Tiritas pa'l corazón. P2

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Cuando el sol estaba por salir la hipertermia ha remitido, por lo que decide darse una ducha para espabilarse; mientras él está en el cuarto de baño, Candy se despierta y siente su boca pastosa, se muere de sed... tarda un poco más de lo normal para que su vista se acostumbre al resplandor que se vuela por la ventana, se remueve perezosamente

Ca- Mmmmm... me siento fatal mmmm...

La joven cambia de posición girando su cuerpo sobre su lado derecho, acomoda su diestra bajo su cabeza y es entonces su nariz percibe un aroma muy diferente... asustada, se levanta tan rápido como su cuerpo se lo permite

Ca- Esta no es mi habitación... ¿En dónde estoy? ¿Y mi ropa?

Se sienta en el borde de la cama y sobre la mesita de noche encuentra un vaso con agua y un sobre naranja

Ca- ¿BisolGrip? ¿Quién ha dejado esto?... es lo que yo bebo cuando creo que me empieza un resfriado... ahsss mi cabeza, me siento fatal juuummm

Con torpeza, vierte el contenido del sobre en el agua y se lo bebe. Con sus pies descalzos empieza a caminar saliendo de la habitación, por un momento está confundida, no entiende cómo ha llegado ahí, además ese lugar le parece tan impersonal, no hay fotos ni cuadros ni nada que le permita saber quién vive en ese piso; cuando llega al salón solo encuentra el televisor, la mesita y una sofá; se asoma por la ventana y ve que llueve, no reconoce la calle ni los edificios... un ruido a su espalda la sobresalta, cuando se gira se encuentra con la figura de un castaño muy fresco, viste un pantalón negro y camisa blanca; sus manos sostienen una bandeja que lleva una taza con algo que le suena familiar

Te- No deberías de haberte levantado de la cama

Ca- Yo... yo, es que...

Había abierto sus ojos como platos, no lograba coordinar una respuesta completa; Terry le dedica una sonrisa de medio lado al ver como un rubor cubría sus mejillas, al parecer tiene algo parecido a la "Vergüenza" y con sus manos tira de la camisa para cubrir sus muslos; se acerca hasta ella y le ofrece la taza

Te- Buenos días Candy

Ca- Buenos días... este... este es...

Al ver que ella tartamudea, intuye qué es lo que quiere saber, se sienta en el sofá y le invita a imitar tu gesto

Te- ¿Qué sucede? ¿Has olvidado cómo se devoran los suizos?

Le dedica una sonrisa odiosamente sensual, ella posa sus ojos y no puede terminar de creer que ese hombre se haya tomado la molestia de prepararle su bebida favorita

Ca- Lo siento, pero es que yo ya no tomo chocolate

Terry observa con tristeza que ella deja la taza en la mesita del salón a la vez que le pregunta algo que le intriga desde el primer momento en que abrió sus ojos

Ca- ¿En dónde estoy?

Te- Estás en mi piso, ayer te desmayaste en mis brazos y como no sé en dónde vives decidí traerte aquí

Al decirle eso, Candy no pudo más que tragar grueso y la incomodidad estorbarle diciéndole que debía salir de ahí pitando leches

Ca- Será... será mejor que me marche, no quiero que vayas a tener problemas con tu esposa

Al intentar alejarse, el castaño la retiene tomándola del brazo con su diestra y la otra mano la acerca a su rostro

Te- Has estado con fiebre toda la noche, no deberías salir con la que está cayendo y esas pintas a la calle... además, aquí no está mi esposa

Por un momento la mujer se sentía hechizada por su presencia, pero en sus adentros procuraba recuperar el control, su máscara de autosuficiencia, pestañea un par de veces para romper el encanto y alejarse de él; se levante y empieza a caminar mientras se excusa

Desde que tú te has Ido "Terry Fic"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora