Mierda... todos lo notan, tu falta en mi alma. Mis tardes de café y pinturas ya no te esconden.
Saben que más que ser una chica pensativa en realidad estoy muriendo. Preguntan a cada momento cómo estoy, como si esa estupida frase solucionaría tu ausencia.
Me han dicho que el negro se volvió predominante en mis cuadros, recuerdo tus ojos negros, supongo que los míos solo se ven tristes.
Ya no hay rastros en mi memoria de como sonreír, de como ser feliz.
Perdón.
Pero estoy explotando, ya no se como exteriorizar esto.
Mi maldito corazón no se basta con cumplir su función biológica, si no que se empeña en mantenerte presente, llevandote en mi cuerpo junto con la sangre, invadiendome como un cáncer.
Mierda... se suponía que te podría olvidar, pero al parecer las consecuencias de tanta locura es llevarte conmigo a todos lados.
Tanto te cuesta ser menos impactante? Es necesario que tu esencia se aferre a mi subconsciente?
Mis ojos te ven donde no estás y mis pies quieren arrastrarse hacia donde te encuentras. Y una parte de mi jodida razón me ancla a estas 4 paredes, limitandome a desatar mis emociones en colores.
