Valentin;
A Daniel ya le quedaban unas horas para salir de aislamiento.
Desde que nos besamos, no paramos de hacerlo. Aun que sólo lo hacemos cuando Manuel está en las cámaras, él era como nuestro cómplice.
—Dani, te quiero — le dije cuando nos separamos para tomar aire.
—Yo también Valen
Volví a unir nuestros labios mientras que tocaba su espalda y cintura. Su piel era suave y muy agradable al tacto.
Daniel me agarraba de la nuca y abría su boca para darle paso a mi lengua, que apenas ingresar recorría su cavidad bucal por completo.
Era imposible que con tan sólo unos besos me haga sentir algo tan inefable.
Era como una sensación de cariño y a la vez de éxtasis y adrenalina.
(...)
—Quiero hacer turno nocturno hoy — le dije a la directora —, Paulo se enfermó y no tiene quien lo cubra
Esa era una pequeña mentira que había organizado con Paulo.
—Esta bien, me parece muy noble de tu parte hacerlo..
Siguió hablando pero yo le dejé de prestar atención.
—Podes irte — dijo finalmente.
Asentí y salí de ahí, gracias a Dios.
(...)
Llegó la noche.
Apagaron y cerraron todas las celdas, así que era hora de que vigilemos.
Yo pasaba disimuladamente unas ochenta veces por la celda de Dani y Mateo.
—Valen, voy al baño — avisó mi compañero, Ignacio.
—Dale anda
Seguí caminando pero sentí que alguien me llamaba.
—Pss, Oliva, veni acá — Mateo.
Encarné una ceja y me acerqué a él.
—¿Qué?
—¿Manu hace turno nocturno hoy?, sólo se que hace los jueves
—¿Para que queres saber eso?
—Mira, se que te estás comiendo a Dani, así que decime
Chanta de mierda.
—Si, hoy hace turno nocturno — le respondí rodando los ojos.
—Perfecto, llévame con él.
Negué.
—Ni en pedo Mateo.
—Dale, llévame, te podes quedar con Dani..
Ignacio no tardaría en volver. Pero era mi amigo, no creo que me delate.
Resoplé y abrí la celda.
—Vamos, hijo de puta
Lo agarré fuerte del brazo y lo llevé a donde me pidió.
—Manu, te traje un intruso — le avisé —, lo vengo a buscar antes de que lleguen todos
Me fui sin darle tiempo a nada.
Fui, casi corriendo a la celda de Dani y me metí.
Él estaba dormido. Tenía la misma posición que cuando lo fui a buscar a aislamiento.
Me senté en su cama y acaricié su pelo.
—Valen..? — murmuró adormilado. Abrió un poquito sos ojos para verme.
—Dormí Dani, estoy con vos
—Cuídame — pidió volviendo a cerrar sus ojos.
—Siempre
Seguí mimándolo un rato mas, hasta que sentí como Ignacio me llamaba.
—¿Qué pasa? — pregunté saliendo de la celda algo nervioso.
—Nada, te estaba buscando. ¿Qué hacías ahí?
No supe que responderle.
—No digo nada si no decís nada — dijo.
Asentí algo desorbitado, pero entendí todo cuando se acercó a la celda de Mauro Monzón y le dio un beso a través de las rejas.
Volví a entrar con Daniel y me puse donde antes.
Ya se había vuelto a dormir.
Su dedo estaba casi en su boca, como la otra vez. Me daba mucha ternura.
Era tan lindo.
(...)
Llegó la hora en la que llegaron todos, así que nos tuvimos que ubicar. Ya terminaría el horario de Paulo, pero como yo estoy haciendo su turno significa que me puedo ir.
Por primera vez no quería irme, aun que tuviera que volver a la tarde.
Obviamente me fui y cuando llegué a mi casa lo único que hice fue comer y dormir. Finalmente tuve que volver a aquel lugar donde estoy mas preso que los presos.
Llegué a la cárcel, saludé a mis compañeros y fui a la sala de vigilancia.
—Hola Manu, ¿Todo bien?
—Todo bien, pero tenemos que hablar — dijo despegando su vista de las pantallas y girando a uno de nuestros compañeros que estaba ahí. Le hizo una seña para que se vaya y así poder hablar tranquilos.
—Dale, decime — dije cuando estuvimos solos.
—Tenes que dejar de estar con Ribba.
—¿Por qué? — pregunté intentando no exaltarme.
—Sabes que está mal. Si los encuentran van a cagar, a vos te van a echar y no sabes que le van a hacer a él.
Eso era verdad. No lo había pensado.
¿Ahora que hago?
—Vos cubrime Manu, por favor — le rogué.
—No Valentin, lo hago por vos y por él — al terminar de decir eso se tiro contra el respaldo de la silla —. Ya se que Ribba es buena persona y que no merece estar acá, pero al resto no les va a importar.
—Por favor Manu, sólo un mes mas.
Suspiro y asintió.
—Sólo un mes — repitió.
—Gracias Manu — dije abrazándolo fuerte.
—Si, si, ya soltame — habló soltándose de mi.
Dejé un beso rápido en su mejilla y me fui rápido.
Sólo tenía un mes con Dani, sólo uno.
Ahora la cuestión es...
¿Fuga o esperar lo que queda?, yo ya tengo algo pensado pero quiero saber que piensan ustedes.
<3.