Drabbles & One Shots (MO DAO ZU SHI)

Besos de ángel

NdA: Wei Ying ayuda a recuperar la lengua de Song Lan pues porque lo necesito pa'l fic.

Song Lan cumplió su promesa después de años de cargar con las almas pequeñas y frágiles de quién fue su compañero de cultivo y la niña que adoptó. Llegó el día en que partieron, A-Quing siendo la primera, era la menos lastimada y era joven y vivaz, como las chispas que utilizaban para las bengalas. Le dijo gracias y le dijo espero que algún día nos volvamos a encontrar. También le dijo secretamente si le confiesas tu amor a Daozhang seguro que regresa.

Y lo hizo porque no había nada que perder, al anochecer sostuvo el alma de XingChen entre sus manos y sintiendo que iba a explotar si esto no funcionaba le habló largo y tendido hasta que el sol asomó la cabeza. Y con el vino la figura traslúcida y brillante de quién siempre amó. Le dijo quiero seguir acompañándote. Y le dijo Yo también, yo también te amé y lo sigo haciendo. Pero sus caminos tenían que separarse y XingChen tenía que volver a nacer.

—Ve, estoy seguro que nos volveremos a encontrar.

La silueta estiró una mano y Song Lan sintió la caricia fría en su mejilla.

Algún tiempo después decidió que él también quería reencarnar y dejar de ser un cadáver feroz, solo quería tener lo que se le fue arrebatado y así en una cacería, rememorando la cara amada, se dejó morir. Nos veremos pronto, Xiao XingChen.

Año Actual

La alarma de su teléfono dio comienzo al día. Se estiró en la cama y con pereza se levantó para ir al baño. Cuando se miró en el espejo notó que tenía unas cuantas manchas en sus mejillas. ¿Pecas? ¿Me están saliendo pecas?

No es que fuera vanidoso pero su rostro nunca había tenido ninguna imperfección. Y de la noche a la mañana tener pecas era algo sockeante porque él estaba muy seguro de no estaban ahí cuando fue a dormir ¿O sí?

—Oye, Xue Yang.— se dirigió a su compañero de piso que se encontraba en la cocina desayunando.

—Uhmm ¿Qué quieres?

—¿Las pecas pueden salirte de un día para otro?—el menor siempre se jactaba de ser el más listo si alguien sabría de seguro sería él.

—Y yo que voy a saber. Ni que fuera una chica. Pregúntale a la fierecilla de Quing. —le espetó de mala manera, no es que Xue Yang fuera desagradable, solo no era una persona de día. Bueno en realidad no era una persona a ninguna hora pero aprendieron a tomarle cariño.

—¿A quién llamas fierecilla? Tú, bastardo.— Y hablando de la reina de Roma. Quing era alguien que se tomaba muy literal el cómo me trates, te trataré. Por eso siempre se le pasaba insultándose con Xue Yang y prácticamente desde que se conocieron fue así. A pesar de ello, llevaban tres años viviendo juntos. Cada uno iba a distintos grados y facultades de la universidad pero su amistad fue como planeada por el destino y ellos no se opusieron. Sus personalidades encajando la una con las otras cuál pieza de un rompecabezas más grande que ellos mismos.

—A-Quing. ¿Pueden salir pecas de un día para otro? Te juro que estoy seguro que no las tenía antes de irme a dormir.—explicó señalando con el dedo el lugar donde estaban esas misteriosas pintas en su cara.

—Por supuesto que si. ¿Acaso no sabes que las pecas son besos de ángel? Nuestro lindo Song Lan, ha enamorado a un ángel. —termino por decir con voz soñadora.

—Deja de tomarle el pelo, mocosa. Tal vez es un problema serio y tú con tus cursilerías. Niña tenías que ser.— Y así se enfrascaron en una discusión que para gusto de Song Lan era muy temprano para oír sus gritos. Quizá solo tenía que usar más protector solar.

En una esquina de la habitación, Xiao XingChen reía, nunca sabrían que Quing tenía razón. Aún no era su momento de reencarnar y encontrarse con quiénes le dieron tantas alegrías como penas. Así que por el momento se conformaría con dejar más besos de ángel en el rostro de su amado Song Lan.