Pasado doloroso, pasado misterioso.

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-¡Mentira!- Gritó Melissa

–Para nada- Contestó Zero –Mis palabras son cien por ciento verdaderas

-Vamos Melissa, Zero tiene 17 años y no es tan feo que digamos- Ian vio a Zero con una mirada de burla y una sonrisa de oreja a oreja. -¡Ha ha ha! Que gracioso- Los tres ya eran buenos amigos,  se empezaban a conocer más con cada kilómetro que avanzaban hacia Nueva York, la ciudad que definirá el destino de nuestra historia, pero creo que me estoy adelantando demasiado, será mejor conocer lo que nuestros compañeros han vivido desde sus propias palabras.

-Pasemos de los temas calenturientos a algo más serio, sería buena idea ¿no lo creen? – Dijo Melissa –Empiezo a sentirme incómoda con dos hombres hablando de eso- Se ruborizó y vio al suelo, Zero e Ian empezaron a reírse a carcajadas, sin duda estos chicos estaban pasando un buen rato –Bien, bien…- A Ian aun le costaba un poco de trabajo hablar sin reírse, pasaron los segundos hasta que ambos se tranquilizaron, Zero habló -¿Quién empieza?- -Si no les molesta, empezaré yo- Dijo Melissa, tomó aire y vio al frente cuando comenzó a narrar su vida –Vivía en Kentucky con mis abuelos, mis padres me dejaron con ellos cuando nació mi otra hermana .Eso me dolió bastante ya que yo tenía 7 años, decían que no podían mantener a ambas hijas así que me dejaron con mis abuelos, vivíamos bastante bien hasta que…  Mi abuela se comió a mi abuelo- un ambiente frío llenó las almas de los acompañantes – Huí, no pude matar a nadie… Mi abuelo amaba las armas japonesas, así que de ahí saqué esta- Desenvainó su katana, el mango era blanco con rombos negros en los lados, la hoja estaba muy afilada y sucia –Esta arma la amo como a mi vida, mi abuelo creía que tenía vida o algo parecido, que siempre llega con quien la necesita, es el arma perfecta… Siempre busca a un nuevo dueño, al final encontrará a uno y se quedará con él, espero que ese dueño sea yo- La guardó y continuó con su historia – Caminé sin rumbo hasta que estaba sola… O eso creía, Ian llegó con otros dos amigos y nos aliamos, encontramos a tres personas más, entre ellas nuestro más reciente difunto, Wallace, éramos siete, llegamos casi ilesos hasta la entrada en Pensilvania, perdimos a casi todos…Ahora solo quedamos nosotros dos del grupo original, esa es todo lo relevante de los últimos tres meses de mierda…- El ánimo de los tres bajó radicalmente a como estaba hace unos minutos << ¡Tres meses! Ya los siento como muchos años>> Pensó Zero –Bien, me toca a mí- Dijo Ian – Yo también vivía en Kentucky, vivía con mis padres, tenía una novia, un perro y estaba a punto de mudarme, lo tenía contemplado desde hace ya varios años, el destino cambió totalmente mis planes por otros que ni en mis más locos sueños se me ocurrirían, vagaba por un centro comercial, quedé con mi novia para vernos y pasar un día más juntos,  cuando la vi, un hombre se le acercó a ella, creí que iban a abusar de ella por como gritó, corrí hacia ella cuando me di cuenta que el hombre era un policía, saqué su arma y lo amenacé con que iba a disparar si no se detenía, pero cuando me di cuenta él no la estaba tocando…Se la estaba comiendo, busqué cartuchos y encontré unos cuantos, los guardé en un portafolios, el mismo que tengo ahora mismo y salí disparado hacia la salida, la ciudad era un caos, me resguardé en un contenedor de basura que estaba vació en ese momento, dormí ahí, tenía miedo de salir, escuchaba gritos, gruñidos, disparos, sirenas…Era una pesadilla hecha realidad, comencé a llorar de miedo y desesperación, a la mañana siguiente la ciudad estaba prácticamente destruida, aun se veía el humo de algunas explosiones del día anterior, solo tenía un arma para defenderme, busqué comida y en eso también encontré a dos acompañantes, entramos a una tienda de armas y encontré más cartuchos, los demás tomaron escopetas o algún rifle, seguimos buscando sobrevivientes pero  no había nadie.- Tomó aire y prosiguió –Hasta que encontramos a Melissa, por eso es que tenemos esperanza de encontrar gente en Nueva York, quizá exista una cura, siempre en las películas sucede eso…- Se detuvo un momento y luego volvió a hablar –Que ridículo, lo que antes veíamos en las películas y libros de historietas ahora es nuestra realidad- Zero habló –Es por eso, si un virus de esa magnitud saltó de la pantalla grande a nuestro mundo, quizá la solución sea la misma- El ánimo de todos se elevó un poco, excepto el de Zero, en el fondo él sabía que no existe una cura –Tu turno Zero- Dijo Melissa    Los segundos pasaron, Zero comprendía en su mente  lo que ambos pensaban –Bien, ya saben, tengo 17 años,  vivía en Ohio con mi padre y mi madre, eso fue hasta los 14 años cuando mi madre falleció por…Cáncer, como odio eso-  El ánimo de nuevo bajó –Te comprendemos compañero, perder a un ser querido es…- Zero interrumpió abruptamente -¡No! No es eso, el cáncer de mi madre fue solo el inicio de esto, yo sé que no hay cura por una sola razón, porque un científico se esmeró tanto en encontrar la cura para el cáncer que inició todo esto…Ese científico era mi padre-

Diario de una Pesadilla Mortal(PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora