Fuego explosivo de la montaña (parte 1)

510 83 3
                                    

Tenía 12 años, cuando su mundo se vino abajo por completo.

Había vivido una infancia normal, rodeado de personas que se consideraban normales, personas llenas de miedos e inseguridades, prejuicios y una lealtad falsa hacia un código roto. Aún con todo eso colgando de su espalda, el chico era fuerte, tenía el objetivo de unificar al clan del fuego, un clan que había sido marginado por siglos, un clan reconocido como mortal...

Vivía en una aldea común afueras del reino de All Might, el cual servía como una protección hacia su clan, puesto qué, fuera de los límites del mar existían los "Unificadores" una banda comandada por un hombre despiadado el cual, según los rumores, tenía el poder de destruir por completo a quien osase molestarlo, nadie había escuchado algo tan escalofriante desde All for one, el cual según la leyenda había sido derrotado por la alianza de All Might y Endeavor, alianza cuya unión era inexistente en tiempos actuales, no después de lo sucedido con el joven hijo de Enji.

Todo parecía ir en  bajada luego de eso, pero al menos, se hacían esfuerzos por mantener una paz maquillada de pequeñas embarcaciones que intercambiaban mercancía, eso para el rubio de 10 años le parecía hipócrita, pero no había mucho que pudiese hacer un niño de su edad, y mucho menos considerando su "maldición". La paz en All Might estaba maquillada, pero no más que la supuesta inclusión de los "fenómenos" en el reino, todos lo que mostraran alguna anomalía de "Brujería" eran enviado al rincón del pueblo, al menos su clan no tenía que pasar por eso, ellos habían optado por vivir a las afueras de las grandes murallas del pueblo, pero ese fue su error. Si bien era cierto que dentro de las murallas los de dones especiales no eran tratados con igualdad, fuera de ella era mucho peor...

Recordaba ese día como su perdición, el día en que lo perdió todo por completo, había estado en el lago cuando se encontró con un niño llorón, el cual estaba a punto de ahogarse en el río que separaba los prados de la gran muralla, luego de sacarlo lo interrogó un poco, al parecer ese niño era el hijo de mismísimo Rey Toshinori. Pecoso, ingenuo, llorón, sin duda alguna era un hijo de papi, pero que podía hacer. El peliverde resultó tener 7 años, y a pesar de ello tenía una peculiar forma de pensar, lo cual, acaparó la atención del rubio, el cual no midió el tiempo que se llevó escuchando los conocimientos que el niño poseía, poco a poco se hizo presente la puesta de sol, y el pecoso temió lo peor, sino regresaba pronto, sin duda los demás podrían preocuparse, el rubio se despidió de ese niño y se dirigió a su aldea, pero para cuando llegó, ya era demasiado tarde... 

Todo había sucedido tan rápido, su madre estaba atada a ese horrible pedestal de hierro, con un escuadrón de soldad rodeándola por completo, ella no gritaba, siquiera estaba luchando por salir de esa, su padre había sido noqueado y la gente  de su clan estaba aterrada.

-Que ésto les sirva de lección malditos fenómenos!  

Y así, Katsuki presenció la crueldad de ese mundo de peor forma conocida, frente a él murió su madre, y todo su clan. Los cuerpos fueron arrastrados a una colina para ser quemados, su supervivencia solo se debió a que el Rey Toshinori lo acogió en su familia, por dos años vivió en el palacio como un candidato a soldado real, y como "mejor amigo" del príncipe Izuku, lo último que había sabido de su padre, fue que se había suicidado, todo en su vida había dejado de tener sentido por completo, porque de pronto una plática en el lago, se había convertido en un calvario.

A sus doce años de edad, se enteró de una cruda realidad, la razón hacia la masacre de su clan...Izuku.

Tenía sentido, el niño había escapado de palacio y se creyó lo peor, y como no encontraban a quien culpar optaron por eliminar un peso del reino, algo que hizo que su sangre hirviera, fue esa misma noche, cuando el don de su clan se reclamó la sangre del joven Katsuki, para que, luego de un enfrentamiento con la guardia real, terminara por enfrentar al hijo de Yagi, el pequeño pecoso llorón, el cual, a sus 9 años de edad, poseía un don muy peculiar, pero sin control, por lo qué, ese día sus destinos quedaron a la deriva..

"Voy a unificar al mundo entero"

Al decir ésto, soltó una explosión y desapareció, frente a un pequeño y confundido pecoso.

Pasó dos años en el bosque negro, en el cual los rumores lo situaban como un lugar maldito, el infierno  mismo sobre la tierra, en dónde las almas más miserables iban a penar sus culpas, pero para Katsuki, es el lugar en donde forjó su destino, el lugar dónde descubrió que no todo estaba perdido, no solo perfeccionó el fuego de la montaña, sino que conoció a quien sería su compañero de toda la vida.

Una tarde como tantas, luego de entrenar, ese lagarto descomunal aterrizó frente al lago dónde se estaba bañando. Con apenas su ropa interior, Katsuki se enfrentó a ese dragón, ese que le serviría para recorrer el mundo en busca de su objetivo, su madre siempre le contaba hacerca de enormes dragones, y que la forma de hacerlos suyos, era derramando sangre propia sobre ellos, y así lo hizo, a los pocos segundo de ello, el acorazado animal comenzó a soltar un humo obscuro, y luego de un momento confuso, éste quedó postrado ante Katsuki, ya no como un dragón, sino como un humano, uno muy hermoso a la vista del rubio, quien es su cólera por tener pensamientos tan vulgares optó por aventarle al agua sin consideración alguna, cosa que lamentó luego de darse cuenta que el lagarto no sabía nadar...ni hablar, ni caminar en dos piernas, ni cambiar de forma a voluntad, lo que vio como una oportunidad, ahora se convertía en una responsabilidad, pues el lagarto parecía cambiar cuando la ocasión era la menos indicada, ya no tenía paciencia, y parecía que en algún momento abandonaría al cabeza hueca comelo todo. Hasta ese día lluvioso, Katsuki reconocía sus debilidades como ser humanos y como portador de su don, y uno de esas debilidades era la maldita lluvia, iban caminando a pasos lentos,  pues el "estúpido lagarto" apenas aprendía a caminar, y no podían ir muy rápido, habían pasado 3 largos meses en los que el reptil se intentaba aclimatar a esa vida que llevaba, al menos ya podía hablar y decir ciertas cosas en otros idiomas, por lo que la compañía no era tan mala compañía.

- Muévete lagarto subdesarrollado!

Odiaba el lodo pegado a sus zapatos, y todo lo relacionado con lo que le dificultara caminar, todo parecía ir mal, hasta que Katsuki supo que retar al universo no era lo más sabio del mundo.

- Bakugou...quédate atrás de mi...

.

.

.

.

.

.

Continuará

1170 palabras, decidí dividir éste capítulo en 2 partes puesto que es algo largo.

Por último y si te ha gustado el capítulo deja tu estrellita! Gracias por su apoyo :3




Las dos versiones de ti (KIRIBAKU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora