【𝓑𝓮𝓵𝓵】

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Quizá se había pasado, gastarle una broma a Chat Noir el día de su cumpleaños podía decirse que era de mala educación, pero Marinette sentía que el gatito mañoso se venía buscando un escarmiento.

Podría decirse que lo engatusó semanas atrás prometiendole algo que como Ladybug nunca lo hubiera hecho.

— Prometo que el día de tu cumpleaños te quito ese cascabel del cuello.

Chat Noir quedó hipnotizado con solo esa frase.

Marinette le iba a quitar el cascabel del cuello. Sólo de imaginarse los varios escenarios ya se le coloreaban las mejillas. Se preguntaba cual sería el acertado.

¿Tal vez se lo quitaría con la boca? Pues cuando ella lo dijo juraba que le había guiñado un ojo.

¿Y si solo le estaba tomando el pelo? Recordó el sin fin de bromas de mal gusto que le había jugado a Marinette incluyendo haberle mentido diciendo que le iba a decir a Adrien Agreste que ella tenía un poster del modelo en la ducha. Por esa mentira que doble le costó el habla de la azabache por un par de semanas.

Chat Noir se había arrepentido de ello, pues veía a su amiga bastante distante con su identidad pública.

Al final de todo, pensó que Marinette no era el tipo de chica vengativa, así que prefirió pensar en una pequeña y lujuriosa jovencita que pronto le quitaría el cascabel con la boca.

Entonces llegó a la cita en la habitación de la chica que frecuentaba cada noche.

—Llegó tu hora gatito, vamos a quitar ese cascabel — ¡Sí! El tono seductor de su voz le indicaba que tal vez esa noche tendría un poco de diversión, la primera en su vida.

Marinette deslizó unos centímetros el artefacto tintineante y sintió como Chat Noir soltó un pequeño suspiro

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Marinette deslizó unos centímetros el artefacto tintineante y sintió como Chat Noir soltó un pequeño suspiro.

Ella rio para sus adentros y con cuidado retiró el cascabel, en uno de sus bolsillo tenía una pequeña caja y aprovechando que Chat Noir mantenía sus ojos cerrados y su boca entre abierta esperando tal vez que ella rompiera la poca cercanía que tenían, abrochó al rededor de su cuello un delicado y femenino collar muy particular.

—Perfecto — susurró sobre los labios del joven quien parecía que pronto le daría un paro respiratorio, pues ella se le estaba robando el aliento sin darse cuenta.

Entonces el joven abrió los ojos y se encontró frente a Marinette que tenía un espejo en sus manos y su ridículo reflejo desvanecía la obscena película que hasta hace segundos en su mente se reproducía.

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Marichat ⸙May 2020⸙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora