La vida que debí vivir - parte 2.

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Sul song se dirige en compañía de sus tres leales guardaespaldas, es hora de liberar a Yo – jong. Cuando se disponen a entrar dos de ellos caen por disparos en la cabeza, mientras Sul se resguarda escucha la voz del dóberman.

- !Sul sooooong, llego tu hora maldita perra!

- J, Lynch ¡Deberías estar en el palacio realizando las negociaciones!

- Llegare un poco tarde, primero quiero llevarle tu cabeza a la zorra, quizá con eso se anime a hablar, o quizá con ello, yo confirme que fuiste tu quien le dijo que ambos mandos pretendían matarla ¿No es así maldita perra? ¡Ese no era el trato!

Los disparos continúan, la gran comandante Kim Sul-song se enfrenta contra el demonio.

Yo – jong despierta agitada, escucha los disparos mientras trata de tomar fuerzas, el dolor en su garganta es apenas tolerable, en sus dedos no hay ninguna uña y las quemaduras en su piel se están infectando, la fiebre es alta, pero el olor a pólvora le hace olvidar todo aquello. Gira la perilla la cual se encuentra sin seguro, y justo cuando pone un pie fuera la cabeza de su hermana rueda a sus pies.

J. Lynch le empuja de nuevo hacia la habitación, tira la cabeza y cierra la puerta.

Mientras Yo – jong grita de furia por su amada hermana, recuerda ese día en suiza, cuando se ocultaban con otros nombres y podían jugar a ser extrañas, recuerda como Eun le robo una sonrisa, si no hubiesen regresado a Corea, si Eun no hubiese visto a su madre asesinar a su padre, si Eun no hubiese deseado matar al gran líder, si su madre no se hubiese disparado, quizás ellas dos habrían seguido en suiza siendo extrañas enamoradas.

Pero matar a Kim Jong-un fue el deseo de su amante, el deseo por una nueva corea, unir norte con sur solo lo podía hacer Kim Yo-jong, o eso era lo que le decía Eun.

Jessica Lynch llega al gran palacio, viste un traje formal y utiliza falsamente un bastón, observa a Natalia y comienza a llorar, la cámara y el reportero que tiene permitido grabar las sesiones le da un primer plano, en ingles Lynch indica que no puede entender como tanta maldad en el mundo se esconde en el bello rostro de una mujer. (Hay un espejo frente a ella)

El asistente le pasa un vaso con agua, Lynch habla con dificultad, el equipo le pregunta si le están obligando a decir o hacer algo que no quiere.

- No, no soy Otto Warmbier, no estoy con un guion aprendido y memorizado. Si titubeo es por que el dolor que causo esta mujer aún me tortura ¡ESOS HOMBRES TENIAN FAMILIA! Y esta mujer nos la arrebato a todos, nosotros veníamos a poner orden en esta nación no a hacer un magnicidio.

Natalia solo observa, la comisión de derechos humanos pide pruebas de supervivencia.

- La confianza es muy importante en las negociaciones, a pesar de los ataques rusos los coreanos cumplirán, mañana los trasladaran al lugar donde se encuentran mis camaradas para que puedan constatar su estado de salud. Sin embargo, antes de ello necesitamos que escuchen las propuestas.

Eun Kyung toma la vocería y durante horas conversan sobre tratados económicos, prestamos del FMI, extracción de petróleo y todo un plan de industrialización para el país, sin duda las grandes familias estadounidenses serán las mayormente beneficiarias para darle paso a esa nación ante la ONU.

Natalia quien le escucha vagamente solo piensa en usar esa llave, algo le dice que Yo – jung, que la arpía sigue en aquel lugar, mientras en su mente de nuevo los recuerdos le juegan una mala pasada. Su distracción se disipa cuando Eun menciona que además se necesita que Natalia Poklonskaya sea condenada por la justicia norcoreana por crímenes de lesa humanidad y conspiración contra el fin del comunismo en norcorea.

La delegación rusa se opone, los estadounidenses se levantan, de demostrarse la culpabilidad de Natalia en los asesinatos de los americanos la pena debería ser la extradición a ese país, pero, si norcorea quiere ser quien castigue por parte de los americanos no hay inconveniente, esta vez su única objeción es que los rusos no disipen el proceso de desarme. China y Japón se encuentran como mediadores, extrañamente pareciera que 4 naciones se alían con el fin de atacar a Rusia.

Natalia se retira junto a sus escoltas, pide continuar la reunión mañana al constatar están vivos, es trasladada con un gran operativo de seguridad, estará resguardada en el Hotel Ryugyong en la habitación 89, justo un piso abajo, al llegar nota un olor a pólvora disfrazado, y en la alfombra negra siente como la sangre está presente. ¿Qué ha pasado aquí? Sabe que hay cámaras, micrófonos y múltiples formas de ser vigilada, si no es por que conoce los pasillos secretos que retrato el diario de Yokota no estaría justo ahora dirigiéndose a la habitación 99.

- ¡Sabía que vendrías! indica Eun ,mientras Yo – Jong se encuentra atada y amordazada. Despeje el camino para ti, no creas que para nosotros no es conocida la infraestructura de este hotel, fue muy ingenuo de tu parte creer que tu escape fue eso, obra de tu voluntad.

- Ella se ve mal...

- Lo está, tu huida le ha costado mucho ¿Te preocupa?

- No, solo esperaba ver su cadáver, me decepciona que siga viva...

- Uh, ella que te quiere tanto y tú le dices eso.

- Natalia, ¿Quieres saber la verdad detrás de esta conspiración?

- ¿Cómo sabré que tu verdad es la auténtica?

- No lo sabrás.


......

Natalia logra huir hacia la frontera entre China y Norcorea. Lleva a Yo jung en mal estado, han pasado tres días desde su conversación con Eun, la arpía a duras penas despierta para pedir agua. Después de cruzar el rio tendrán que ocultarse en un barco que parte hacia países bajos, debe buscar la forma de llegar a Suiza, sin embargo, Natalia Poklonskaya se ha convertido en la persona más buscada desde Osama Bin Laden.

Se le acusa a ella y a Rusia de los ataques a la comisión de paz, los asesinatos de los delegados y de los cautivos. 18 soldados rusos e integrantes de la comisión han sido detenidos. Los videos que circulan son contundentes, Rusia es el nuevo enemigo y China no les apoya, por el contrario, declara en contra del país soviético.

Ambas logran embarcar de polizontes en aquel barco de carga, quien les ayuda es un contacto de la familia de Han Sol, mientras se ocultan con otros inmigrantes Yo jung recobra la conciencia, hasta llegar allí Natalia junto a sus guardaespaldas y amigos le cargaron, ellos buscan regresar a Rusia para contar lo sucedido, mientras que ellas deben llegar a Suiza.

Yo jung le observa fijamente, aun convaleciente toma su mano y la pasa sobre el rostro de Natalia, retira un mechón de cabello que oculta sus ojos azul verdosos, y con un esfuerzo tremendo acerca su boca, es un beso y es así, como si el dolor se esfumara. 

Justo antes de zarpar fuerzas chinas ingresan al barco, quieren hacer una tercera revisión, pero esta vez se escuchan sus zapatos cerca a la zona donde se encuentran ocultos los inmigrantes. 


¡Están aquí!

...

Poklónjong War of loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora