capitulo cuatro

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Tres días habían pasado,  mis ansias iban en aumento, estaban dejándome con un ápice  de cordura. Caminaba con rumbo a la biblioteca, a pesar de que quedaba a una cuadra de distancia, la pesadez de mi andar delataba la melancolía en la que me había enfrascado. 

-Señorita Patricia ¡buenos días! –dijo unos de los chicos, que apoyaba en la distribución de las obras literarias. 

Al no encontrar un buen motivo dentro de mí y desear un excelente día, opté por ignorar categóricamente el saludo del buen chico. Sí, pero de una manera muy cortés. Tome el primer libro y grande fue mi sorpresa al leer el título de este. 

- ¡Mira Thony! han llegado los ejemplares de nuestra nueva clienta. (¡ay no…! veré a la señorita piernas largas y sonrisa coqueta nuevamente por aquí) eso era lo que en realidad quise decir, pero bajo la idiota y fingida sonrisa que horas atrás había practicado dije: "haremos una buena venta chico"

Camine rumbo a mi oficina con la esperanza de encontrar un gran hoyo, y como un topo esconder todo mi pecaminoso cuerpo, junto con su ardiente pasión.

Tras de mí, venía el chico más felizmente parlanchín de toda Florida. Siempre por la mañanas al ver su sonrisa me pregunto: (¿que lo hará tan feliz?) nunca hay una queja de su parte y su sonrisa es perfecta. Si no fuese por que estoy sumida entre la locura y la pasión ¡oh! Sí…, le he puesto nombre. Entre la señorita francesa, y la hermosa actriz, no se si llorar o acompañarlo, con otra sonrisa.

- Aja… hmmm…, - desatendida respondía al reporte. Pero el chico, no bajaba la guardia y seguia entusiasmo, detallando lo sucedió en mi corta ausencia. 

- Y tres noticias mas. La señora rubia pecosita, con su marido malhumorado, se pasaron por aquí y le dejaron esta nota.

 Eso sí llamó mi atención y tome la nota.

 – Por cierto, el señor descortesía dijo: "que hacía falta un poco de acción en la lista de nuestras novelas" mencionó a un tal…

- Eh… eh…, no me digas a quien menciono -《¡ese Terry! es un cochino, perverso, malandrin》 pensaba, mientras abría la notita escrita por mi amiga:

“Querida amiga, me siento sola, ¿tomamos café? Te espero en la salita de té de hotel donde estamos hospedados”

P.D. ven con hambre, a mi pequeño engreído se le antoja pastel. 

<< En el hotel>> pensé y mi cien, comenzó a transpirar, esto es un suplicio; pero aun asi queria girar en pie. Deseaba mirar a Karen, aunque sea un microsegundo de tiempo.

- ¿Quiere las otras dos buenas jefa? – dijo Thony, sin descolocar de su rostro la bella sonrisa.


- Aja.. – contesté sin ningún gesto de expresión. No había otra noticia más inquietante, que se igualara a la que me había dado.

- La señorita francesa, aviso por teléfono que se presentaría aquí, cerca de las dos menos quince. 

(muy bien saldré una hora antes) no quería ser arrastrada por los malos deseos de tocar esas buenas caderas. Así que me haría polvo antes de la hora.

- Y la última... - dijo Thony con un tono serio y pausado -.  El teléfono ha sonado, una infinidad de veces; al contestar no me dan respuesta, solo... se escucha un triste sollozo...

Mi corazón cayó al suelo,  junto con la taza de café que traía en mi mano. 

- Jefa ¿está usted bien? 

METAMORFOSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora