Somos Las Últimas Almas Vivas

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-No creas que no te mataré…-  Abrí mis ojos súbitamente, el hombre del arco volvió a hablar sin inmutarse –Agáchate- Tardé unos segundos en procesar lo que me había dicho, pero le hice caso y al momento de hacerlo, escuché como la flecha salía rasgando el aire y algo había salpicado, volteé y vi a uno de los hombres podridos con una flecha en su frente, simplemente cayó de espaldas y no se volvió a mover –Tenemos que sellar las puertas ¡Apresúrate estorbo!-  No dije nada, solo fruncí el ceño y me quedé viendo al hombre, al parecer estaba buscando cosas mientras dejaba el arco y las flechas recargadas en una parte de la azotea, vi bien al hombre, era alto y fuerte, tenía una cabellera pelirroja bastante larga, su ropa era sucia y rota…Tenía algunas cicatrices en los brazos y cuello, el hombre volteó a verme y aprecié mejor su cara, tenía barbilla partida, sus pómulos eran largos y firmes, sus labios eran algo gruesos y estaban secos y partidos, tenía ojos color verde pasto, sus cejas eran pobladas pero eran simétricas…Ese hombre me volvió a hablar -¡Coño, que te muevas!- Obedecí a la orden del hombre y busqué todo lo que pude, encontré tuberías y viejos pedazos de metal y madera, llevé los objetos que encontré a la puerta para bloquearla , en media hora teníamos media puerta cubierta con cualquier objeto que encontramos,  ambos estábamos exhaustos y sedientos, nos recostamos en una pared de la azotea, no era tan cómoda ya que apenas y nuestras espaldas, cuellos y cabezas cabían en esa mediana pared de piedra, además del decorado con el que contaba. –Estúpido estilo Barroco- Lo vi extrañado por el comentario que hizo -¿Estás seguro que es Barroco?- -Ni idea, en este nuevo mundo de mierda uno olvida cosas del antiguo mundo de mierda- El hombre tenía la boca llena de razón, ahora nos preocupábamos por sobrevivir a esas cosas...No me imagino como se pondrá después para conseguir comida, agua, refugio y armas…Será una pesadilla, decidí seguir con la conversación, pero antes pensé muy bien mis palabras para no quedar en ridículo con esta persona –Es gracioso, antes creíamos que la peor tortura era trabajo extra, pensábamos que lo peor eran los lunes- Tome aire y reflexioné –La mayoría de la gente se preocupaba por los impuestos, el tráfico, embarazos no deseados…Como deseo que eso vuelva, que todo esto sea una pesadilla, diablos…Apenas llevo medio día en este infierno y quiero huir, no me imagino a la demás gente- El hombre se enderezó y me vio para hablarme –No sé qué pase por tu cabeza, pero que gente sea mutilada por caníbales, que el gobierno mande a matar a gente inocente, que tengamos que sufrir todo esto…No me parece nada gracioso, aunque debo decir que tienes razón, ya que es algo raro todo esto- Ambos guardamos silencio mientras veíamos como el sol se ocultaba –Mi nombre es Jonathan – Me volteé y le extendí la mano, el  apretó mi mano de una manera dura –El mío es Connor- -Bien Connor, creo que somos las últimas almas vivas- Después de eso, como si nos leyéramos los pensamientos nos levantamos y nos acomodamos para dormir en lo que pudiésemos, en este caso era el suelo lleno de pedriscas y polvo, me costó mucho conciliar el sueño debido al ruido que se encontraba metros abajo y en las escaleras –Están subiendo- Le dije a Connor mientras no lo veía

 –Lo sé- Me respondió

-¿No te importa?-

-Meh, no suelo preocuparme por ese tipo de cosas, solo espero regresar con la Corte y con mi hermana, mañana sabrás de eso, ahora cierra el pico y sueña con los angelitos-

Ni siquiera le contesté, solo cerré los ojos y me puse a pensar en lo que pudo haber sido de mi familia, en eso recordé mi mochila…Ahí estaban las cintas que algún familiar debió haber dejado, por ahora no podía oírlas ya que si lo hacía, Connor probablemente me golpearía o me metería las cintas por las orejas…O quizá por otro lado.

-Despierta mariquita, es hora de irnos, la Corte nos espera…- Me levanté y me sacudí mi cabello, el cual no estaba muy largo, me colgué mi mochila y tomé mi hacha, Connor ya tenía todo su equipaje, su arco y flecha en mano…-Yo tengo las manos ocupadas mariquita, tendrás que hacer el trabajo sucio tú mismo- Sus palabras me molestaron pero no podía hacer nada, así que solo moví lo suficiente como para que la puerta abriera lo necesario como para poder salir ambos…-¿Listo?- Le dije –Claro que si…- -3…2…1…¡Ahora!- Ambos corrimos hacia afuera, yo iba adelante ya que tenía el hacha, con la fuerza que tenía maté a unos cuantos y escuchaba el silbido de las flechas y el sonido de los cráneos rompiéndose -¡Vamos!- Bajo rápidamente y se me adelantó, quitó las flechas de las cabezas de los Putrefactos y las guardó, al salir del edificio el sacó un Walkie-Talkie, presionó el botón y habló -¡Guy, apresúrate, te llame hace una hora!- Lo vi nervioso -¿Qué sucede?- no hubo ningún silencio ya que las criaturas gemían y rugían, entonces Connor volvió a hablar –Tendremos que improvisar…- Corrió hacia un lado, se dirigía a una especie de crucero, donde se unen diferentes calles -¡Diablos!- No tuve más remedio que seguirlo, mis pies empezaban a dolerme con cada paso que daba, estos tenis Nike que tenía no servían de mucho cuando tenía que usarlos cada día desde ahora, di un paso con el pie izquierdo y frené en seco porque de la nada un Zombie salió y me atacó, solté un grito y sabía que había sido ridículo ya que Connor se estaba riendo a carcajadas, di un paso hacia atrás y le clavé el hacha en la cabeza, eso logró tirarlo pero no matarlo, al intentar sacar el hacha no pude –Coño…¡Se atascó!- -Que débil eres mariquita- Y en vez de ayudarme se quedó riéndose mientras más de dos Zombies se acercaban, el Zombie rujía y gruñía mientras alzaba sus largas, carcomidas, verdosas y putrefactas manos para alcanzarme y morderme, mientras intentaba sacar el hacha escuchaba como sus sesos y su cráneo se movían, el olor que emanaba de esta criatura no se comparaba con algo que hubiera olido en toda mi vida…Terminé vomitando sobre la cara del Zombie, veía todo mi vómito en sus ojos que se movían, e incluso había logrado entrar en su boca, se veía en todos sus dientes…Cuando las cosas no podían ponerse más grotescas el Zombie se tragó mi vómito y al parecer quería más, no le di el placer y en cambio logré sacar el hacha y se la volví a clavar…El maldito Zombie come vómito estaba muerto, continué mi camino hacia Connor que seguía riéndose como loco -¡Vato, eso ha sido de lo mejor!- Yo no le vi la risa al asunto, estaba a punto de contestarle cuando escuché el ruido de una especie de cuatrimoto, llegó un hombre robusto, fuerte y calvo en ella, era una cuatrimoto amarillo, ese color me recordaba al chile habanero, el hombre robusto se detuvo a lado nuestro y nos habló -¿A dónde quieren ir?- Connor se subió detrás de el –A casa de tu madre- Luego me subí yo, inmediatamente después de eso, el vehículo se puso andando a una velocidad increíblemente rápida, el hombre calvo habló -¡Es lo bueno de este lugar, puedes hacer las cosas que nunca pudiste!-  Mientras el conducía, veía el panorama de Manhattan, íbamos a llegar al antiguo Puente de Brooklyn hasta que no reconocí ese lugar…Habían tantos árboles hasta encontrar un desierto -¿Qué pasó con el puente?- Pregunté, entonces Connor me respondió –Pues, después de tanto calentamiento global, el nivel del agua subió, después de toda esta onda Caníbal, ondas geográficas…Parte del mar se secó y dejó el puente de Brooklyn como una carretera desértica, es increíble todo esto…- El mundo estaba más loco de lo que creí, ese paisaje no era tan lindo…Pero creo que puedo acostumbrarme a esto, a ver polvo y piedras por todos lados, grietas y un poco de verde a lo lejos -¿A dónde vamos?- Volví a preguntar – Y de nuevo, Connor me respondió –Tu tranquilo mariquita, todas tus dudas serán respondidas pronto- Suspiré y no me quedó nada más que quedarme en silencio por el resto del viaje, que fue muy cansado…Fueron casi dos horas, sentado en una cuatrimoto, aguantando los baches, cargando una mochila con muchas cintas de casette en la espalda y un hacha en la mano, de pronto divisé una mancha marrón en el horizonte en el lado izquierdo, esa mancha se fue haciendo más grande hasta tomar forma de casas pequeñas y cabañas, llegamos a una entrada de reja que cubría todo el terreno, era una pequeña colonia de casas bien hechas, nos bajamos del vehículo y Connor me dijo –Mariquita…Bienvenido a Nothingtop-

Diario de una Pesadilla Mortal(PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora