Pubertos calientes

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“Oye, ando hot primer aviso”

   Gradient simplemente agarro su celular al escuchar la notificación, notando nada más y nada menos que el mensaje era de Cray.

“Daleee, aquí te enfrió”

   Contesto al instante para después soltar su celular, mirando la hora, al parecer su novio había salido temprano y no se quejaba de nada. Fue a ponerse la ropa más bonita que tenía y se sentó en la cama esperando que llegara su ser amado.

   Pasaron alrededor de 20 minutos para que el chico de ropa de colores llegará, pues el vato tenía que agarrar el camión para llegar a la casa del moreno pues apenas estaba en prepa no chinguen. Apenas vio entrar a Cray a su cuarto, no mamen, a la mejor estaba demasiado prendido porque lo veía más guapo y directo a lo que iban.

   Besos, caricias y una buena sesión de amor.

   —¿Cuántos hijos quieres tener?

   —Ninguno

   —Same

   —Un hurón y una tortuga, porque te gustan las tortugas y a mi los hurones

   —Perfecto

   Y en ese momento, pum. Escucharon el sonido del coche de Ink...

   Puta madre.

   —Espera...— Le pidió el moreno al de cabello rosa para después asomarse por las escaleras para ver si era su mamá, Y VERGA SI ERA —Pero que hace aquí tan temprano... Mierda...

   Se devolvió corriendo al cuarto, para gritarle a Cray:

   —WEYYY VINO MI MAMÁ HIJO DE TU PUTA MADRE. ¿¡Que hacemos?! ¿¡QUE HACEMOSSSS?!— Le gritó todo paniqueado

   —Tranquilo mi amor, me esconderé debajo de la cama

   Al escuchar eso simplemente se dedicó a acomodar la cama y ponerse la ropa de vuelta a la verga en cortos. Bajo corriendo a la sala para esconder la mochila de su contrario para que no hubiese evidencia de que habían dos personas en la casa. 

   Se acercó a recibir a su mami todo inocente sin sospechar que uno de sus hijos estaba haciendo actos impuros hace 10 minutos. Ink le platico porque salió antes del trabajo y Gradient con el corazón acelerado al tope. Le hacía plática y ni madres le escuchaba de lo nervioso que estaba.

   —Iré a cambiarme al cuarto— Le dijo Ink mientras se levantaba del sillón, aunque Gradient se paniqueo mas porque todo lo haría mientras su novio estaba debajo de la cama.

   Y sí.

   Ink se fue a orinar a puertas abiertas y todo lo escuchaba Cray.

   Oh dios mío que vergüenza.

   Y DE PASO SEMI DESNUDO.

   Ya cuando vio que se vistió, bajaron de nuevo al comedor ambos y en eso Ink pregunta:

   —¿Qué quieres almorzar?

   Oh dios mío, la salvación.

   —Vamos por unas chuletas ahumadas...

   —Pero hay arroz y frijoles...

   —Anda, comamos chuletas, salgamos a la tienda

   Después de aproximadamente 5 minutos finalmente accedió.

   —Me voy a cambiar porque ando en fachas, jefa— Pero antes tomo una de las llaves copia que tenían para dárselas a su novio porque seguro su mami querido cerraría la puerta con seguro.

   Subió en chinga arrodillándose debajo de la cama y ahí seguía Cray, con una cucaracha muerta a su lado.

   —Bebé, saldré de la casa. Toma las llaves para que puedas irte. No tardes porque voy cerca

   La tienda a donde iban quedaba a la esquina de su casa.

   Le dejo las llaves y volvió arrastrando a su madre hacia la salida. Estaba ansioso y nervioso porque temía que no le diera tiempo de escaparse sin que ambos hayan regresado. Cómo fueron caminando, Gradient miraba disimuladamente si no salía.

   Nunca vio que se fuera de su casa y tardaron aproximadamente 10 minutos en comprar chuletas. Ya cuando estaban de regreso, el moreno le rezaba a los santos que su novio ya se haya ido.

   Lo primero que hizo al entrar a la casa fue subir velozmente a su cuarto, reviso debajo de la cama y vio con sus propios ojos que su pendejo ya no estaba ahí. Se había ido victorioso. Todo un capo.

   El alma le regreso al cuarto, estaba feliz de no haber sido descubierto y porque había estado con su novio minutos antes.

  

Historia con fines pendejos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora