T Y R; Kidlaw

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Pedido de searchingmymind

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Pedido de searchingmymind.
Parejas: leve Kidlaw (Kid x Law)
AU Steampunk.

Desde su laboratorio, Kid poseía unas vistas excelentísimas de la urbe

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Desde su laboratorio, Kid poseía unas vistas excelentísimas de la urbe. Elevado en su cuarta planta del Instituto de Investigaciones Mecánicas, las amplias vidrieras le ofrecían un panorama melancólico y soñador, tan blanco, tan inmutable, que se le erizaba el vello pelirrojo de los brazos de tan solo pensar en cuánto podría cambiar el mundo en unos pocos años. 

La polución que provenía de las fábricas de ensamblaje recientemente instaladas le dificultaba la visión a mucha distancia, pero aquello también le resultaba fascinante. Que en tan pocos años hubiese progresado su época de aquella forma exponencial… El barrio industrial había nacido de la nada y había devorado a todos los circundantes sin miramientos, expandiéndose como la pólvora. Las largas columnas de las chimeneas que vomitaban vapor parecían suspirar al unísono y entonar una canción en nombre del honor y el progreso. Aunque no los viese, el sonido ensordecedor de los zepelines de guerra era inconfundible. La ligera brisa que provocaban a su paso le indicaba al investigador que estaban regresando de la batalla y se dirigían, prestos, hacia la pista de aterrizaje de las cercanías.

La larga contienda que se daba en el mundo por aquel bien tan preciado que era el aceite de marta no le resultaba grata, pero como el imperio iba venciendo, Kid recibía los suficientes ingresos del Estado para continuar sus experimentos; debía darse por satisfecho con ello. La tecnología algún día sería un bien al servicio de todos; él trabajaba para poder hacer realidad su premisa, su sueño, lo más rápido posible.

Los engranajes del reloj de cuco tintinearon y, un segundo después, el pájaro mecánico entonó su canto mientras revoloteaba al ritmo del péndulo de la máquina. Kid cerró la ventana y regresó al trabajo.

En medio del torrente de luz blanca y uniforme del cielo, se recortaba la figura de un hombre con el cabello pelirrojo engominado hacia arriba, unas gafas de visión aumentada en la frente, unos ojos dorados y despiertos y una sonrisa amplia de satisfacción. 

¿Y cómo no podría sonreír ante la creación que se alzaba, durmiente, ante sus ojos? Había tardado años en crear aquella máquina, en perfeccionarla y dotarla de tal complejidad que nadie jamás habría pensado que aquello era posible. Law, como había decidido llamarlo, era un autómata con forma humana. Dentro de una balsa de aceite de marta, él descansaba de pie ante él. Le había añadido rasgos faciales humanoides para que fuese más fácil su adaptación en la vida diaria: su cabello negro estaba diseñado con fibra sintética, al igual que su barba y el vello de su cuerpo. Los ojos biónicos, en aquel instante ocultos, eran grises, metálicos, con una hendidura en el centro que le permitía recabar información. Había simulado una piel humana a través de silicona y colorante, pero admitía que seguía siendo un tanto pálido de más; el contraste era fuerte con los tatuajes que recorrían su pecho y brazos, llenos de códigos de serie y la firma de su creador: Eustass Kid. A través de su cuello, abdomen, antebrazos y muslos aún eran visibles los sistemas de engranajes dorados y broncíneos perfeccionados con la práctica, pero Law ya estaba en las suficientes buenas condiciones para su siguiente paso: presentarlo ante el Capitolio.

Color Club: Blood; One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora