Primer paso: Encontrarlo

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Un mes después

Resulta que después de mi año perdido con Ben, mis amigos me aprovecharon más que nunca y aquí estamos en una de nuestras tantas pijamadas de los sábados, Karen se encuentra en la cocina preparando los bocadillos, mientras Esme organiza el espacio para poder ver la película todos cómodos, Wyatt no ha llegado porque... Bueno porque es Wyatt.

¿Y yo?

Obvio, leyendo mientras dejo que ellos se ocupen de todo, que buena que soy, un pan de Dios.

Me encuentro sumergida en la escena de Marco pidiendo a Sumer que se aleje... y estoy a punto de llorar, pero Wyatt llega para arruinar todo.

–¿Que veo aquí? – cuestiona sarcásticamente – ¿nos crees tus esclavos o qué? – le dedico mi peor mirada – mueve ese culo plano de ahí y ven a ayudarme a sacar la compra que me obligaste a hacer...Vil desconsiderada.

–¡¡Eh!! Con mi culo no te metas – le digo enojada y voy en busca de la compra con él al lado.

– No digo nada malo, solo que suerte que tu cara y tu pelo son lindos sino... – me dice entre risas.

– Eres un estúpido – le grito y lo empujo amistosamente – cuando vaya al gimnasio te cerrare la boca.

– Vamos, tú nunca vas a gym ni iras, eres la pereza personificada – me responde.

–¡Ja! Tu solo vas por Spencer – estúpida, estúpida, estúpida – lo siento Wyatt...yo... es que no me acordaba. Sabes como soy...lo siento...

– No te preocupes, ya lo estoy superando – como mejor amiga que soy sé que está mintiendo – es solo que...no sé cómo vi señales donde claramente no las había.

– El amor es una mierda – le digo.

– Si que lo es.

– Pero bueno, este cuerpo tallado por los dioses no va a llorar por ese estúpido – me dice señalando su cuerpo tipo; solo mira todo lo que ofrezco – cualquiera babea por mí... ¡Spencer que se joda!

– Definitivamente - le digo entre risas.

Después de que rete a Wyatt a quien podía cargar más bolsas y obvio el me ganara, dejándome solo con dos mientras el llevaba unas diez, el cual era mi plan desde el principio nos pusimos las cómodos, Esme se puso el pijama ya que era la única que estaba vestida con ropa casual y Wyatt se quitó la camisa.

Nos sentamos en una especie de sofá hecho de cojines y mantas en el suelo y le dimos play a la película.

Después de media hora nos dimos cuenta de que la película era mala, muy mala, entonces empezamos una sección de fotos improvisadas. Me di cuenta de que Wyatt estaba un poco callado así que le hice señas y nos dirigimos a la cocina, cuando llegamos me di cuenta de que su semblante era triste y sombrío.

– Enserio, ¿Que tienes? – inquirí.

– Es complicado – me dice.

– Pues vamos a complicarnos los dos – le hago saber, nuestro grupo era unido, pero con Wyatt era otra cosa, lo conocí el primer día de secundaria y ahora estamos a meses de entrar a la universidad, nosotros tenemos una conexión grande, somos hermanos. Él fue quien me ayudo con Ben, una de las razones por las que abrí los ojos y deje de ese ciclo destructivo en el que estaba, y después me consoló, me vio llorando por un idiota que solo me había daño, y no me reprocho, solo estuvo ahí...como siempre.

Si supieras porque lloraba...porque lloro...

Y si él estuvo yo estaré.

Regla número tres de Wyatt y Brooke: un problema nunca es de uno, es siempre de los dos, siempre.

Operación AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora