– Él es mi mejor amigo, – le dice un animado Spencer a un Wyatt con cara de pocos amigos, por lo que parece este quiere aligerar las cosas con mi mejor amigo, pero lo que él no sabe que si hay una persona más orgullosa que yo en esta vida es Wyatt – su nombre es Lowell – informa Spencer acercando a Esme y a Karen con la intención de mantener las distancias con Wyatt al ver que este está enojado.
Cuando el chico escucha que lo han presentado esboza una mini sonrisa, una súbita elevación de sus comisuras, ocultando su dentadura, es una sonrisa un tanto forzada, como si no supiera como hacerlo, como si esa acción no era algo que hiciera a menudo. Era una sonrisa torpe, tierna, y perfecta porque me hizo pensar que muchas de las mías son más amplias que esas y no están cargadas de felicidad.
Es como si no supiera mostrarla, por lo que entendí que cuando la utiliza las siente de verdad, no por apariencias, por obligación o por costumbres, él sonríe...
El alcohol me pone hasta poética...
Y muy habladora.
– Tu – le digo señalándolo y sonriendo mientras doy unos brinquitos pequeños -, ese libro está que arde, ¡literalmente! - le digo.
Y señores y señoras así fue como supere el paso número uno, encontrarlo.
Paso numero dos: Su número.
Ahí estaba, era el, era su altura, era su pelo, eran sus ojos, y esos dos colores que lo podían hacer parecer un ángel y un demonio, era el con una sexy camisa negra, unos jeans, y unas botas, era el con Spencer.
Espera, ¿Spencer lo conoce?
Cuando el chico no me responde me quedo como una tarada examinándolo y sonriéndole, cosa que atribuyo al alcohol, me acerco hacia Spencer y le pregunto.
– ¿De dónde lo conoces? – le pregunto lo más bajo que puedo para que solo escuche él y lo más alto para que pueda escuchar pese al sonido estridente de la música.
– Es mi mejor amigo – me informa sonriente.
Eso ya lo dijo... ¿no?, Dios estoy muy borracha...
Eso me pasa por robarme unos cinco tragos de whisky puro cuando Wyatt giraba a hablar con Karen.
– Pero nunca lo había visto... – le digo pensativa, mientras rebusco en mi mente borracha algún recuerdo del chico de la librería y ahora es el chico de la discoteca, pero no encuentro nada.
Esos ojos no se podrían olvidar.
– Se fue a vivir a Inglaterra hace cuatro años – me dice – apenas acaba de llegar hace un mes y aunque viviera aquí digamos que tú y yo no nos vemos mucho.
– Eso es porque tú eres mi rival por el amor de... - al parecer mi mente de borracha es demasiado despistada, pero la mente que si esta alerta de todos y no vive haciendo tonterías es la de Wyatt que me interrumpe antes de que yo cavara una tumba para los dos, porque obviamente Wyatt muere yo también.
– Ella esta borracha no le hagas caso – dice el interponiéndose entre nosotros y situándose en el medio de los dos para separarnos, luego me mira con cara de; ¿Qué demonios?, a lo que le formulo con los labios la palabra "perdón" y después el niega con la cabeza y bebe de la botella.
– Wyatt él es el chico, – le digo al oído, el hace una mueca porque le hable demasiado duro – mira esos ojos... – observa al chico que ahora está mirando a todos lado y tocándose el borde de la camisa, parece ansioso, incomodo...
– Ya vengo – le digo y me dirijo hacia Lowell, pero Wyatt me agarra del brazo y tira de mi suavemente.
– ¿Qué vas a hacer? – me pregunta sonriente –, estas más borracha que Karen en su cumpleaños.
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Operación Amor
Teen FictionBrooke es una chica que se decepcionó del amor luego de una relación tóxica, un día conoce a Lowell y se decide de que es hora de volver a intentar amar. La tarea de conquistar a un chico cuyo corazón no da señales de existencia es algo difícil, pe...