Era la tercera vez que sonaba el timbre en esa noche, ¿quién sería? y lo más importante ¿qué querría?... Lo dejé correr, eran las dos de la mañana, tenía sueño y al día siguiente tenía un examen en la universidad. No creo que fuera algo tan importante como para hacerme levantar de la cama en plena madrugada... ya volvería al día siguiente.
🎶🎶🎶- volvió a soñar el timbre.
Arghhh, me levanté de la cama con muy mal humor dispuesta a echarle en cara la hora que era.
¿No sabes que son las dos de la madrugada y la gente duerme? - grité mientras abría la puerta.
¿Qué? - me quedé flipando... No había nadie al otro lado de la puerta, quise salir a mirar por el alrededor de la casa para ver si se había escondido, pero me tropecé con algo en el suelo, era una caja.
Mientras yo estaba intentando incorporarme del suelo leí que en la caja ponía algo, como no había luz no lo conseguí leer así que me llevé la caja dentro para poder leerla y cerré la puerta aún con la pierna dolorida.
¡NO ABRAS ESTA CAJA - Leí una vez estuve dentro y con luz... No me puedes dar esta caja con este extraño mensaje y desaparecer.... - Le grité a mi puerta. Soy muy impaciente, ¿sabes? Si me dicen que no puedo abrir algo, lo abriré y si me dicen que lo abra no lo abriré!!!!
Arghhh - Entre el sueño que tenía y la maldita caja ¡me estaba poniendo de los nervios! La abriré al día siguiente pensé, y me fui a la cama.
...
Ya eran las cinco de la mañana y no conseguía dormirme así que decidí bajar a la cocina a prepararme un café, luego me dirigí al salón para abrir la misteriosa caja. Me senté con la caja entre las piernas, primero retiré la cinta con la que estaba envuelta con cuidado, luego desplegué las solapas que la tapaban y finalmente retiré el envoltorio con el que estaba cubierto el contenido.
¿Una llave? - Me dije a mi misma, para que querré yo una llave, y además ¿para qué serviría? Tenía pinta de abrir una casa. Cuando la agarré me di cuenta de que había algo más dentro de esa caja, había un montón de sobres marrones y un libro antiguo atados con una cuerda.
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Quité el nudo que envolvía los sobre lentamente y agarré el primero, quité la solapa que lo cubría. Había una foto en su interior. La saqué...
¡Dios mío! - Grite, voltee suavemente la fotografía y tuve que aguantar las lágrimas...
¡Holaaa!
Espero que os haya gustado este microrrelato.
Hoy es más largo que los otros días y cómo no quiero acabarlo así dentro de poco subiré la segunda parte!!!!
