no es común, que hace el chico de hoy allí. Se estaba acercando.

¿?: Siempre tan sola, ¿Puedo acompañarte un rato?

Yo: Em, no.

¿?: Vamos, me llamo Shane. Y a mi también me gustan los Beatles.

Yo: ¿Y como sabes eso?

Shane: Se escucha perfectamente.

Me estaba levantando. No estaba en estado de socializar ahora. Ni nunca.

Yo: Me voy.

Shane: No te asustes, tranquila. Mira, yo vengo aquí cuando tengo insomnio, y literalmente este es mi lugar, o lo compartes, o lo dejas.

Y eso bastó para que me quede.

No me había dado cuenta cuando estábamos los dos tirados escuchando música, hasta me dió su cigarrillo, que tierno, yo nunca haría eso. Me contó que el siempre estaba aquí tirado, y me miraba en la banca de la otra esquina, hasta cualquier hora. El estaba en mis noches de insomnio.
Tuve mucha vergüenza .

Al otro día fuimos a la escuela directamente, sólo alcanzó el tiempo para ir  a cambiarnos los uniformes. ¿Adivinen? Vivíamos a dos cuadras. Fue todo muy repentino, pero no pensaba seguir hablándole. ¿No saben como termina?

"He dicho su nombre."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora