Cuando salí del estúpido ciclo en el que me encontraba ¿saben lo que hice?
Mande todo a la mierda.
Cuando rompí con Ben no me dolió, porque me dolía estar con él, era manipulador, irrespetuoso, tóxico, todo lo contrario, al hermoso caballero que juró ser cuando comenzó nuestra relación.
Además de...bueno además de muchas cosas más.
Típico.
Entonces dos días después era la reina de todas las fiestas de mi alrededor, salí de compras, hice ejercicio (traté), volví a escribir, hice de todo, todo menos llorar.
No tenía límites, pero si una regla:
No te vuelvas a enamorar.
Porque el amor resultó ser la mierda más grande en la faz de la tierra.
Todo iba a la perfección, pero digamos que no me duró mucho.
Tres meses después de haber terminado con Ben, ya había quemado la etapa de emborracharme y estaba en una mucho mejor.
La lectura.
El día antes de conocerlo había visto la reseña de un libro distópico por Internet, y me encanto tanto que al no encontrarlo en pdf decidí usar una parte de mis ahorros para comprármelo.
Y fue ese día donde todo se fue al cayo. Cuando llegue a la librería él ya estaba allí, las estanterías no eran altas por lo que podía ver a todas las personas que estaban en el lugar a la perfección de los hombros hacia arriba, él estaba curiosamente en el pasillo de romance, el cual estaba en el lado izquierdo al de ciencia ficción al que yo me dirigía.
Lo primero que me llamó la atención fue su altura, resultaba hasta intimidante, y eso que se notaba una pequeña curva en su espalda al estar revisando un libro con portada morada que tenía en sus manos.
Después él levantó la vista y deslumbre por primera vez, lo que hoy me tiene como loca obsesionada por él.
Sus ojos.
Eran de diferentes colores, uno era tan gris que resultaba hasta un poco escalofriante, otro era de un color marrón rojizo, sus pestañas eran abundantes y su pálida piel le daba toque de un ángel.
Era un ángel con miles de demonios en su interior.
Llevaba un tatuaje, no lo reconocí porque era pequeño, demasiado, cualquiera diría que solo era una marca de nacimiento, hasta yo lo pensé, luego descubrí que no.
Cuando me miro sentí ese maldito sentimiento de que me golpeaban en la boca del estómago.
Ese que te advierte que esa persona va a ser importante, aunque lamentablemente no te avisa por cuánto tiempo tú vas a ser importante para él, si es que lo llegas a ser.
El caso es que el chico me encanto.
Cuanto ya tenía en mis manos al único amor de mi vida que merece mi tiempo, ósea el libro, fui directo a la caja registradora, porque si me quedaba estoy segura de que mi tarjeta de crédito quedaría hasta el fondo.
Cuando llegué a la caja me encontré con una chica como de unos veinte años, cuando estaba empacando mi compra llegó el chico a pagar el libro que había escogido.
La chica deslumbrada por la belleza del chico, ¿adivinen que hizo la muy descarada? Pues se puso a envolverle la compra a él dejando la mía a un lado cuando ya casi estaba lista. Me acuerdo de que respire hondo muchas veces, porque me conocía, la chica podría quedar calva si yo me exasperaba.
Cuando la compra de él estaba casi lista la chica lo miro "disimuladamente", acción que el noto, la chica sonrojada a más no poder se dirigió a la caja para darnos los recibos, pero el movimiento fue tan brusco que los dos paquetes se cayeron junto a unos cuantos separadores. Se agacho a la velocidad de la luz y nos entregó los paquetes a cada uno y los recibo, tal vez con la intención de que el chico se largara y su vergüenza acabara.
Cuando salimos el chico me abrió la puerta, y le agradecí.
–¿Qué género lees? – me pregunto intrigado.
– Ciencia ficción – respondí orgullosa, me encantan todas las clases de libros, pero estoy obsesionada con la ciencia ficción, el suspenso y claramente el romance.
–¿Y tú? - sabía que leía, pero quería que lo admitiera.
No todos los días te encuentras a tremendo dios griego en una librería leyendo romance.
– Tal vez era un extraterrestre o un robot... un chico normal no creo – me acuerdo de que pensé.
Vaya que no lo era.
– Erótica – estoy segura de que mi sonrisa no podía ser más ancha.
– Genial, que lo disfruten – le dije de broma.
–¿Disfruten? – me miró extrañado.
– Si – le digo asintiendo y cuando él no capta el mensaje le miro a los ojos y luego a su entrepierna – que lo disfruten – repetí sonriente.
Él me sonrió tímidamente sonrojándose al máximo.
– No es lo que piensa, estoy haciendo una investigación – afirmó.
– Ya veo que sí – le dije sonriente mientras me alejaba.
– Ey! Que conste que no soy un pervertido – me grito a lo lejos.
Si que era un mentiroso el muy estúpido.
Y así fue como me fleche por Lowell Chalame.
Pero no lo volvía ver, hasta que mis amigos tuvieron ese estúpido plan que no resultó exactamente como esperábamos.
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Operación Amor
Teen FictionBrooke es una chica que se decepcionó del amor luego de una relación tóxica, un día conoce a Lowell y se decide de que es hora de volver a intentar amar. La tarea de conquistar a un chico cuyo corazón no da señales de existencia es algo difícil, pe...