Había una vez una hoja de papel en el mueble de un artista
Joder el sí que amaba esa vistaUna hoja de papel en blanco, para llenar de ideas que lo hacían perderse en lo alto
Una pluma fue tomada y el artista empezó con sus ideas improvisadas
La hoja fue llenada de frases y palabras que hasta la chica más fría quedaría embelesada
El artista tomo otra hoja y después de pasar todo el manuscrito, arrugó y tiro la otra al piso
A los días llegó un pobre imbécil que vio la hoja en el suelo y la levantó a pesar de verla arrugada y rota
Leyó semejantes proezas y decidió quedarse con lo que consideraba una magnífica belleza
Había una vez una chica que se convirtió en una hoja de papel que se extravió
Y a un imbécil que nunca llegó a encontrarla para amarla y guardarla en su corazón
ESTÁS LEYENDO
Donde mueren las mariposas
PoesíaUn nuevo comienzo, Palabras de una chica que se quedó sin sueños