| Mi Corazón De Melocotón |Chandler Riggs Fanfic|

Capítulo 27: Andrés y el set.

Narra _____.

¿Que sucedió ayer?

No debería estar haciendo esto, necesito el consentimiento de Leigh.

-¡¡LEIIIGHHH!!

-Estoy aqui mismo.

-Rayos, me asustaste. -Dije colocando una mano en mi pecho.

Chandler estaba mirándonos con cara de confusión.

-¿Crees que te dejaría a solas con mi novio? -fulminó, cruzándose de brazos entre risas.

-Bueno.. el tema es... -Le susurré al oído mi promesa de cuando era menor.

Ella lo dudó para después poner cara de plato.

-Esta bién.. -Dijo cabizbaja- ¡Solo un pico!

Chandler comprendía lo que estaba pasando y asintió, un poco avergonzado. Que lindo es cuando se avergüenza. Cómo prometí le di un pico nada más. Me podía sentir completa por primera vez en mi vida. Era tan genial lograr las metas.

***

Día siguiente

Narra Leigh

Un dolor en el vientre me despertó de mi sueño. Estúpido dolor, seguro me cayó mal la cena de ayer. Aparté las sábanas y bostecé, me estiré y me levanté con cuidado de no despertar a Chandler. Me dirigí al baño y el dolor volvió, fué cuando me di cuenta de que Andrés me vino. 

¿Quién es Andrés? El que viene cada mes.

Hoy tenía que ir al set de mi nueva película: Two sides. [No, si se preguntan, es una pelicula falsa inventada por mua c: ]

Tal vez una ducha relajante era lo que necesitaba en estos momentos. Estaba preparada para devorar dulces, llorar sin motivos... Y sobre todo.. Bipolaridad.

El agua fría me hizo estremecer unos segundos, pero al cabo de un tiempo el agua caliente hizo contacto con mi sudorosa piel. Expandí los ojos en sorpresa cuando miré hacia un pequeño charco de sangre en el suelo de la bañera. Rodé los ojos y lo ignoré por completo.

Salí de la ducha, en busca de mi toalla de One Direction, cuando la unica que divisé fué la toalla verde de Nathaniel. Con tan solo pensar que aquella toalla limpió las gotas del cuerpo de Nathaniel, me hizo sentir un escalofrío y sacar la lengua. Que asco, y que extraño.

-¡Chandler! -Llamé, empapando todo el suelo y asomándome por la puerta. Me tapé el pecho con el brazo y la otra parte de mi cuerpo atrás de la puerta.

El imbécil seguía durmiendo.

-¡OH POR DIOS, MEGAN FOX! -grité.

-¡¿QU-QUÉ?! ¿DÓNDE? -Saltó de la cama y miró a todos lados, casi cayéndose.

-Eres un asco. -Reí. -Pásame mi toalla de One Direction, por favor...

Él se rascó la cabeza y me miró fijamente por unos segundos. 

-¿Es así cómo me sorprenderás todas las mañanas? Por mi no hay problema.

-No, pervertido asqueroso. Pásame mi toalla o te juro que te dejaré sin hijos. -Dije enseñando mi rodilla y poniéndo cara malévola. -Y por favor, ponte un pantalón cuando vayas a dormir, estás en bóxers. 

La sangre en cualquier momento podía bajarme y no tenía ganas de limpiar ahora, para eso está Alexander. 

-Eres mi novia, además.. En una semana tengo que volver a Atlanta.