Capítulo 2. Esperanza sin esperanzas

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Eran las tres de la mañana, hora de México.

—¡Todo falló! debemos irnos.— chillaba mientras metía sus cosas.

—pero...¿así?—Nadia se desesperaba. No podía creerlo, no podía irse, aún no. —¡No!— gritó —¡No podemos!— el pánico y la tristeza se notaban en su voz. La ansiedad se estaba apoderando de ella a cada segundo que pasaba.

—pues yo me voy a ir—dijo Kevin moviendo más rápido sus manos. —yo no tengo nada que hacer aquí.

—No puedo irme ¡no me voy a ir!

— Pues te quedas Nadia. Vamos, ya no te puedes despedir. Guarda tus cosas.

— ¡Ya están guardadas! además, tú lo dices por qué ya te despediste.

— ¡Pues! para que sepas, mis parientes si fueron puntales en llegar a la despedida.

— ¡Ya! Yo te alcanzo luego.

Nadia tomó sus cosas y salió corriendo de su habitación con la mochila puesta, las calles estaban en completo caos, reinaba la anarquía y lo único en lo que pensaba ella, era en encontrar a sus seres queridos.

Quería verlos por última vez. Solo una vez más. Necesita de ser necesario, salir y buscarlos. Lo triste era que una vez traspasando la malla de metal que la protegía del mar de gente que trataba de entrar, no podría regresar y si no regresaba, no podría cumplir con su promesa.

No sabía que hacer.

— ¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos? ¡Mierda! ¿No los veo!?— una joven de estatura pequeña caminaba con prisa.

Todo se había ido al carajo, un ataque nuclear masivo acababa de darse a conocer y no les quedaba mucho tiempo de vida, al menos no al resto del mundo. Para joder más más situación no encontraba a Israel y a Nadia.

-¡Kevin!- Le gritó al joven nervioso que iba último en la fila. -¿dónde está Nadia?

-No sé ¿dónde está Israel?-preguntó Kevin.

-no lo sé, no sé. - llegó hasta el.

-¡Todos! suban a las naves en orden y con cuidado- se escuchaba un hombre hablando por micrófono.

-Creo que Nadia fué a despedirse.

-Si, Igual creo que Israel. Cuándo supimos la noticia estábamos en la cocina y salió corriendo.

-¿Y tú te despediste?-preguntó Kevin.

-sí, ayer en la noche- recordó que había sido hace muy poco. -hace unas horas. ¿Y tú?

-me despedí de mi madre y mi tía. - se encogió los hombros. Fue una despedida de la que el joven, casi se niega a separarsede su madre.

-que bueno que nos despedimos antes- acomodó su mochila al hombro.

-sí ¿Pero dónde estarán Abril? Si no llegan ya se jodieron.- Kevin miraba a todas partes, temía que sus compañeros no pudieran llegar.

Unos metros al frente, justo en la entrada de la nave, habían soldados revisando que todos llevasen la insignia que los clasificaba, también revisaban el número que les correspondía y luego los dejaban pasar.

No pasaron ni cinco minutos que les tocó el turno de ambos. Ellos eran los últimos.

-insignia y número.- ordenó el soldado de piel morena.

- aquí están.

- aquí están.- ambos mostraron su brazo derecho y la banda brillante que traían puesta.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2023 ⏰

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