The Hause Dogo

Lo Inesperado

En el México renacentista existía un palacio que era la cópula de la ciudad creciente, opulenta, sostenida por enormes columnas y pisos majestuosos donde se realizaban grandes bailes. Se dice que toda aquella persona que entraba salía con alguna pequeña particularidad, misma que brotaba del interior de su corazón.
Fue entonces cuando en aquel baile donde la mayor parte de elite de la sociedad mágica asistía a disfrutar de aquella ferviente noche de navidad.

Grandes aviones de guerra pasaron por encima de aquella enorme cópula, las sirenas empezaron a sonar, cientos de misiles empezaron a caer desde las alturas, destruyendo aquellas colonias a su paso, incendiando aquel bosque que rodeaba el majestuoso palacio, cayendo aquellos enormes palcos, derribando algunas columnas, siendo consumida en llamas, sangre y dolor aquella noche que prometía hacer
brotar cientos de inspiraciones para todos aquellos invitados, se desvanecía con los copos de nieve.

Cuenta la leyenda que los dueños de dicho recinto mágico murieron dentro de ella calcinados junto con cientos de almas inocentes y no tan puras. Perdiéndose el equilibrio de aquel recinto, las penas y lamentos aquella noche se hicieron presentes en todas aquellas personas que se encontraban vivas, pero con una parte de su corazón muerta, buscando algún rastro de sus seres queridos, con ello llego una fuerte nevada, apagando todo indicio de aquellas llamas que consumían todo a su paso, llenando cada rincón de inmenso frío y desolación.

Aquel día trazo un inesperado fin para aquel palacio al paso de los años, perdiéndose entre el nacimiento de imperantes árboles frondosos más altos que cualquier rascacielos de su época los restos de aquella mansión.

Protegiéndola de toda aquella alma de intenciones no tan puras que la quisiera habitar.

El pasar del tiempo hizo que los habitantes olvidaran por completo aquel recinto majestuoso lleno de magia, perdiéndose aquellas calles que llevarán aquel extinto palacio encantado.

Donde todo el que tratara de entrar en ella regresaría a la vida a todas aquellas almas perdidas en aquellas ruinas, pagando con lo más sagrado de su existencia.

Sin embargo, nadie sabía de su existencia, el tiempo y dolor se habían encargado de borrar cualquier indicio. La economía de aquel país era precaria, el feudalismo volvía a las calles, cada día más familias eran despojadas de sus tierras al no poder pagar los impuestos de guerra impuestos por aquel gobierno atroz.

Siendo el turno de una pequeña familia de apellido Bellasqueth donde sus miembros, la pequeña Rita una niña de apenas seis años, Eneas un pequeño de diez años y Antonia una adolescente de quince años, junto a sus padres Marianela y Cesar Antonio, un joven matrimonio de escasos 36 años fueron despojados de la forma más vil de su hogar, por los altos mandos militares de aquel gobierno.

Cientos de familias aquella tarde fueron condenados a vivir bajo algunos puentes o graneros desolados.

La rapiña de artículos de valor y alimentos eran la forma de vida que se volvía habitual junto con la venta ilegal de los mismos en pequeños mercados clandestinos, siendo atracción para aquellas familias que buscaban de alguna forma alimentos a bajo costo.