Y ahora vi por última vez como ella con su sonrisa me enamoró a mi. . Tan solo un demonio que no siente nada por nadie y que simplemente ve sufrimiento.
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Se puede decir que en las mañanas nadie puede salir, en las noches es la oportunidad perfecta para dejar salir los sentimientos.
Los demonios sacan sus sentimientos hacia la Luna cada noche, douma lo sabía esa noche.
Caminaba por los pasillos de la fortaleza dirigiéndose hacia un bosque, mirando a cada demonio mirando la Luna, kokushibo arrodillado, akaza en el techo, los hermanos hablando arriba de un árbol y hantengu y gyokko simplemente en la entrada.
Salió de la fortaleza y fue al bosque lejos de todos, ahí encontro un precipicio, tal vez mirando la Luna podría recordar ¿Porqué ese lugar se le hacia tan conocido?
Camino y un poco más y se sento en la orillad el precipicio, oyó un ruido a la lejanía y miro por detras con una sonrisa.
– Hola douma-sama ¿Cómo le va?
Aquella mujer adulta de unos hermosos ojos miraba al demonio de ojos de colores.
– Hola kotoha Muy bien ¿Y a ti?
– Muy bien!
La mujer mayor se sento a lado de el yo miro con una sonrisa, su cuerpo estaba lleno de sangre, douma sonrió un poco orgulloso por lo que había hecho en el pasado.
– Sabía que conocía este lugar y dime kotoha ¿Qué ocurre para que me visitas?
– Soy como una reencarnación douma-sama me gustaria hablar con usted ya que lo veo muy solo.
– Esta bien kotoha.
Empezaron a hablar de diferentes cosas principalmente de su hijo quien douma decía que algún día iba a venir por el y de como le va a aquella mujer en el cielo.
– Bien douma-sama supongo que ya me voy.
– Espera ¿A donde?
– A donde no pude ir la última vez.
Sonrió y se aventó de aquel precipicio.
– Fue bonito hablar con aquella chica. . .
Kotoha ¿Eh? Es una chica muy interesante. . .
Creo que me equivoque en este día. . . Lo arreglare luego! 👌
