Operación Amor

Tercer paso: El coqueteo

Este capitulo va dedicado a @LalaJbgeom que me ha hecho el día con sus comentarios.

Cuando llegue a casa en eso del mediodía me encontré a mamá en la cocina, podemos decir que no muy feliz de que su hija haya dormido fuera de casa, después de explicarle una y mil veces que dormí en casa Karen (lo cual es mentira, pero ella no tiene que saberlo), me dispongo a subir las escaleras. Cuando estoy a punto de librarme de un castigo ella busca el tema más indicado para que al fin y al cabo me gane tremendo lío.

– ¿Te llegó la carta de admisión? – me pregunta de brazos cruzados, mientras que por alguna razón su pie izquierdo toca una y otra vez el piso, creando un ruidito molesto para mis oídos.

– No mamá – le digo cansada del tema.

En dos meses comienzo la universidad y mamá quiere que vaya a Stanford. No quiero ir a la universidad en estos momentos, ni siquiera sé si me gusta la carrera de economía, solo la escogí porque ella desde pequeña me ha entrado esa idea hasta por los ojos, no me conozco tan bien como para decidir qué haré el resto de mis días, ¿y si me equivoco?

– Qué raro – comenta con desconfianza.

– Si, tal vez no me aceptan – le digo mientras me encogiéndome de hombros, ella me reprocha con la mirada y me indica que salga de su vista.

La verdad es que la carta me llego hace un mes, pero gracias a la vida mamá estaba con la abuela así que fui yo quien la recibió, si me habían aceptado, y sé que se lo tenía que contar, pero estos días he estado muy distraída.

Casi se cumple un año de aquella vez...

Cuando llego a mi habitación me lanzo en la cama y me quedo dormida.

***

– Como si quisiera – le digo sonriendo.

– Quiero – me susurra mientras se acerca y me agarra por la cintura atrayéndome a él.

– No, no quieres – le digo tratando de separarme.

– Si, si quiero – y entonces sus labios están a centímetros de los míos cuando los escucho.

– Brooke... - escucho una voz...

– Brooke – lo conozco, estoy segura, es...

– ¡¡Brooke!! – me despierto exaltada y nerviosa, cuando miro a todos lados y solo veo oscuridad busco el interruptor y enciendo la luz.

Wyatt.

– ¡¿Que te pasa?! – le grito – estaba teniendo un buen sueño – finalizo cruzándome de brazos y haciendo puchero.

– ¿Que te pasa a ti? – me pregunta.

– ¿Qué me pasa de qué?

– Vamos al cine y tu no estas arreglado – me reprocha con una ceja alzada.

– No quiero ir – le digo mientras me acomodo nuevamente en mi camita con toda la intención de seguir durmiendo, pero mi estomago ruge y después lo hago yo.

No he comido nada en el día entero.

– Te comprare comida – me dice cantado las palabras.

– Te voy a dejar en banca rota – le digo con cara de perrito – cuando salgamos de nuevo pago yo.

– Pues paga hoy – me anima.

– No quiero – le digo mientras me levanto a buscar comida.

– Vamos – me dice alborotando mi pelo mientras caminamos hacia la cocina – te gustara.