꧁ ↳ ᴛʰᵉ ʟᵃˢᵗ ᴘⁱᶜᵗᵘʳᵉ / ʟᵃ ᵘ́ˡᵗⁱᵐᵃ ᶠᵒᵗᵒ ↲ ꧂

Capítulo 3: Rescue Time

Heil City, 25 de junio del 2019.

3:55 P.M.

Eran cerca de las cuatro cuando Courtney y el señor Patton terminaron su reunión. Ambos salieron de la oficina con una gran sonrisa.

Maya estaba cerca del lugar cuando ambos se despidieron y pudo claramente escuchar como el señor Patton le decía:

—Me alegra tener un talento como tu en el equipo. Estoy segura de que serás un excelente elemento para el progreso de la empresa. Tengo que irme, pero te veré mañana. Más tarde voy a enviarte los detalles a tu correo.—le dijo él, para luego despedirse de ella y salir caminando por el pasillo hasta llegar al ascensor.

Courtney se quedó parada en la puerta de la oficina. Maya se acercó a la chica aprovechando que estaba sola, para preguntarle qué tal había salido su reunión.

—Creo que nos estaremos viendo muy seguido por aquí.—le contestó con enorme alegría.

Maya tardó unos segundos en procesarlo, pero cuando por fin lo había hecho, abrazó a Courtney mientras la felicitaba. Y, en un parpadeo, la soltó y se la llevó para que conociera a todos sus amigos. Estaba realmente emocionada por la nueva integrante de la revista.

Hoy

Nick no estaba en la casa, y, al parecer, Anna tampoco. Maya estaba a punto de correr hacia la puerta para tratar de parar aquella situación, para que no se volviera peor de lo que ya era, pero su hermana la detuvo.

Maya entró en pánico. Primero, sus padres no estaban, y segundo, su hermana no quería que fuera tras ellos.

—¡¿Qué estás haciendo?!—preguntó alterada

Sin siquiera moverse, su hermana le informó:

—No te muevas.—dudando más, su hermana se cuestionaba el por qué de esa orden.—Lasers con sensor de movimiento. Si te mueves, ¡BOOM!

Ahora había entendido por qué Sara permaneció estática. Le parecía extraño que ella no saliera más rápido que un rayo para salvarlos.

Mientras Sara pensaba cómo engañar a los sensores que estaban por toda la casa, Anna abrió la puerta, entrando en ella con dirección hacia sus hijas. Pero ellas gritaron para advertirle que no se moviera. Ya era demasiado tarde.

Antes de que pudieran darse cuenta, los lasers comenzaron a volar por toda la casa. Maya entró en pánico nuevamente y se tiró de la tercera escalera hacia el piso, a diferencia de Sara, que, usando su entrenamiento policial, habilidosamente cruzó toda la sala hasta llegar al lugar donde se originaban los lasers y los apagó. Inmediatamente, regresó a ver a su madre y hermana que habían quedado horrorizadas por este asunto. Vio a Maya tirada en el piso con sus manos sobre la cabeza gritando, lo que le causó mucha risa. Cuando Maya se dio cuenta que el alboroto terminó, se puso de pie y se arregló. Sara siguió buscando con su mirada a Anna, pero la vio por ningún lado. Estaba preocupándose cuando la puerta se abrió y ella entró muy preocupada directamente a ver a sus hijas.

Ambas se lanzaron a abrazarla. Cuando se separaron, empezaron a observar el desastre en que se había convertido su hogar y, por una extraña razón, las tres comenzaron a reír mientras se ponían de acuerdo para arreglar el lugar.

Maya salió de la casa para ver si aún podía alcanzar a Nick, pero era muy tarde, otra vez. Estaba por empezar a llorar en el patio de la casa, pero se contuvo. Al contrario, pensó en arreglar la casa y rescatarlo cuanto antes. No podía dejarlo así por mucho. Entró y fue directamente a la cocina para tomar los artículos de limpieza y ayudar a arreglar todo.