καямαϐογѕ PAUSADO. [Karmaland One Shots]

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Rubelangel.
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Rubius no podía dejar de observar lo lindo que es Mangel. No sabía cuánto tiempo llevaba así, pero no quería dejar de hacerlo. No quería dejar de observar a su novio.

Mangel estaba tan absorto en lo que hacía que nunca se percató que tenía unos ojos encima desde hace ya un rato.
-Vale... creo que... ¡Si, así queda perfecto!- Dijo bastante emocionado porque su decoración estaba quedando como a él le gustaba - Rubiuh ¿Qué te parece? - Mira al otro que se encontraba sentado en una silla de la cocina.

El nombrado tuvo que dejar su pasatiempo favorito de lado solo para pasar a su segundo pasatiempo favorito, hablar con su pareja - Ya sabes que todo lo que haces me encanta, cariño - Se levantó de su asiento para acercarse al más pequeño.

Mangel se sonrojo por lo último dicho por el mayor y cuando notó que este se estaba acercando a él, se puso más rojo.

Rubén al estar cerca de su pareja, lo toma de la cintura para poder acercarlo más y poder sentir el cuerpo del otro.
-Eres tan lindo- Le sonrió al otro con ternura.
Caya...- dice en un susurro que solo escuchan ellos.
Mangel rodea el cuello del más alto con sus brazos para así poder acercar sus rostro para besarse.
Era un beso suave, tierno, dulce.

Se separan lo suficiente como para seguir sintiendo la respiración del otro, ambos con los ojos cerrados.

- Eres tan dulce - Dice Rubius tan feliz de que ese hombre que tenía abrazado desde la cintura sea su prometido.

Mangel sonríe por lo dicho hacia él, todavía con los ojos cerrrados. Luego de eso comienza a sentir besos repartidos en toda su cara.
- Rubiuh, para - dice riéndose un poco, le cuausaba un poco de cosquillas el sentir los labios del otro en su rostro.

- No lo haré - Los besos bajaron del rostro hacia el cuello, para empezar a dar pequeños chupetones pero sin dejar ninguna marca.

- A-amor, aquí en la cocina no - Siente como esta siendo empujado por el otro hasta chocar con la mesa - Vamos a-a la habitación - es subido a la mesa, Rubius mete sus manos debajo de la camiseta de este para empezar a tocar su pecho y abdomen. Se volvieron a besar, pero esta vez era un beso más profundo.

Se sentía tan bien, no le podía negar esto a su futuro esposo, hacia rato que no lo hacían.
Pero el hermoso acto fue interrumpido.
- ¡Chavales, estoy aquí! - se escuchó un grito desde la entrada y como él que recién había hablado se adentraba más en la casa.

Se separaron un poco alterados al ser interrumpidos muy repentinamente por aquel grito.

- Mierda, me olvidé de cerrar la puerta de la entrada - Dice un Mangel un poco nervioso por estar casi apunto de ser descubierto, por uno de sus amigos, en un acto no muy familiar.

Rubius se aleja del menor y este baja de la mesa.
- ¡Alex! - Dice en modo de saludo el de anteojos al ver a su amigo entrar en la cocina.

- Hombre, por un momento pensé que tenía la casa para mi solo - se ríe con esa risa tan contagiosa que tenía.

Rubius también saludó, pero luego los dejó que hablen de sus cosas mientras que él acomodaba todo para recibir a su invitado.

No acabó como él hubiese querido, pero siempre se alegraba al recordar que se iba a casar con la persona más hermosa, linda y amable de toda la faz de la Tierra.

No podía amarlo tanto.
No podía amar tanto a ese ser tan dulce.

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Hello again ;)
Un Rubelangel to' guapo.
Se me ocurrió mientras escuchaba "Sweet Creature" de Harry Styles, que hermosa canción uwu.
Estoy muy feliz por el resultado.

Nos leemos luego.
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