Detrás de puertas cerradas

12: trágico

La cabeza de Kikyo se giró hacia un lado cuando la mano de su hermana mayor golpeó su mejilla. El niño del medio estaba más sorprendido que herido, pero solo podía preguntarse qué había hecho para ganarse esa bofetada. La última vez que Midoriko la golpeó con ira fue cuando se comprometió con Naraku. ¿Qué pudo haber hecho ella en ese nivel de ofensa y estupidez?

"Hermana", dijo Kikyo con su voz habitual. Era casi todo lo que podía reunir porque estaba muy sorprendida. Se las arregló para contener las lágrimas, sabiendo que estaba en un punto donde tendría que endurecerse. Algo sucedió y ella estaba a punto de ser una isla, como antes. Bueno, ella tendría que hacerlo mejor que antes. Antes, con el juicio de Midoriko sobre su cabeza, ella duplicó su compromiso con Naraku, dejó que esas emociones, el resentimiento y la ira hacia su hermana, la gobernaran. Nunca más. Ella tomó decisiones tontas entonces. No podía permitirse eso ahora.

"¿Qué te pasa?" Gruñó Midoriko. "Ve a sentarte allí ahora mismo". Señaló la silla vacía frente a la que había ocupado.

Kikyo no discutió y fue a sentarse a la mesa como si fuera un cachorro obediente. Miró fijamente la mesa, la mente consumida por lo que había hecho para justificar la bofetada. Kaede comenzó por la hermana del medio mientras la mayor se sentaba. Midoriko miró hacia atrás desde cada hermana menor con una expresión furiosa en su rostro.

La hermana del medio se tomó un momento, se lamió los labios y luego habló. "Um ... Hermana, ¿qué hice?"

"No intentes hacerte el inocente. Es demasiado tarde para eso", dijo Midoriko, tono severo.

"¿Qué hice?" Kikyo preguntó una vez más porque realmente no sabía lo que había hecho para molestar a su hermana mayor.

Midoriko solo frunció el ceño. Todavía no estaba segura de lo que quería decir. Se centró en Kikyo ahora, por lo que Kaede estaba feliz. La preadolescente no quería sentarse allí y tener a sus dos hermanas enojadas con ella, no es que nada de eso fuera su culpa. Estaba atrapada en el medio en lo que a ella respectaba.

"Hermana", dijo Kikyo por tercera vez.

"¿Cómo pudiste hacer esto? ¿Conoces el ejemplo que le estás dando a tu hermana pequeña?" Exigió Midoriko, señalando a Kaede.

"No me arrastres a esto", Kaede murmuró. Deseó poder desaparecer en el viento, pero escapar no ayudaría. No importa qué, esto terminaría mal. Necesitaba una máquina del tiempo, necesitaba regresar para salvarlos a todos.

"¿Qué hice?" Kikyo preguntó una vez más, su tono ahora deliberado. ¿Por qué su hermana no podía simplemente decirle lo que había hecho mal para poder corregir el problema?

"Estás teniendo una aventura con Sesshomaru", respondió Midoriko con los dientes apretados.

Los ojos de Kikyo se abrieron brevemente mientras Kaede dejó escapar el aliento y miró al suelo. Cómo llegó Midoriko a la conclusión correcta sobre el asunto, ninguna de sus hermanas menores se daría cuenta. Todo lo que Kaede sabía era que no había dicho nada y Kikyo estaba seguro de que no estaba haciendo alarde de lo que estaba haciendo. Kaede deseó no haber seguido trayendo a Sesshomaru la otra noche.

Kaede no podía creer cuando Midoriko la había llamado para preguntarle si ese era su problema, lo que finalmente se convirtió en si Kikyo estaba teniendo una aventura con Sesshomaru. El preadolescente no sabía qué hacer o qué decir en ese momento. Había entrado en pánico, tartamudeando una mentira que nunca había terminado, y eso era todo lo que más se necesitaba para confirmar que había llegado a la conclusión correcta. Había sospechado que algo estaba pasando entre Kikyo y Sesshomaru, pero siempre se había convencido de que Kikyo nunca haría tal cosa. Parecería que se había equivocado.