11. Del odio...

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Después de golpear al rubio para que este lo bajara de sus brazos se propuso a preparar su café. YiBo pareció importarle el golpe en su labio y se quedó mirando con una sonrisa al pelinegro.

- ¿Quiere otro golpe?

- No, ¿Por qué?

- porqué se lo voy a dar si me sigue mirando de esa manera.

- Ya voy, Ya voy, no hay necesidad de usar la violencia - decía esas palabras mientras se alejaba.

Regresó a su escritorio con su vaso de café; sobre su escritorio había una caja de chocolates, una nota descansaba sobre esta.

"Tardes lo que tardes, toda la vida te esperaré"

Wang YiBo.

Al ver de quién era el obsequio, puso los ojos en blanco y guardó la tarjeta junto con los chocolates en un cajón.

Siguió con sus labores como siempre, cayendo la tarde se fue con Tang Yixin, los dos tomarían el transporte público, así aprovechaba para ponerse al día con las noticias que siempre tenía su amiga.

No era que le gustará saber de la vida de los demás, pero siempre terminaba riendo por todas las cosas que le contaban.

Se enteró que ese mismo día Zhu Zan Jin había salido con lágrimas en los ojos de la oficina del castaño, le apenaba pensar, que su amigo ya tuviera conocimiento de lo que había pasado entre HaiKuan y él.

Zan Jin no merecía ser tratado de ese modo, ya que realmente amaba al mayor, se había enamorado de este desde que tenían diecisiete años y ahora que ya tenían veintiocho, era obvio que se quisiera casi morir.

Pasaron los días y siguió recibiendo obsequios por parte del rubio, pero su respuesta era la misma, abandonarlos en el cajón.

Por otro lado el menor de los Wang parecía estar determinado a no rendirse tan fácil a pesar que siempre recibía una fulminante mirada o un golpe.

En una ocasión intento besar al pelinegro, este último del pánico en el que entró su respuesta fue golpearlo cerca de la entrepierna.

YiBo no sé presentó en la oficina por un par de días, pues podía jurar que caminaba como ganzo, con las piernas muy separadas.

Pero no aprendía la lección.

La mañana era tan fresca, Xiao Zhan emprendió el camino para el edificio de Modern Sky.

- ¡Ey Tú! - lo llamaron desde un auto, no tenía que adivinar de quién se trataba.

- ¿Necesita algo señor? - se detuvo y miró al hombre que abordaba el vehículo.

- Sube, te llevo.

- Puedo caminar gracias - el rubio no cuestionó, sólo actuó. Bajó del auto, tomó la mano del pelinegro y lo guió al auto - oiga ¿Qué hace? - tironeo de su brazo pero no pudo soltarse - se lo advierto, suelteme o me veré obligado a golpearlo.

- No me importa, está vez no tendrás éxito - el azabache arrugó la nariz en disgusto.

Subieron al auto y avanzaron de inmediato - Esto es un secuestro, me está llevando sin mi consentimiento.

- Entonces soy culpable.
Así llegaron pronto al lugar de trabajo, cada quien tomo caminos separados.

De nuevo había un obsequio en su escritorio con una nota.

"Tu sonrisa es mi alivio ante un mal día."

Wang YiBo.

 ⋆ 🎀  𝐸𝓁 𝒶𝓂🌞𝓇 𝒹𝑒 𝓂𝒾 𝓋𝒾𝒹𝒶  🎀   ⋆ YiZhan shippDonde viven las historias. Descúbrelo ahora