Trazos.

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El resto de la familia Bellasquet se dio cuenta de la ausencia de la pequeña Rita, que aún se encontraba maravillada descifrando cada camino trazado por aquel singular libro a unos metros fuera del granero.

Desesperadamente en el interior de aquel granero pronunciaban su nombre y buscaban en los rincones a la pequeña Rita. Despertando algunos inquilinos. Los gritos se volvían desesperantes por parte de Marianela.

Quitando la tranquilidad que habían establecido los inquilinos, lo cual no siguieron soportando, junto a los graznidos de un cuervo que llegaba al lugar.

Aquella familia pedía clemencia por más día de posada en aquel granero. Siendo sometidos con apoyo de algunas mujeres, hombres y adolescentes a desterrarlos del lugar.

Hubo cierta resistencia por parte de Cesar Antonio y Marianela, que estaba al borde de una crisis.

Un anciano se acercó con un rifle apuntando hacia el líder de la familia.

Eneas y Antonia los invadió el miedo ante aquella inesperada reacción de aquel anciano, pensaron que sería el más sensato del lugar, siendo quien intercediera por ellos y poder alargar su estadía.

Claramente, no en todos nace el sentido de la bondad.

Cesar optó por llevarse a su familia a las afueras de aquel granero cuando uno de los quejumbrosos inquilinos diera noticias de la pequeña Rita, quien había salido al llegar el crepúsculo, con aquella valija, después de haber disfrutado el espectá...

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Cesar optó por llevarse a su familia a las afueras de aquel granero cuando uno de los quejumbrosos inquilinos diera noticias de la pequeña Rita, quien había salido al llegar el crepúsculo, con aquella valija, después de haber disfrutado el espectáculo que habían montado, dando algunas carcajadas, que hubiera deseado silenciar Cesar con aquella escopeta.

Buscaron a las afueras del granero, siendo Eneas quien pudiera encontrar a la pequeña Rita cautivada por aquellas tipografías que tomaban vida en aquel misterioso libro.

Eneas no pudo evitar quitar de las manos de Rita aquel peculiar objeto arrojándolo algunos metros lejos de ellos. Quedando aterrorizado por aquella magia peculiar.

Lleno de pánico llamo al resto de la familia. Tomando entre sus brazos a su pequeña hermana quien iba en busca de libro.

Al escuchar la voz de Eneas corrieron, siguiendo el sonido de su voz, llegando hasta ellos.

Eneas explicaba lo que había ocurrido a sus padres y hermana. Ninguno de ellos lo podía creer.

Antonia corrió en dirección de aquel libro que se podría percibir, ya que se encontraba abierto, haciendo un sonido peculiar al cambio constante de hojas a causa de una pequeña ventisca.

Al llegar a él, Antonia no contiene el hojear aquel libro.

—! Estás loco Eneas, aquí no hay nada, solo son hojas en blanco¡—espetó

Eneas no podía evitar repetir constantemente lo que había visto antes de arrebatarle aquel libro a su hermana.

—¡Pero qué coño Eneas te has hecho en tus pantalonsillos! —Refunfuño Marianela, arrojando una de las valijas que llevaba para buscar otros pantalonsillos.

The Hause DogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora