KINGDOM. | Timothée Chalamet |

1

—Su alteza, Henry V, príncipe de Gales.— anunció un hombre a el rey.
Hal esperaba en las puertas de la corte por un permiso para pasar, todos voltearon sus miradas hacia el príncipe.
Había decidido venir a ver a su padre gracias a John que lo persuadió a venir, de ser por el mismo no estuviera aquí.
— Henry, hijo mío, adelante— Henry cruzo el largo pasillo con hombres a sus lados.
— Como sabes, tenemos que hablar de mi sucesión, este trono no te pertenecerá a ti, será para tu hermano Tomas, aunque eres el mayor, por razones que todos aquí podemos ver y oler.— dijo su padre con desprecio.
— Tu trono no es algo que me interese y mucho menos quiera.— Henry miro a su hermano— tu no tienes por qué pelear con enemigos que no te pertenecen, deja la guerra atrás.
Su hermano Tomas lo miro y bajo el rostro.
— Hablado esto, debes irte.— su padre se dirigió a él con un tono abrupto.
Hal lo miro y se dio la vuelta para salir de la corte.
¿Para esto lo quería ver con urgencia? ¿ para humillarlo delante de su corte? No esperaba menos de una persona tan despreciable como su padre.
A fuera del castillo lo esperaba John, su gran amigo.
— ¿Hal?.— miro a su amigo quien venía cabizbajo.
— ¡Vámonos John!.— subió a su caballo y cabalgó hacia Eastcheap, la taberna de hooper lo esperaba.
Al llegar comenzaron a tomar y a bailar junto con mucha gente más, Hal disfrutaba venir aquí, se refugiaba de todos sus problemas.
En un rato más salió de la taberna de la mano de Molly, una mujer con la que compartía noches.
Llegaron a su casa y abrió la puerta, la tomo en brazos y la puso encima de su cama mientras besaba lentamente sus clavículas.
Molly se dio la vuelta poniéndose arriba de el.
— Su alteza.— pronunció sensualmente mientras besaba los labios de Hal.
— Basta.— odiaba que lo llamaran así.
La chica siguió besando a Hal mientras repetía las palabras anteriores.
A la mañana siguiente Molly ya no estaba en su cama y realmente agradeció eso, tendría que ir a ver las tropas que iba a dirigir su hermano Tomas, de ninguna manera podía dejarlo luchar, Tomas era débil aunque quisiera demostrar lo contrario.
Salió en su caballo junto a uno de los hombres que solía acompañarlo, llegando a el campo de batalla su hermano estaba sentado rodeado de los hombres su padre.
— Su alteza.— pronunció un hombre que estaba hablando con su hermano.
— Henry, ¿Que haces aquí?— Tomas miraba a su hermano mientras Hal bajaba de su caballo.
Hal pasó por un lado de el y se dirigió hacia un hombre del reino.
— Tu,quiero que entregues un mensaje a Percy hotspur, dile que el príncipe Henry quiere pelear con el, lucharemos en lugar de nuestros ejércitos.
— Henry no puedes hacer eso!.— Tomas se acercó enojado a su hermano— Este es mi campo de batalla, Es para yo marcar mi dominio, sal de aquí Henry.
Henry ignoro las palabras de su hermano y camino a que le pusieran su armadura, Henry solo quería salvar a su hermano, sabía que iba a perder esto, no está diseñado para una guerra, nunca lo estará, sigue siendo un niño inmaduro y débil.
Después de un rato una persona a caballo se acercaba a las tropas de Inglaterra.
— ¡¿Donde está el príncipe Henry?!— Percy hotspurt aclamaba mirando a los caballeros que estaban frente a él.— ¡Vengo a pelear con el!
— La oferta de Henry ha sido rechazaba.— Tomas salió de entre los caballeros.
— Su oferta ha sido reconsiderada.
— ¡He dicho que no!.— Tomas no pensaba dejar que su hermano tomara su campo de batalla.
— Tomas, hazte a un lado.— Hal pasó entre tomas y Percy, listo para pelear junto a él.
Percy y Hal se acercaron lentamente entre ellos y comenzaron a luchar, a lo lejos se veían 3 caballos de los acercándose hacia ellos.
Hal cayó varias veces pero aún así se levantaba con fuerzas para seguir peleando hasta que clavó una daga en el cuello de Percy, Inglaterra había ganado.
Se levanto y tomo el casco que tenía Percy, camino con el hacia su hermano y se lo entregó.
— Esta podría haber sido tu cabeza Tomas.— estos enemigos no son tuyos, y todas estas tonterías morirán con mi padre, no tienes por qué hacer esto.
Hal soltó la daga y se alejó de todas aquellas personas que lo miraban atentamente.
De esto se hablaría mañana y Hal estaba seguro.