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Hace 8 años》.

-su alteza!.

Una sirvienta entró sin avisar a la oficina del segundo príncipe que dejó los papales en sus manos de lado y la miro curioso.

-es lady Penélope!, entro en labor de parto!.

Ante el aviso claude abrió sus ojos sorprendido igual que su escolta y en segundos siguieron a la sirvienta que los guió hacia donde estaba su prometida.

Fueron horas tormentosas para el rubio que estaba más que nervioso.

Escuchaba los gritos de su prometida y las palabras de aliento de las sirvientas que la estaban ayudando a dar a luz.

Hasta que escuchó un llanto enérgico y lleno de vida que lo hizo sonreír alegré y emocionado. Sin esperar más entro al cuarto y se acercó a la peli marrón que respiraba cansada y lucía pálida.

-Penélope, estás bien? -pregunto preocupado sosteniendo la mano de la nombrada que ignoró la irritación que sentía y le sonrió.

-su alteza..es un niño -susurro mirando al bebé en los brazos de las sirvientas.

Claude espero ansioso y de pronto su hijo fue depositado en los brazos de su madre. Los dos adolescentes vieron al pequeño rubio de ojos esmeralda.

-saco...

-saco tus ojos -la voz emocionada del príncipe opaco la voz decepcionada de la Yedith.

La joven admitía que era un pequeño adorable pero ella no estaba lista para ser madre o cuidar de niños.

-felicidades su alteza -dijeron todas las mujeres mientras el pelirrojo miraba emocionado a su sobrino y a su mejor amigo.

-así que es un niño.

La voz del emperador los dejó sorprendidos y Eibom se acercó a la cama seguido del príncipe heredero. Logrando que una sonrisa verdadera y orgullosa se forme en el rostro de Penélope.

Claude solo miro de reojo con seriedad a su hermano y su padre, pero decidió ignorarlos y centrarse en su hijo.

Eibom y Athanasio miraron al bebé atentos, el cual balbuceaba y jugaba con el cabello de su madre.

-...es un niño fuerte -Eibom puso sus brazos al costado de su cuerpo dando la señal de querer sostener a su nieto.

El segundo príncipe sin querer que su padre fuera el primero en sostener a su hijo, luego de Penélope, agarró al bebé con cuidado y nerviosismo sintiéndose aún emocionado. Al tenerlo en sus brazos su calor y aroma lograron emocionalo más, era un sentimiento inexplicable.

Sin querer hacerlo, dejo a su hijo en los brazos de Eibom el cual lo sostuvo con cuidado y lo miro atento. Sus ojos brillaron al ver el mana en el interior de su nieto.

-serás el príncipe más poderoso de todos -aseguro tocando la mejilla gordita del menor -...tú, busca a los mejores constructores y que construyan un nuevo palacio para mi nieto, el palacio amatista.

Ordenó a la sirvienta dejando sorprendidos a los demás. En verdad parece que estaba alegré por ser abuelo.

-padre ya lo sostuviste mucho tiempo -se burló su primogénito haciendo bufar divertido al emperador.

El ambiente se puso más tenso ante lo dicho por el primer príncipe.

El segundo príncipe vio con cautela a su hermano, el cual sostuvo en brazos a su sobrino y miro sus ojos atento.

No eran los ojos imperiales pero esas gemas esmeraldas eran tan brillantes que no les importaba a los tres rubios que ese bebé no haya heredado las joyas imperiales.

Era un bebé sano y fuerte, muy alegré. Eso les bastaba, Claude estaba enormemente feliz de ser padre y sorpresivamente Eibom y Athanasio también estaban felices por el nacimiento de ese niño.

Era algo extraño, pero desde que lo vieron a los ojos y él les sonrió sintieron que debían de protegerlo del cruel mundo que los rodeaba.

Los dos rubios mayores quisieron ignorar esos sentimientos que habían decidido congelar desde hace mucho tiempo pero no pudieron contra esa tierna carita que los miraba fijamente.

-le daré la espada ónix, cuando crezca será el guerrero más poderoso de todos, aunque es obvio, es mi sobrino -susurro lo último tocando con suavidad el dorso de la mano del bebé que balbuceaba mirando sus ojos.

Esas gemas le llamaban la atención al oji esmeralda.

Penélope solo sonrió arrogante y satisfecha con lo sucedido, ella no quería tener hijos. Pero por lo menos ese niño había llamado la atención del emperador y del príncipe heredero.
Ojalá ese bebé hubiera sido hijo de Athanasio y no de Claude.

Ante ese pensamiento frunció levemente el ceño pero no dijo nada y miro a su prometido con aburrimiento.

Ella quiso probar de los placeres de la carne y sedujo al ingenuo príncipe, el cual tenía un cuerpo de Adonis a pesar de ser un joven de 13 años. Aunque fue una estupida al pensar que no iba a quedar embarazada al primer intento.

No podía deshacerse del niño ya que era alguien de la realeza, pero el que lo haya tenido no quería decir que tenía que hacerse cargo de él.

Cuando la noche llegó, el pequeño príncipe ya estaba en su nueva habitación. Era grande y con un montón de juguetes, estaba en el palacio garnet hasta que el palacio amatista estuviera completamente construido.

El segundo príncipe aún no había elegido un nombre para su hijo, su madre no quiso hacerlo ya que sonriendole "amorosa" a su prometido le dijo que quería que el fruto de su amor fuera nombrado por su amado padre.

Claude estaba al lado de la cuna de su hijo mirándolo atento, no pudo dejar de mirarlo luego de que lo tuvo en brazos.

Era increíble.

Ese pequeño ser lo había capturado por completo, tenía tantas emociones juntas que no sabía qué hacer. Lo quería proteger, amarlo y siempre estar a su lado. Jamás sintió tantas emociones juntas en toda su vida.

Sonrió al ver que su hijo sostuvo su dedo índice con una mano y la otra se la llevó a su pequeña boca.

Miro nuevamente sus ojos y al ver el brillo en esas gemas esmeralda parpadeo. Luego miro al dragón de peluche que estaba en la cuna.

No le iba a poner a su hijo un nombre con significado de inmortalidad, no quería que su hijo estuviera metido en problemas desde que era un niño. Tenía que tener un nombre único.

-...Aegon -susurro esperando la reacción del menor.

El cual apretó su dedo como diciéndole que ese nombre le gustaba.

-entonces Aegon será -lo alzo y pegó su mejilla a su cabecita, cerró sus ojos oliendo su aroma a bebé.

No podía creer que en tan solo segundos amará con tantas fuerzas a una persona.

Esa noche se prometió darle una vida a su hijo que él jamás pudo tener.

Llena de amor y felicidad.

Lástima que al poco tiempo esos pensamientos inocentes fueron destruidos por el veneno de personas que solo querían verlo sufrir.

Y él se dejó envenenar dejando en el olvido al único ser que lo amó siempre de verdad.

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Mucho no me convenció pero espero que les haya gustado. Además mucho no quiero centrarme en el pasado de Aegon, obvio que habrá uno que otro Flashback de su pasado pero no creo que vuelva a hacer un capitulo entero de su pasado.

Príncipe Esmeralda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora