Capítulo 4

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Llegué a mi pueblo y en vez de ir dirección a mi casa me fui a casa de Ryuugo Matsuda, persona con la que jugué al fútbol desde muy pequeño y amigo de mi madre, entre en la casa ya que él me dio las llaves, le vi viendo un partido de fútbol, era de la Champions League, jugaba el gran rey de Europa Real Madrid contra otra leyenda de Europa Milán.

— Hola Ryuugo, ¿Ya estás viendo fútbol de nuevo? —le pregunté.

— Si Carlos, el fútbol europeo es el mejor del mundo, y después del mundial esta es la competición de las más vistas. —me dijo sonriente.

— Lo sé, oye quería comentarte una cosa. —le dije e hice una pausa esperando a que me prestara total atención.

— Dime chico. —dijo finalmente.

— Mira... —le empecé a decir y le conté todo lo sucedido hoy.

— Entiendo, es algo que a cualquiera podría afectar, pero tu simplemente no te rindas, si no tuviera esta dichosa enfermedad podría entrenaros y subiros la moral, no como ahora que me dedico a ver fútbol y jugar al FIFA. —me dijo regalándome una sonrisa apesarada.

— Lo sé... pero el fútbol son de 11 jugadores no 1. —le comenté.

— Tonto, ¿que hizo el gran Maradona? U otras leyendas del fútbol, Ronaldo Nazario, Zidane, Ronaldinho etc. —me pregunto dando en el punto.

— Pues dieron títulos a sus equipos. —respondí más animadamente.

— Exactamente, un gran jugador lleva a su equipo en la espalda, los levanta cuando ellos se caen y cuando tú te caes ellos te levantan, das todo por el equipo, lideras al equipo, eso es lo que te hace un jugador estrella, así que no digas tonterías como el fútbol son de 11 personas, cuando una persona brilla los que quieren brillar te siguen y los que no se irán. —me dijo haciendo énfasis en el final.

— Ya tienes razón. —le dije errando en razón comprendiendo a lo que se refería.

— Levantas esos ánimos, te quiero ver sonreír ¿Me oíste? Tu simplemente no te rindas, si el fútbol es tu pasión ve a por ello, si alguien te dice lo contrario pégale una paliza. —dijo riéndose.

— No hombre... —le devolví un poco horrorizado por el hecho de que se hiciera la idea de que podía ir por ahí dándole golpes a la gente.

— Jajá, es broma, anda quédate un rato, últimamente me siento solo y necesito compañía, dile a tu madre que cuando pueda que se venga un día a visitarme. —me dijo de mejor ánimo.

— Vale se lo diré, me quedare hasta que acabe el partido. —le dije y me acomodé en el sillón para acompañarlo.

— Genial. —dijo él para luego concentrarse en el partido de fútbol.

Me quede hasta que acabo el partido, me despedí y me fui a un pequeño campo de fútbol en el que jugaba antes Ryuugo, empecé a dar toques algo más alegre, del aburrimiento empecé a imaginarme que jugaba en Japón tenía el número 8, jugaba con grandes selecciones como España, actual campeona del mundo del 2010, tenía una gran defensa y portería como un muro con su Capitán Iker Casillas, contra Brasil, Francia... Sin darme cuenta ya era tarde, cuando iba a irme una mujer se acercó a mí.

— Chico te has quedo un buen rato en el campo imaginando que jugabas al fútbol. —me soltó.

— Bueno jajá ¿está bien soñar o no? —le cuestione un poco confundido y avergonzado.

— Claro chico, ¿te apetece jugar un poco conmigo? —me dijo regalándome una sonrisa.

— ¡Si! Me encanta jugar contra gente. —le respondí un poco más calmado.

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