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Y finalmente el día de deportes llegó, la mala suerte (y una de tantas) era que el curso de economía de ese año eran bastantes varones para estar en la cancha, por lo cuál no mezclarían otros cursos y eso implicaba no estar con sus otros amigos. Otra desventaja era la existencia de Kim Mingyu en su mismo campo de visión, fin del comunicado.
—Comenzaremos con un juego simple. ¿Qué les parece un voleibol?— Anunció el profesor observando su libreta que en ella solo había dibujos de pelotas y muñequitos pateando una pelota, nada profesional. El resto de la clase aceptó la propuesta, comenzando a armar los grupos por si mismos y charlar entre ellos en base al juego.
—Vamos que armo yo los equipos, esto no es la primaria.— Todos se quejaron pero obedecieron al instante, colocándose todos en una fila observando a su profesor. 
—Uno, dos, tres...Uno.— Los alumnos que les correspondía el número 1 eran un equipo y así con demás números. Jihoon se colocó tres lugares adelante que su amigo Soonyoung para que estén juntos en un mismo equipo y funcionó, todo era felicidad hasta que se armaron los grupos finalmente.
—¿Él está en nuestro equipo?— Señaló con repugnancia y furia a Mingyu, quién lucía muy feliz al saber que arruinó el día del pequeño, esos pantalones deportivos cortos le quedaban tan bien pero no lo diría en voz alta, simplemente lo ignoró y se colocaron en sus posiciones.
—Más te vale jugar bien.— Gruñó cuando pasó por su lado, este rió y le devolvió la mirada al instante encogiéndose de hombros.
—¿Competidor, Lee? Adoraría ver esa parte de ti.— Jihoon lo ignoró mientras este reía a todo pulmón solo para molestar, todo para molestarlo.
—Concéntrate en el juego, Hoon. Imagina que él no está y ya.— Dijo Soonyoung colocándose en frente de su amigo bajito, él asintió pero era inevitable no verlo porque estaba literalmente en frente suyo tapando su vista. El juego empezó y la pelota iba de un equipo a otro, Jihoon perseguía la pelota pero Mingyu lograba pasarla enseguida al otro lado, robándole el golpe a Jihoon. Una y otra vez, Jihoon comenzaba a cansarse.
—¡Rotación!— Ahora Jihoon era el que sacaba la pelota al otro equipo y en eso era bueno, Mingyu mantenía la mirada fija en el pequeño y es que, era adorable como conseguía tirar la pelota y correr detrás de ella. No mentía, Jihoon era bueno en los deportes y así irían ganando, logrando impresionar al más alto.
Atractivo; pensaron al unísono.
La última partida, el equipo que ganara no tendría que limpiar el gimnasio así que el ambiente estaba algo cargado. El balón fue golpeado por Jihoon, pasando al otro equipo dando tres toques en total y nuevamente se encontraba en el equipo de Jihoon. Soonyoung la picó entre sus manos pasándola a otro compañero, Mingyu se encontraba cerca de la red por lo tanto la pelota debía ser suya.
—¡A Mingyu!— El chico ni bien recibió la pelota fue directo al nombrado, golpeándola con todas sus energías contra el suelo ajeno y anotando un punto. Gritos masculinos se oyeron en todo el gimnasio, los chicos saltaban y festejaban mientras que el otro equipo era el perdedor, viéndose cansados y derrotados
—¡Dejaré la toalla sucia, Boo Seungkwan!— Bromeó Soon y el nombrado les mostró la lengua, haciendo reír al dúo. El equipo ganador se dirigía a los vestidores, algunos bromeando en las duchas, otros corriendo por allí y otros con una toalla envuelta en su cintura dejando al descubierto su trabajado torso, como era el caso de Mingyu que se acercaba al pequeño dúo.
—Buena partida, deberíamos jugar más seguido.— Mencionó Mingyu en frente de Jihoon y este juró que su garganta estaba seca, jamás en su vida había visto a su compañero de curso semi desnudo y con esa facha. Tragó la poca saliva que le quedaba y aclaró su garganta, viéndose tranquilo y por supuesto que no mostraría sus nervios. Agradeció que Soonyoung se encontraba en las duchas o eso sería buen material para burlarse de él por el resto de su vida.
—En tus sueños, mugroso. Solo es un juego.— Rodó los ojos y dió media vuelta para dirigirse a su casillero con sus cosas, Mingyu sonrió amplio viendo como el pequeño caminaba dándole la espalda, en su cabeza no paraba de rondar la voz de Jihoon gritar su nombre como si fuese un llamado de ayuda, como si él lo necesitara; tampoco dejó pasar la mirada del pequeño en su torso descubierto. Mingyu miró su propio cuerpo orgulloso y palmeó la espalda de su amigo que se encontraba en la ducha, haciéndolo asustar.
—¿¡Qué te pasa!?— Gritó Wonwoo y cerró la cortina de la ducha, escuchándose la risa de Mingyu y las quejas de su amigo por todo el lugar. El alto estaba feliz por alguna razón y eso significaba tener a un Mingyu molesto con sus bromas pesadas.
Jihoon cerró sus ojos suspirando, cerrando su casillero y agarrando lo que necesitaba para ducharse una vez que todos se hayan marchado, siempre lo había hecho y es que no se sentía seguro con todos esos simios rondando por ahí. Mingyu era un claro ejemplo.
—¿Aún no te has duchado, sucio?— Mencionó Soonyoung y Jihoon rió mientras negaba, observando a su amigo vestirse. Soonyoung y Jihoon eran grandes amigos también, eran el dúo de la locura y destrucción ya que estos dos podían hacer demasiadas travesuras solo por diversión, no, no estoy hablando de sexo.
—¿Quieres que te espere o me voy?— Preguntó y Jihoon volvió a negar con la cabeza. Soon agarró sus cosas y estrechó manos con su amigo.
—Entonces Seungkwan te esperará para bañarte.— Ambos rieron y Jihoon decidió no contestar porque seguramente su amigo los estaría escuchando por el tono alto que utilizaban. Verificó que no haya nadie y con seguridad entró a una de las duchas, sintiendo el agua caliente abrazar su cuerpo, sus músculos se relajaron y cerró sus ojos mientras lavaba su cabello. Comenzó a tararear una canción que había oído en esos días, solía hacerlo siempre ya que no había nadie en los vestidores y se sentía seguro de aquello o eso creía. Mingyu estaba escondido en una de las duchas, decidió no ver nada pero no fue necesario ya que pudo oír la melodiosa voz del más bajo, cada día le sorprendía más, ese canto perfecto, un talento único en Lee Jihoon. Quedó impresionado y diría que boca abierta, tapó esta misma con sus manos para evitar cualquier sonido y cagarla, escuchó la lluvia de la ducha ser apagada y los nervios subieron hasta su cabeza quedándose estático. Con que ese es tu secreto.

carta equivocada⤑ 𝘨𝘺𝘶𝘻𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora